/ martes 20 de julio de 2021

El discurso oficial

Dicen que una mentira pone en duda mil verdades. El presidente López Obrador es consciente de ello y por ello recurre a ésta de manera sistemática. De acuerdo con el Director de la consultora Spin, Luis Estrada, el titular del Ejecutivo dice en promedio 88 mentiras en sus conferencias matutinas. De hecho, en lo que va de su gobierno, AMLO ha dicho 56 mil afirmaciones que no tienen sustento.

El discurso oficial está plagado de retóricas, figuras simbólicas y frases que no pueden comprobarse. El “pañuelito blanco” con el que afirma que se ha terminado la corrupción es un ejemplo de ello.

Lo que sí es una realidad es la tragedia que están viviendo miles de mexicanos. La crisis sanitaria sigue cobrando vidas todos los días. Oficialmente se reconocen 190 mil muertes por Covid19, pero la Universidad de Medicina de Washington asegura que en nuestro país han fallecido en realidad 600 mil personas por la negligencia en el manejo de la pandemia.

Para nadie es secreto, por ejemplo, la alteración de cifras y el aumento de muertes por supuestas neumonías atípicas.

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la prensa internacional califican como un desastre lo ocurrido en México, el encargado de la estrategia para hacer frente a la pandemia, Hugo López Gatell, ha minimizado en todo momento la gravedad de la crisis.

Si atendiéramos al discurso oficial, la pandemia habría sido domada hasta en 4 ocasiones, pero la realidad es que nos hemos colocado como el cuarto país con más muertes a nivel mundial por las pésimas decisiones que se han tomado.

Pero el presidente no quiere que hablemos de esto. Ni de la violencia criminal que está desbordada en numerosas regiones del país como Zacatecas, Michoacán, Guerrero y Chiapas, por citar algunos casos.

No, el presidente quiere llevar la atención de la opinión pública hacia otro lado y todos los días se esmera en ello. Ahí está la consulta sobre los ex presidentes como el más reciente intento de capitalizar las emociones del pueblo mexicano frente a sus gobernantes.

Si nos remitimos a los datos duros, no vamos bien como dice el inquilino de Palacio Nacional. La economía nacional, por ejemplo, enfrenta una lenta recuperación luego del descalabro económico que provocó el gobierno federal con decisiones como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

Estamos muy lejos de los 2 millones de empleos que prometió crear en 9 meses y por el contrario, este ha sido el peor inicio de sexenio en materia financiera. Tan sólo entre 2019 y 2020, 5 millones de mexicanos se sumaron a las filas de la pobreza y se perdieron más 647 mil empleos.

Al paso que vamos, dicen los expertos, al país le llevará el resto del sexenio para recuperar el ritmo de crecimiento económico previo al lopezobradorismo. La promesa de crecer al 6% se quedará en eso, como también la reducción del precio de los combustibles, la pacificación del país y la lucha contra la corrupción.

Las mentiras de AMLO ponen en duda las distintas realidades que se viven en México. Pero la gente sabe que ni estamos mejor con López Obrador, ni vivimos mejores tiempos.

Dicen que una mentira pone en duda mil verdades. El presidente López Obrador es consciente de ello y por ello recurre a ésta de manera sistemática. De acuerdo con el Director de la consultora Spin, Luis Estrada, el titular del Ejecutivo dice en promedio 88 mentiras en sus conferencias matutinas. De hecho, en lo que va de su gobierno, AMLO ha dicho 56 mil afirmaciones que no tienen sustento.

El discurso oficial está plagado de retóricas, figuras simbólicas y frases que no pueden comprobarse. El “pañuelito blanco” con el que afirma que se ha terminado la corrupción es un ejemplo de ello.

Lo que sí es una realidad es la tragedia que están viviendo miles de mexicanos. La crisis sanitaria sigue cobrando vidas todos los días. Oficialmente se reconocen 190 mil muertes por Covid19, pero la Universidad de Medicina de Washington asegura que en nuestro país han fallecido en realidad 600 mil personas por la negligencia en el manejo de la pandemia.

Para nadie es secreto, por ejemplo, la alteración de cifras y el aumento de muertes por supuestas neumonías atípicas.

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la prensa internacional califican como un desastre lo ocurrido en México, el encargado de la estrategia para hacer frente a la pandemia, Hugo López Gatell, ha minimizado en todo momento la gravedad de la crisis.

Si atendiéramos al discurso oficial, la pandemia habría sido domada hasta en 4 ocasiones, pero la realidad es que nos hemos colocado como el cuarto país con más muertes a nivel mundial por las pésimas decisiones que se han tomado.

Pero el presidente no quiere que hablemos de esto. Ni de la violencia criminal que está desbordada en numerosas regiones del país como Zacatecas, Michoacán, Guerrero y Chiapas, por citar algunos casos.

No, el presidente quiere llevar la atención de la opinión pública hacia otro lado y todos los días se esmera en ello. Ahí está la consulta sobre los ex presidentes como el más reciente intento de capitalizar las emociones del pueblo mexicano frente a sus gobernantes.

Si nos remitimos a los datos duros, no vamos bien como dice el inquilino de Palacio Nacional. La economía nacional, por ejemplo, enfrenta una lenta recuperación luego del descalabro económico que provocó el gobierno federal con decisiones como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

Estamos muy lejos de los 2 millones de empleos que prometió crear en 9 meses y por el contrario, este ha sido el peor inicio de sexenio en materia financiera. Tan sólo entre 2019 y 2020, 5 millones de mexicanos se sumaron a las filas de la pobreza y se perdieron más 647 mil empleos.

Al paso que vamos, dicen los expertos, al país le llevará el resto del sexenio para recuperar el ritmo de crecimiento económico previo al lopezobradorismo. La promesa de crecer al 6% se quedará en eso, como también la reducción del precio de los combustibles, la pacificación del país y la lucha contra la corrupción.

Las mentiras de AMLO ponen en duda las distintas realidades que se viven en México. Pero la gente sabe que ni estamos mejor con López Obrador, ni vivimos mejores tiempos.