/ viernes 19 de enero de 2024

Taza de soles | Adelina Eugenia Alcalá Gallegos. A diez años de su ausencia física

El 15 de enero pasado se cumplieron 10 años de la muerte de Adelina Alcalá Gallegos y algunos de sus amigos nos reunimos en un programa de radio para rendirle un modesto, pero sentido y significativo homenaje. Fue en el espacio que conduce desde hace varios años la doctora Consuelo Meza. En su programa De mujer símbolo y pensamiento estuvimos Maga Alcalá, Ricardo Orozco, Alberto Vital y una servidora.

El programa comenzó con las palabras de quien hizo una remembranza cálida y centrada en las cualidades más importantes de su hermana, Maga nos contó que al morir su papá, Adelina y Lulú, la hermana mayor, quedaron al cargo de las hermanas más chicas. Cuando esto sucedió, Adelina tenía apenas 17 años. Resulta sobresaliente que siendo tan joven y sin descuidar sus propios estudios, pues estaba en la Normal del Colegio Guadalupe Victoria, estuviera al pendiente de la educación de sus hermanas menores, como después estuvo también de sus sobrinos.

Maga reiteró la admiración que sentía por su hermana al verla que se desenvolvía con soltura y tomaba la batuta del legado familiar. Su capacidad comunicativa y los conocimientos que fue adquiriendo, la hicieron alternar con personalidades como el maestro Gilberto Sánchez Azuara, el doctor Alberto Vital, el Dr. Alfonso Pérez Romo, el maestro Jorge Ávila. Con este último trabajó en la elaboración de libros de texto para los alumnos de la preparatoria de la Universidad Autónoma.

Por su parte, el maestro Ricardo Orozco enfatizó que quizá la cualidad sobresaliente de Adelina fue su bondad. Relató algunas anécdotas para para ilustrar este rasgo de su personalidad, como el detalle de recogerle el cheque de una maestra jubilada y con pocas posibilidades de movilidad, aunque para eso tuviera que pagar varios traslados. Evocó que su entrada al Seminario de Cultura se debió a la generosa intervención de Adelina Eugenia, como le gustaba a ella ser llamada.

El maestro Orozco también se refirió Adelina en el contexto de un grupo generacional de mujeres, entre las que se encuentran Alicia Giacinti, Carmelita Arellano, Yolanda Ramírez Carballo, Carolina Castro Padilla, incluso alguien unos cuantos años mayor, la maestra Elvira López Aparicio, quienes, rompiendo el paradigma, no solamente se desempeñaron como maestras, sino que sus trabajos en los ámbitos públicos, en la elaboración de libros, o en la investigación y crítica literaria, las llevaron a dar un paso más allá y colaboraron de otras maneras con el desarrollo cultural de sus entornos.

Yo me quise referir a su trabajo de investigación literaria. Ella fue mi compañera en la primera generación de maestría de Maestría de literatura mexicana, un grupo que estuvo apoyado por los docentes del Instituto de investigaciones filológicas de la UNAM. Nuestra compañera se enfocó a estudiar la primera revista que vio la luz en la ciudad de Aguascalientes: La Imitación, donde Antonio Cornejo publicó por entregas la primera novela que vio la luz en esta localidad y que llevó el título de Ángela y Ricardo, anticipando con ello la trama romántica. Dicha narración se ubicaba en la época de las Cruzadas y tenía como espacio geográfico la plaza de San Marcos en Venecia. Adelina decidió trabajarla y realizó una excelente contextualización de la trama y los personajes. En síntesis, fue un buen trabajo que mereció la Magna cum laude. Nuestra propuesta es que la Universidad Autónoma publique esta novela, acompañada con el estudio filológico realizado, lo cual sería una contribución importante al tema de una posible historia de la literatura escrita en Aguascalientes.

Como cierre de este programa el Dr. Alberto Vital leyó, desde CDMX, el poema que compuso para Adelina y que está publicado en el libro Miscelánea en cuarentena, UAA,2022.

Adelina recuerdo tus respuestas antes de mis preguntas /tus pasos por tu casa, tus claras escaleras. /Recuerdo tus certezas: unas estaban juntas/ y otras más bien revueltas. Recuerdo tus quimeras/ Tu impráctico sentido práctico, tu gozosa cocina todo el año: comidas/, meriendas, colaciones. Recuerdo despedidas/ en tu cochera hablada. Recuerdo bien tu prosa/ intento descifrarte, alguien se llama como tú/ y estas almohadas y esta luz y este tomo/ fueron regalos tuyos. Algún jabón te evoca//

El lenguaje es muy práctico, pero nos encadena/ a su inaudible línea. Pienso que es una pena/ que no escuchemos sino las voces de la boca.

Pero estos acercamientos no agotan su perfil y los méritos para ser recordada como una mujer trascendente en nuestro entorno. Adelina Eugenia, quien en vida tuvo el reconocimiento de ser nombrada maestra Emérita y recibir una medalla de la Fundación Olivares Santana, es recordada por las personas que atestiguaron sus desvelos. Varios familiares y amigos llamaron al programa para manifestar de manera vehemente las cualidades de una persona que trascendió a su medio

El 15 de enero pasado se cumplieron 10 años de la muerte de Adelina Alcalá Gallegos y algunos de sus amigos nos reunimos en un programa de radio para rendirle un modesto, pero sentido y significativo homenaje. Fue en el espacio que conduce desde hace varios años la doctora Consuelo Meza. En su programa De mujer símbolo y pensamiento estuvimos Maga Alcalá, Ricardo Orozco, Alberto Vital y una servidora.

El programa comenzó con las palabras de quien hizo una remembranza cálida y centrada en las cualidades más importantes de su hermana, Maga nos contó que al morir su papá, Adelina y Lulú, la hermana mayor, quedaron al cargo de las hermanas más chicas. Cuando esto sucedió, Adelina tenía apenas 17 años. Resulta sobresaliente que siendo tan joven y sin descuidar sus propios estudios, pues estaba en la Normal del Colegio Guadalupe Victoria, estuviera al pendiente de la educación de sus hermanas menores, como después estuvo también de sus sobrinos.

Maga reiteró la admiración que sentía por su hermana al verla que se desenvolvía con soltura y tomaba la batuta del legado familiar. Su capacidad comunicativa y los conocimientos que fue adquiriendo, la hicieron alternar con personalidades como el maestro Gilberto Sánchez Azuara, el doctor Alberto Vital, el Dr. Alfonso Pérez Romo, el maestro Jorge Ávila. Con este último trabajó en la elaboración de libros de texto para los alumnos de la preparatoria de la Universidad Autónoma.

Por su parte, el maestro Ricardo Orozco enfatizó que quizá la cualidad sobresaliente de Adelina fue su bondad. Relató algunas anécdotas para para ilustrar este rasgo de su personalidad, como el detalle de recogerle el cheque de una maestra jubilada y con pocas posibilidades de movilidad, aunque para eso tuviera que pagar varios traslados. Evocó que su entrada al Seminario de Cultura se debió a la generosa intervención de Adelina Eugenia, como le gustaba a ella ser llamada.

El maestro Orozco también se refirió Adelina en el contexto de un grupo generacional de mujeres, entre las que se encuentran Alicia Giacinti, Carmelita Arellano, Yolanda Ramírez Carballo, Carolina Castro Padilla, incluso alguien unos cuantos años mayor, la maestra Elvira López Aparicio, quienes, rompiendo el paradigma, no solamente se desempeñaron como maestras, sino que sus trabajos en los ámbitos públicos, en la elaboración de libros, o en la investigación y crítica literaria, las llevaron a dar un paso más allá y colaboraron de otras maneras con el desarrollo cultural de sus entornos.

Yo me quise referir a su trabajo de investigación literaria. Ella fue mi compañera en la primera generación de maestría de Maestría de literatura mexicana, un grupo que estuvo apoyado por los docentes del Instituto de investigaciones filológicas de la UNAM. Nuestra compañera se enfocó a estudiar la primera revista que vio la luz en la ciudad de Aguascalientes: La Imitación, donde Antonio Cornejo publicó por entregas la primera novela que vio la luz en esta localidad y que llevó el título de Ángela y Ricardo, anticipando con ello la trama romántica. Dicha narración se ubicaba en la época de las Cruzadas y tenía como espacio geográfico la plaza de San Marcos en Venecia. Adelina decidió trabajarla y realizó una excelente contextualización de la trama y los personajes. En síntesis, fue un buen trabajo que mereció la Magna cum laude. Nuestra propuesta es que la Universidad Autónoma publique esta novela, acompañada con el estudio filológico realizado, lo cual sería una contribución importante al tema de una posible historia de la literatura escrita en Aguascalientes.

Como cierre de este programa el Dr. Alberto Vital leyó, desde CDMX, el poema que compuso para Adelina y que está publicado en el libro Miscelánea en cuarentena, UAA,2022.

Adelina recuerdo tus respuestas antes de mis preguntas /tus pasos por tu casa, tus claras escaleras. /Recuerdo tus certezas: unas estaban juntas/ y otras más bien revueltas. Recuerdo tus quimeras/ Tu impráctico sentido práctico, tu gozosa cocina todo el año: comidas/, meriendas, colaciones. Recuerdo despedidas/ en tu cochera hablada. Recuerdo bien tu prosa/ intento descifrarte, alguien se llama como tú/ y estas almohadas y esta luz y este tomo/ fueron regalos tuyos. Algún jabón te evoca//

El lenguaje es muy práctico, pero nos encadena/ a su inaudible línea. Pienso que es una pena/ que no escuchemos sino las voces de la boca.

Pero estos acercamientos no agotan su perfil y los méritos para ser recordada como una mujer trascendente en nuestro entorno. Adelina Eugenia, quien en vida tuvo el reconocimiento de ser nombrada maestra Emérita y recibir una medalla de la Fundación Olivares Santana, es recordada por las personas que atestiguaron sus desvelos. Varios familiares y amigos llamaron al programa para manifestar de manera vehemente las cualidades de una persona que trascendió a su medio