/ viernes 19 de abril de 2024

Taza de Soles | Nuestras maneras de ver el eclipse 

Aquí en Aguascalientes, el 8 de abril, el eclipse solar se alcanzó a ver en un 92 por ciento, y aunque hubo grupos de personas que, reunidas en espacios públicos, vivieron la experiencia de manera apropiada (con sus respectivos lentes protectores), en su mayor parte, fue un fenómeno del que no se obtuvo una experiencia educativa relevante.

Y se podría haber realizado, con un poco de cuidado y una organización oportuna. Y no solamente me refiero a que se hubieran proporcionado lentes adecuados para todos los escolares (que no hubiera sido tan utópico, porque es un artículo producido en China y que tiene un costo poco elevado cuando se compra en grandes cantidades).

Pero, aquí ni siquiera las ferreterías estaban preparadas para vender el cristal para soldador, del número requerido. Pero, bueno, no sé si algunos de ustedes siguieron las indicaciones de personas tan preparadas en el tema como la astrónoma Alma Ruiz Velasco, que días antes del evento publicó en sus redes: esta forma de apreciar el eclipse: 1) buscar un árbol. 2) observar los círculos que se proyectan en la sombra y agrega “Notarás que conforme el eclipse va avanzando, los círculos se ven como gajos; Éstos son imágenes del Sol proyectadas en tiempo real en el suelo.

Este método es gratis, seguro y muy divertido”. Luego, una recomendación muy pertinente:

Por favor no se encierren en sus casas solo porque no tienen lentes, los eclipses no solo se tratan de ver el Sol directamente, también pueden observar cómo cambia el ambiente, como se comportan algunos animales y hasta algunas plantas. Es una experiencia única. No son peligrosos, y aun cuando por accidente vean el Sol por unos segundos, no se van a quedar ciegos instantáneamente. Solo hay que tener cuidado”.

Del blog de Alma Ruiz Velasco: “Astronomía y arte”, les comparto con su anuencia, algunos fragmentos de su reseña: “Viaje a Mazatlán”:

“Alrededor de las 10 am ya todo el mundo estaba afuera con sus lentes, sus cámaras, sus telescopios, sus vidrios de soldador, sus binoculares, y toda clase de instrumentos para capturar algo de este momento tan fugaz y hermoso. Empezamos a ver como al Sol ya se le veía una «mordidita».

Un par de surfistas estaban en el mar sentados en sus tablas. La gente bailaba y cantaba a la orilla del mar. La sombra avanzaba. A lo lejos, mirando hacia el Pacífico en dirección oeste se empezó a notar cómo se oscurecía el cielo. 10:30, 10:45, el aire se sentía cada vez más fresco. La luz se hacía tenue y fantasmal. 11 am, solo quedaba una pequeña uñita de Sol visible a través de los lentes. La gente gritaba de emoción. Ya CASI estábamos en la totalidad ¡solo un poco más!

«¡Mira!, ¡¡¡ahí está Venus!!!» wooooaaaahhh!!!!!!! «¡¡¡Los pelícanos ya no están!! ¡¡¡se han ido a dormir!!!!»«Mira el horizonte!! ¡¡¡los colores!!!”»

“Venus estaba bien brillante al oeste del Sol. Júpiter apenas se veía al este, pero era más difícil localizarlo porque había todavía algunas nubes cercanas. En el horizonte se veía como si todos los atardeceres sucedieran al mismo tiempo. El mar, para mi sorpresa, estaba en calma; sin pájaros, sin olas, sin parachutes ni bananas.

Todo el mundo se detuvo a contemplar ese momento mágico. Y cuando pensé que ya no había nada más que esperar, una llamarada se hizo visible en el borde sudoeste del Sol. Roja, muy pero muy ROJA, como un mechero o un soplete, enfurecida y brillante. Nunca pensé ver algo así con mis propios ojos.

Contrastaba tanto con lo oscuro del cielo y la corona blanca, casi azulada alrededor de ese círculo negro que era como un agujero en el cielo, pero rodeado del resplandor plateado y destellante de la corona. Si por algo se le llama corona seguramente es por los picos que tiene. No solo eso, se mueve, brilla como una joya colgando de la nada. Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas. «Gracias Dios, ¡Gracias! qué hermoso!!! “[…]

Ella se pregunta si viajará para ver el eclipse en España en agosto del 2026 y por último nos invita: “Me gustaría leer sus experiencias, lo que aprendieron, lo que hicieron bien o lo que no volverían a hacer. Yo, por ejemplo, la próxima vez me llevaré una cobija porque subestimé lo frío que se puso el ambiente”. https://almaruizvelasco.com/blog/

Esta vibrante reseña contrasta con nuestras experiencias. SI el sistema educativo hubiera tenido una postura más activa y, junto con una concientización adecuada, hubieran provisto de lentes al alumnado, o por lo menos hubieran conducido a los alumnos a verlo de manera adecuada, muchos habrían tenido una experiencia fascinante. De esas que cambian la vida. Pero, como lo dejaron tan al margen de las experiencias de aprendizaje, muchos padres de familia optaron por no mandar a sus hijos a la escuela. LAMENTABLE.

Aquí en Aguascalientes, el 8 de abril, el eclipse solar se alcanzó a ver en un 92 por ciento, y aunque hubo grupos de personas que, reunidas en espacios públicos, vivieron la experiencia de manera apropiada (con sus respectivos lentes protectores), en su mayor parte, fue un fenómeno del que no se obtuvo una experiencia educativa relevante.

Y se podría haber realizado, con un poco de cuidado y una organización oportuna. Y no solamente me refiero a que se hubieran proporcionado lentes adecuados para todos los escolares (que no hubiera sido tan utópico, porque es un artículo producido en China y que tiene un costo poco elevado cuando se compra en grandes cantidades).

Pero, aquí ni siquiera las ferreterías estaban preparadas para vender el cristal para soldador, del número requerido. Pero, bueno, no sé si algunos de ustedes siguieron las indicaciones de personas tan preparadas en el tema como la astrónoma Alma Ruiz Velasco, que días antes del evento publicó en sus redes: esta forma de apreciar el eclipse: 1) buscar un árbol. 2) observar los círculos que se proyectan en la sombra y agrega “Notarás que conforme el eclipse va avanzando, los círculos se ven como gajos; Éstos son imágenes del Sol proyectadas en tiempo real en el suelo.

Este método es gratis, seguro y muy divertido”. Luego, una recomendación muy pertinente:

Por favor no se encierren en sus casas solo porque no tienen lentes, los eclipses no solo se tratan de ver el Sol directamente, también pueden observar cómo cambia el ambiente, como se comportan algunos animales y hasta algunas plantas. Es una experiencia única. No son peligrosos, y aun cuando por accidente vean el Sol por unos segundos, no se van a quedar ciegos instantáneamente. Solo hay que tener cuidado”.

Del blog de Alma Ruiz Velasco: “Astronomía y arte”, les comparto con su anuencia, algunos fragmentos de su reseña: “Viaje a Mazatlán”:

“Alrededor de las 10 am ya todo el mundo estaba afuera con sus lentes, sus cámaras, sus telescopios, sus vidrios de soldador, sus binoculares, y toda clase de instrumentos para capturar algo de este momento tan fugaz y hermoso. Empezamos a ver como al Sol ya se le veía una «mordidita».

Un par de surfistas estaban en el mar sentados en sus tablas. La gente bailaba y cantaba a la orilla del mar. La sombra avanzaba. A lo lejos, mirando hacia el Pacífico en dirección oeste se empezó a notar cómo se oscurecía el cielo. 10:30, 10:45, el aire se sentía cada vez más fresco. La luz se hacía tenue y fantasmal. 11 am, solo quedaba una pequeña uñita de Sol visible a través de los lentes. La gente gritaba de emoción. Ya CASI estábamos en la totalidad ¡solo un poco más!

«¡Mira!, ¡¡¡ahí está Venus!!!» wooooaaaahhh!!!!!!! «¡¡¡Los pelícanos ya no están!! ¡¡¡se han ido a dormir!!!!»«Mira el horizonte!! ¡¡¡los colores!!!”»

“Venus estaba bien brillante al oeste del Sol. Júpiter apenas se veía al este, pero era más difícil localizarlo porque había todavía algunas nubes cercanas. En el horizonte se veía como si todos los atardeceres sucedieran al mismo tiempo. El mar, para mi sorpresa, estaba en calma; sin pájaros, sin olas, sin parachutes ni bananas.

Todo el mundo se detuvo a contemplar ese momento mágico. Y cuando pensé que ya no había nada más que esperar, una llamarada se hizo visible en el borde sudoeste del Sol. Roja, muy pero muy ROJA, como un mechero o un soplete, enfurecida y brillante. Nunca pensé ver algo así con mis propios ojos.

Contrastaba tanto con lo oscuro del cielo y la corona blanca, casi azulada alrededor de ese círculo negro que era como un agujero en el cielo, pero rodeado del resplandor plateado y destellante de la corona. Si por algo se le llama corona seguramente es por los picos que tiene. No solo eso, se mueve, brilla como una joya colgando de la nada. Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas. «Gracias Dios, ¡Gracias! qué hermoso!!! “[…]

Ella se pregunta si viajará para ver el eclipse en España en agosto del 2026 y por último nos invita: “Me gustaría leer sus experiencias, lo que aprendieron, lo que hicieron bien o lo que no volverían a hacer. Yo, por ejemplo, la próxima vez me llevaré una cobija porque subestimé lo frío que se puso el ambiente”. https://almaruizvelasco.com/blog/

Esta vibrante reseña contrasta con nuestras experiencias. SI el sistema educativo hubiera tenido una postura más activa y, junto con una concientización adecuada, hubieran provisto de lentes al alumnado, o por lo menos hubieran conducido a los alumnos a verlo de manera adecuada, muchos habrían tenido una experiencia fascinante. De esas que cambian la vida. Pero, como lo dejaron tan al margen de las experiencias de aprendizaje, muchos padres de familia optaron por no mandar a sus hijos a la escuela. LAMENTABLE.