/ jueves 7 de marzo de 2024

ODS 8 y su papel en el desarrollo económico

Una de las más importantes lecciones que la pandemia nos dejó, es sin lugar a dudas el visibilizar que el mundo necesita de una gran reingeniería ya que no serán las personas más poderosas o las empresas más grandes y más fuertes las que sobrevivan, sino aquellas con la capacidad de evolucionar y reinventarse, por lo que el gran reto que presenta la Agenda 2030 para los países es repensar y rediseñar los modelos y sistemas tradicionales de desarrollo y generar los instrumentos necesarios para transformar los entornos de los actores más vulnerables, en ese tenor, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 8, entiende que el progreso se impulsa a través del crecimiento económico y éste a su vez es impulsado a través de generar la condiciones necesarias para acceder a un trabajo digno y decente. Adicional a ello, este objetivo contempla también el mantener el crecimiento económico per cápita de conformidad con las circunstancias de cada país y conseguir que el crecimiento del PIB de los países menos adelantados sea de, al menos, el 07% anual.

El sector empresarial juega un papel clave en la consecución de esta meta, por lo que este objetivo se logrará sólo al generar transformaciones estructurales de fondo, que se relacionen con la implementación de acciones de inclusión, es decir para todas las personas, especialmente para mujeres, jóvenes y otros grupos en situación de vulnerabilidad, erradicando prácticas como el trabajo forzoso e infantil e impulsando la innovación tecnológica y el emprendimiento con el fin de incrementar el bienestar de la población.

Las empresas deben garantizar condiciones dignas tanto en sus procesos de selección, definición de perfiles hablando de la generación de un nuevo empleo, como para sus colaboradores directos, y a lo largo de toda su cadena de valor, erradicar prácticas que pongan en peligro los derechos laborales y fomentar la creación de nuevos empleos especialmente entre grupos en situación de vulnerabilidad e incrementar la productividad económica.

El crecimiento económico contribuye al desarrollo sostenible cuando beneficia a todas las personas, reduce activamente las desigualdades y evita daños al medio ambiente. Para que el crecimiento sea inclusivo, las mujeres y los hombres deben poder acceder al empleo decente en condiciones de igualdad. Dado que las mujeres siguen teniendo menos probabilidades de formar parte de la población activa y más probabilidades de ocupar los peores puestos de trabajo —peligrosos, inseguros y mal pagados—, estamos aún muy lejos del crecimiento inclusivo.

En este tenor, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), contempla los aspectos mencionados en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 8 que tiene como ejes rectores los siguientes temas prioritarios:

• El empleo pleno y productivo y el trabajo decente.

• La eliminación de todas las formas de trabajo infantil.

• La formalización de la economía informal.

• Los emprendimientos, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas.

• La protección de los derechos laborales y la promoción de un entorno de trabajo seguro.

• La desigualdad salarial por razón de sexo.

• El desempleo entre los jóvenes.

Por ello resulta clave que las empresas promuevan a través de la cultura organizacional, acciones y buenas prácticas que contribuyan a garantizar los derechos de los trabajadores, extender la protección social y promover el diálogo social ya que estos ejes son considerados como los tres pilares del Programa de Trabajo Decente, con la igualdad de género como un tema transversal.

La consecución del Objetivo 8 exigirá una reforma en profundidad del sistema financiero para hacer frente al aumento de la deuda, a la incertidumbre económica y a las tensiones comerciales, promoviendo al mismo tiempo una remuneración equitativa y un trabajo digno. Lograr juntos un futuro mejor y más sostenible para todos, requiere desarrollar una nueva visión del mundo, ya que estamos siendo testigos y participes a nivel global de una gran transformación, que requiere de Agentes Activos de Cambio, con la capacidad de: RE-IMAGINARSE de RE-INVENTARSE Y TRANSFORMARSE.

@Janette Rodriguezv

Una de las más importantes lecciones que la pandemia nos dejó, es sin lugar a dudas el visibilizar que el mundo necesita de una gran reingeniería ya que no serán las personas más poderosas o las empresas más grandes y más fuertes las que sobrevivan, sino aquellas con la capacidad de evolucionar y reinventarse, por lo que el gran reto que presenta la Agenda 2030 para los países es repensar y rediseñar los modelos y sistemas tradicionales de desarrollo y generar los instrumentos necesarios para transformar los entornos de los actores más vulnerables, en ese tenor, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 8, entiende que el progreso se impulsa a través del crecimiento económico y éste a su vez es impulsado a través de generar la condiciones necesarias para acceder a un trabajo digno y decente. Adicional a ello, este objetivo contempla también el mantener el crecimiento económico per cápita de conformidad con las circunstancias de cada país y conseguir que el crecimiento del PIB de los países menos adelantados sea de, al menos, el 07% anual.

El sector empresarial juega un papel clave en la consecución de esta meta, por lo que este objetivo se logrará sólo al generar transformaciones estructurales de fondo, que se relacionen con la implementación de acciones de inclusión, es decir para todas las personas, especialmente para mujeres, jóvenes y otros grupos en situación de vulnerabilidad, erradicando prácticas como el trabajo forzoso e infantil e impulsando la innovación tecnológica y el emprendimiento con el fin de incrementar el bienestar de la población.

Las empresas deben garantizar condiciones dignas tanto en sus procesos de selección, definición de perfiles hablando de la generación de un nuevo empleo, como para sus colaboradores directos, y a lo largo de toda su cadena de valor, erradicar prácticas que pongan en peligro los derechos laborales y fomentar la creación de nuevos empleos especialmente entre grupos en situación de vulnerabilidad e incrementar la productividad económica.

El crecimiento económico contribuye al desarrollo sostenible cuando beneficia a todas las personas, reduce activamente las desigualdades y evita daños al medio ambiente. Para que el crecimiento sea inclusivo, las mujeres y los hombres deben poder acceder al empleo decente en condiciones de igualdad. Dado que las mujeres siguen teniendo menos probabilidades de formar parte de la población activa y más probabilidades de ocupar los peores puestos de trabajo —peligrosos, inseguros y mal pagados—, estamos aún muy lejos del crecimiento inclusivo.

En este tenor, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), contempla los aspectos mencionados en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 8 que tiene como ejes rectores los siguientes temas prioritarios:

• El empleo pleno y productivo y el trabajo decente.

• La eliminación de todas las formas de trabajo infantil.

• La formalización de la economía informal.

• Los emprendimientos, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas.

• La protección de los derechos laborales y la promoción de un entorno de trabajo seguro.

• La desigualdad salarial por razón de sexo.

• El desempleo entre los jóvenes.

Por ello resulta clave que las empresas promuevan a través de la cultura organizacional, acciones y buenas prácticas que contribuyan a garantizar los derechos de los trabajadores, extender la protección social y promover el diálogo social ya que estos ejes son considerados como los tres pilares del Programa de Trabajo Decente, con la igualdad de género como un tema transversal.

La consecución del Objetivo 8 exigirá una reforma en profundidad del sistema financiero para hacer frente al aumento de la deuda, a la incertidumbre económica y a las tensiones comerciales, promoviendo al mismo tiempo una remuneración equitativa y un trabajo digno. Lograr juntos un futuro mejor y más sostenible para todos, requiere desarrollar una nueva visión del mundo, ya que estamos siendo testigos y participes a nivel global de una gran transformación, que requiere de Agentes Activos de Cambio, con la capacidad de: RE-IMAGINARSE de RE-INVENTARSE Y TRANSFORMARSE.

@Janette Rodriguezv