Hace unos días nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el este año 2022 estará dedicado a homenajear al periodista, escritor y luchador social anarquista Ricardo Flores Magón, precursor de la Revolución Mexicana en el primer centenario de su fallecimiento. Esta decisión me pareció muy acertada por la importancia que tuvieron los hermanos Flores Magón en el proceso revolucionario y especialmente a Ricardo Flores Magón como periodista y luchador social.
Ya en 2019 publiqué en otro diario un texto sobre el legado de Ricardo a quien tanto admiro y su posible asesinato, vale la pena recuperar algunos de los datos sobre el tema de su muerte y en otra ocasión comentaré sobre su legado ideológico y periodístico de este destacado revolucionario miembro del Partido Liberal Mexicano (PLM).
Recordemos que Ricardo Flores Magón nació en San Antonio Eloxochitlán, Oaxaca, México en 1873 y falleció en una cárcel en Leavenworth, Kansas, Estados Unidos el 21 de noviembre de 1922 en condiciones que todavía levantan sospechas ya que existe la versión oficial de que murió de una enfermedad cardiaca, pero también existe la otra versión con bastantes elementos a favor de su credibilidad de que fue presuntamente estrangulado por un celador de la prisión que al parecer hizo el “trabajo” por encomienda de la agencia estadounidense de detectives Pinkerton que a su vez lo hacía prestándole los servicios al gobierno mexicano que entonces encabezaba el general Álvaro Obregón.
Desde su lucha en contra del régimen de Porfirio Díaz, los magonistas eran perseguidos por ese gobierno, sabemos que los huelguistas de Cananea de 1906 y 1907 tenían formación política magonista, a lo que se añade que precisamente desde 1906 promovió la lucha armada como camino para librarnos de esa opresión explotadora.
Ante la persecución del gobierno porfirista en contra de los magonistas encabezados por Ricardo Flores Magón decidieron exiliarse en Estados Unidos y desde allá continuar la lucha revolucionaria a través del trabajo político y periodístico. Desde 1906 el gobierno de Porfirio Díaz contrató agentes de la Pinkerton para perseguir y desactivar a los grupos del PLM en los Estados Unidos y Canadá.
La Pinkerton, considerada la primera agencia de detectives en el mundo fue fundada en la ciudad de Chicago por Allan Pinkerton en 1850. El logo de la agencia era un ojo abierto con el lema “Nunca dormimos” (We Never Sleep). Su fundador que anteriormente estuvo contratado para coordinar al cuerpo de seguridad del presidente estadounidense Abraham Lincoln creó primero su agencia para resolver crímenes comunes, luego como cazarrecompensas de forajidos de la justicia expandiendo su cobertura a todo el país y después se sumaron entre sus servicios hacer el trabajo sucio por la vía violenta de romper huelgas y presuntamente asesinar a líderes sociales y sindicales de ese país.
Un dato curioso que la Pinkerton creó la primera gran base de datos nacional con fichas criminales y líderes sociales incómodos para el gobierno estadounidense que posteriormente se la vendieron al Buró Federal de Investigaciones (FBI) creado en 1908. Otro dato curioso es que en la Pinkerton trabajó como agente el escritor de literatura policiaca negra Dashiell Hammett quien en varios de sus textos llama a la agencia “La Compañía”, muchas décadas después a la Central de Inteligencia Americana (CIA) la llegaban a llamar “La Corporación” tal vez como una referencia ca lo que era y hacía la Pinkerton.
Luego del triunfo de la Revolución, los magonistas siguieron siendo incómodos para la derecha en el poder, es presumible que Álvaro Obregón pagó a la Pinkerton para perseguir y conseguir la detención de Ricardo Flores Magón como el mismo líder social lo relata en una carta fechada el 9 de mayo de 1921, posterior a su último arresto en el que expone a su abogado que:
“Todo fue confiscado en las oficinas del periódico: prensas, máquinas de escribir, libros, muebles, etc., y vendido aún antes de que el juicio hubiese tenido lugar. Un detalle que ilustra la connivencia entre las autoridades mexicanas y las norteamericanas para perseguirme se puede constatar en el hecho de que el Administrador de Correos de Saint Louis me convocó a su oficina con el supuesto propósito de solicitarme cierta información acerca de la situación financiera del periódico; pero, en realidad, para permitir que me viera un detective de [la agencia] Pinkerton, quien así podría identificarme más tarde. Cuando yo llegué, en cumplimiento del citatorio, el detective ya se encontraba ahí. Ese mismo detective fue quien condujo a los agentes que me detuvieron”. Desde entonces la agencia de detectives le seguía los pasos.
Detenido por varios meses, el 21 de noviembre de 1922 los familiares de Flores Magón recibieron un telegrama de la cárcel de Kansas que decía que "Ricardo Flores Magón murió repentinamente a las cinco de la mañana, de enfermedad cardíaca”, al recibir el cuerpo encontraron que tenía huellas de estrangulamiento. En la investigación biográfica de Armando Bartra asegura que un celador al que apodaban “El Toro” lo estranguló. Existe la versión de que el asesino apareció muerto después supuestamente vengado por un preso mexicano.
Aunque no es comprobable, si es muy posible que de ser cierta la versión del homicidio, el “trabajo” pudo haber sido ejecutado por encomienda de la Pinkerton y seguramente pagado por el gobierno de Álvaro Obregón.
Ricardo Flores Magón representa el líder revolucionario perseguido por la dictadura porfirista y luego por gobiernos posrevolucionarios de derecha, recordarlo, homenajearlo es reconocer la importancia de la congruencia ideológica y en especial sobre su legado político y periodístico.
