/ viernes 22 de marzo de 2024

Taza de soles | La poesía y la neurosis humana

Asociamos el advenimiento de la primavera con ese don de la naturaleza que nos permite apreciar la renovación. Los árboles de hoja caediza recuperan su verdor. Un calorcito suave nos reanima del rigor de las temperaturas frías. En consecuencia, fue excelente decisión de la UNESCO, el haber elegido este día para conmemorar a nivel mundial la poesía. Esto fue en París, hace 25 años. En 1995. Se diría que el siglo xxi entró con el pie derecho en su reconocimiento de la bondad de este género literario que se caracteriza por el uso de imágenes, metáforas, gramática singular y su ritmo. El lenguaje poético constituye no solo otra faceta del diálogo entre las culturas. Constituye una forma de diálogo que privilegia la inclusión y la apertura. Más allá de posturas políticas y de creencias religiosas, que de hecho nos separan, el símbolo nos hermana en un lenguaje donde el lector decodifica un mensaje. que no solamente va dirigido a su cognición, sino que se eleva al nivel de lo más íntimo del corazón humano. Les invito a hacer una prueba. ¿Recuerdan la letra de una bella canción? “Sabor a mí”, por ejemplo, de Álvaro Carrillo, o más moderno “Si fuera” de Silvio Rodríguez, o “Esta tarde vi llover” de Armando Manzanero, muchas más de Juan Manuel Serrat o algunas de José Alfredo Jiménez como “Un mundo raro” En todas estas piezas musicales hay imágenes poéticas. Esto hecha por tierra la frase: “a mí no me gusta leer poesía, porque a veces no la entiendo”. La poesía nutre nuestro mundo musical muchísimo más de lo que imaginamos. Lo que ocurre es que vamos en la vida demasiado distraídos para darnos cuenta. Ya quisiera que en los festivales escolares los chicos cantaran cualquiera de estas piezas y no solamente las canciones en inglés que acostumbran como fondo de frenéticos bailes.

Me llama la atención, cuando leo las razones que da la UNESCO para haber decidido celebrar este género. “Eligió esta fecha con el principal objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y dar la oportunidad a las lenguas amenazadas de ser un vehículo de comunicación artística en sus respectivas comunidades”. Es interesante leer lo de “lenguas amenazadas”, y hay que tomarlo en serio. El español estaría seriamente amenazado sino rescatáramos su valor como lengua capaz de tener un ritmo y una poesía que nos acompañe en nuestro trajín diario. Si cuando encendemos la radio no escuchamos bellas canciones en español. Y no solamente las trilladas melodías de moda. Si cuando prendemos la televisión no vemos -allá de vez en cuando, por lo menos- algo parecido a lo que hace nuestra apreciada Thercy Arvizu en Radio UAA, con sus cápsulas de la “La voz de las palabras”. La poesía está hecha para sanar las neurosis del ser humano. Y si no me creen a mí, créanle a la gran poeta argentina Alejandra Pizarnik, o a nuestro Jaime Sabines que recetaba “unas cucharadas de luna o de poesía”.

Sigue diciendo la UNESCO que “Este día tiene como propósito promover la enseñanza de la poesía, así como también fomentar la tradición oral de los recitales de poéticos”.

Pero no sé cuánto se le haga caso. Ignoro si en el sistema educativo mexicano ya está incorporada esta celebración. Sólo sé que en la escuela a donde va mi nieto hoy se anunció que tendrán un festival cívico (supongo que celebrarán el natalicio de Benito Juárez) y luego habrá una kermese. Ustedes me darán sus opiniones.

Por lo menos es interesante plantearnos la pregunta y poner la cuestión sobre la mesa. Promover la enseñanza de la poesía nos debería de interesar a todos y a todas. Sería una bella utopía pensar que en el futuro este día se hiciera tradición citar a una tertulia familiar e invitar a cada miembro a que declame o lea un poema. Este lenguaje nos uniría, como ahora lo está haciendo en los grupos de quienes escribimos poesía. Es loable que haya programas de radio como “Cultura radiante”, cuyo titular Luis Arturo Malacara ha invitado a varios de nosotros a compartir sus poemas. Es meritorio que varias compañeras poetas se reúnan hoy en Casa Terán a leer poesía. Y que Josefina Jiménez haga lo propio en “Genio y figura”.

Por último, cito al periodista que habla de esta celebración: “Por eso, desde hace veinte años hay un verdadero movimiento en pro de la poesía, pues el mundo contemporáneo ha aceptado que hay necesidades insatisfechas en el terreno de la estética que pueden ser atendidas por la poesía”.

Y aunque tal vez este último párrafo no refleja la realidad exactamente, es una meta que nos permite avizorar un horizonte posible. Todo depende de nosotros.

Asociamos el advenimiento de la primavera con ese don de la naturaleza que nos permite apreciar la renovación. Los árboles de hoja caediza recuperan su verdor. Un calorcito suave nos reanima del rigor de las temperaturas frías. En consecuencia, fue excelente decisión de la UNESCO, el haber elegido este día para conmemorar a nivel mundial la poesía. Esto fue en París, hace 25 años. En 1995. Se diría que el siglo xxi entró con el pie derecho en su reconocimiento de la bondad de este género literario que se caracteriza por el uso de imágenes, metáforas, gramática singular y su ritmo. El lenguaje poético constituye no solo otra faceta del diálogo entre las culturas. Constituye una forma de diálogo que privilegia la inclusión y la apertura. Más allá de posturas políticas y de creencias religiosas, que de hecho nos separan, el símbolo nos hermana en un lenguaje donde el lector decodifica un mensaje. que no solamente va dirigido a su cognición, sino que se eleva al nivel de lo más íntimo del corazón humano. Les invito a hacer una prueba. ¿Recuerdan la letra de una bella canción? “Sabor a mí”, por ejemplo, de Álvaro Carrillo, o más moderno “Si fuera” de Silvio Rodríguez, o “Esta tarde vi llover” de Armando Manzanero, muchas más de Juan Manuel Serrat o algunas de José Alfredo Jiménez como “Un mundo raro” En todas estas piezas musicales hay imágenes poéticas. Esto hecha por tierra la frase: “a mí no me gusta leer poesía, porque a veces no la entiendo”. La poesía nutre nuestro mundo musical muchísimo más de lo que imaginamos. Lo que ocurre es que vamos en la vida demasiado distraídos para darnos cuenta. Ya quisiera que en los festivales escolares los chicos cantaran cualquiera de estas piezas y no solamente las canciones en inglés que acostumbran como fondo de frenéticos bailes.

Me llama la atención, cuando leo las razones que da la UNESCO para haber decidido celebrar este género. “Eligió esta fecha con el principal objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y dar la oportunidad a las lenguas amenazadas de ser un vehículo de comunicación artística en sus respectivas comunidades”. Es interesante leer lo de “lenguas amenazadas”, y hay que tomarlo en serio. El español estaría seriamente amenazado sino rescatáramos su valor como lengua capaz de tener un ritmo y una poesía que nos acompañe en nuestro trajín diario. Si cuando encendemos la radio no escuchamos bellas canciones en español. Y no solamente las trilladas melodías de moda. Si cuando prendemos la televisión no vemos -allá de vez en cuando, por lo menos- algo parecido a lo que hace nuestra apreciada Thercy Arvizu en Radio UAA, con sus cápsulas de la “La voz de las palabras”. La poesía está hecha para sanar las neurosis del ser humano. Y si no me creen a mí, créanle a la gran poeta argentina Alejandra Pizarnik, o a nuestro Jaime Sabines que recetaba “unas cucharadas de luna o de poesía”.

Sigue diciendo la UNESCO que “Este día tiene como propósito promover la enseñanza de la poesía, así como también fomentar la tradición oral de los recitales de poéticos”.

Pero no sé cuánto se le haga caso. Ignoro si en el sistema educativo mexicano ya está incorporada esta celebración. Sólo sé que en la escuela a donde va mi nieto hoy se anunció que tendrán un festival cívico (supongo que celebrarán el natalicio de Benito Juárez) y luego habrá una kermese. Ustedes me darán sus opiniones.

Por lo menos es interesante plantearnos la pregunta y poner la cuestión sobre la mesa. Promover la enseñanza de la poesía nos debería de interesar a todos y a todas. Sería una bella utopía pensar que en el futuro este día se hiciera tradición citar a una tertulia familiar e invitar a cada miembro a que declame o lea un poema. Este lenguaje nos uniría, como ahora lo está haciendo en los grupos de quienes escribimos poesía. Es loable que haya programas de radio como “Cultura radiante”, cuyo titular Luis Arturo Malacara ha invitado a varios de nosotros a compartir sus poemas. Es meritorio que varias compañeras poetas se reúnan hoy en Casa Terán a leer poesía. Y que Josefina Jiménez haga lo propio en “Genio y figura”.

Por último, cito al periodista que habla de esta celebración: “Por eso, desde hace veinte años hay un verdadero movimiento en pro de la poesía, pues el mundo contemporáneo ha aceptado que hay necesidades insatisfechas en el terreno de la estética que pueden ser atendidas por la poesía”.

Y aunque tal vez este último párrafo no refleja la realidad exactamente, es una meta que nos permite avizorar un horizonte posible. Todo depende de nosotros.