/ viernes 19 de noviembre de 2021

Café Fausto | 21 para el 21 son libros que transforman

Hace un par de días llegó a mis manos los veintiún ejemplares de libros de la colección “21 para el 21” creada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) para su distribución gratuita en todos los rincones de México con un tiraje histórico de un millón cien mil ejemplares que lo convierte sin lugar a dudas en el esfuerzo de distribución popular de libros más importante de Nuestra América en los últimos treinta años. Esto es un cambio verdadero en lo editorial.

Lo escribo con mis dados cargados, sin objetividad alguna y la emoción en mi pecho, porque ver la curaduría de esta colección que permite hacer un recorrido a través de autores mexicanos sobre nuestra historia, pensamiento y literatura de nuestro país desde el siglo XIX con la lucha de nuestra independencia, la gesta transformadora de la Reforma, la Revolución y del México pos revolucionario que provoca un rebelde y popular amor por México me provoca una enorme alegría.

Esta alegría es saber que estos títulos están llegando de manera gratuita a escuelas secundarias, preparatorias, universidades públicas, círculos de lectura, becarios de posgrado, bibliotecas urbanas y rurales y a cualquier persona interesada en tener uno de los ejemplares con tan solo acercarse a una librería del FCE o de Educal para que se lo entreguen.

Con Paco Ignacio Taibo II a la cabeza, el FCE ha realizado cambios importantes desde un inicio de su gestión, como unificar los sistemas de las librerías Educal y del Fondo para su mejor funcionamiento, bajar precios de los libros en sus librerías, sacar libros de bodega para ofrecerlos a precios realmente accesibles, crear nuevas colecciones como el de novela gráfica para jóvenes con buenos precios, editar títulos con autores que en el periodo neoliberal hubiera sido impensable su publicación en el pensamiento conservador de esos editores oficiales, y por supuesto la colección popular Vientos del Pueblo con cuadernos que contienen ensayos, cuentos y series de poemas de autores mexicanos y extranjeros con espléndidas ilustraciones a precios que van de los diez a los veinte pesos, algo que conmueve en un país con lectores, pero con poco dinero para comprar libros.

Soy un convencido que el arte y la cultura son un derecho y por lo tanto debe ser accesible para todas las personas, que en lo posible se debe invertir en que la población tenga mayores herramientas para su crecimiento intelectual y humano porque eso crea una colectividad más plena y libre.

Cuando estudiaba el primer año de secundaria, la SEP y el FCE lanzaron la colección de libros “Lecturas Mexicanas” a un muy bajo costo con una estrategia de distribución de módulos de venta de libros denominada “Correo del Libro” que en lo personal me pareció en su momento muy acertada porque me permitió leer a muchos autores a muy bajo precio. Con el avance de los gobiernos neoliberales pensé que algo así no volvería a suceder.

Sin embargo, este año el FCE lanzó la colección “21 para el 21” con tirajes de 100 mil ejemplares para cada uno de los veintiún títulos que fueron cuidadosamente seleccionado y que se pudieron financiar con recursos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.

Podría dedicar varias entregas de esta columna en reseñar algunos de los libros de esta colección, sin embargo de manera general comentaré que muchos de los títulos son textos que eran casi imposibles de encontrar, que se trata de autores mexicanos del siglo XX y XX reconocidos y algunos emblemáticos que retrataron el tiempo que les tocó vivir de manera bella y acertada.

Los títulos de esta colección son “La revolución de Independencia”, de Luis Villoro, “Canek”, de Ermilo Abreu Gómez, “Muerte en el bosque”, de Amparo Dávila, “Balún Canán”, de Rosario Castellano, “El libro rojo de la Independencia”, de Vicente Riva Palacio y Manuel Payno, “Breve historia de la guerra con los Estados Unidos”, de José C. Valadés, “Tomóchic”, de Heriberto Frías, “Tiene la noche un árbol”, de Guadalupe Dueñas, “Antología de poesía mexicana del siglo XIX”, “Y Matarazo no llamó…”, de Elena Garro, “Tiempo de ladrones”, de Emilio Carballido,

“Río subterráneo”, de Inés Arredondo, “Los de abajo”, de Mariano Azuela, “El libro vacío”, de Josefina Vicens, “Noticias biográficas de insurgentes apodados”, de Elías Amador, “El laberinto de la soledad”, de Octavio Paz, “Apocalipstick”, de Carlos Monsiváis, “Pueblo en vilo”, de Luis González y González, “Paseo de la Reforma”, de Elena Poniatowska, “Crónicas de amor, de historia y de guerra”, de Guillermo Prieto, y “La sombra del caudillo”, de Martín Luis Guzmán.

Me causa mucha emoción que todos estos títulos se distribuirán también a trabajadores del sector salud, de seguridad pública y al ejército, a promotores culturales y de la lectura, sumado por supuesto a los otros muchos sectores sociales que antes había mencionado.

En una entrevista realizada en septiembre por Jeraro Villamil a Taibo II, el titular del FCE anunció que se planea una segunda colección denominada “22 para el 22” que en el próximo año se contempla incluir títulos de autores de toda Nuestra América y dirigido sobre todo a lectores jóvenes. Estoy convencido que será una excelente propuesta que fomente y motive la lectura en el país.

Hace un par de días llegó a mis manos los veintiún ejemplares de libros de la colección “21 para el 21” creada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) para su distribución gratuita en todos los rincones de México con un tiraje histórico de un millón cien mil ejemplares que lo convierte sin lugar a dudas en el esfuerzo de distribución popular de libros más importante de Nuestra América en los últimos treinta años. Esto es un cambio verdadero en lo editorial.

Lo escribo con mis dados cargados, sin objetividad alguna y la emoción en mi pecho, porque ver la curaduría de esta colección que permite hacer un recorrido a través de autores mexicanos sobre nuestra historia, pensamiento y literatura de nuestro país desde el siglo XIX con la lucha de nuestra independencia, la gesta transformadora de la Reforma, la Revolución y del México pos revolucionario que provoca un rebelde y popular amor por México me provoca una enorme alegría.

Esta alegría es saber que estos títulos están llegando de manera gratuita a escuelas secundarias, preparatorias, universidades públicas, círculos de lectura, becarios de posgrado, bibliotecas urbanas y rurales y a cualquier persona interesada en tener uno de los ejemplares con tan solo acercarse a una librería del FCE o de Educal para que se lo entreguen.

Con Paco Ignacio Taibo II a la cabeza, el FCE ha realizado cambios importantes desde un inicio de su gestión, como unificar los sistemas de las librerías Educal y del Fondo para su mejor funcionamiento, bajar precios de los libros en sus librerías, sacar libros de bodega para ofrecerlos a precios realmente accesibles, crear nuevas colecciones como el de novela gráfica para jóvenes con buenos precios, editar títulos con autores que en el periodo neoliberal hubiera sido impensable su publicación en el pensamiento conservador de esos editores oficiales, y por supuesto la colección popular Vientos del Pueblo con cuadernos que contienen ensayos, cuentos y series de poemas de autores mexicanos y extranjeros con espléndidas ilustraciones a precios que van de los diez a los veinte pesos, algo que conmueve en un país con lectores, pero con poco dinero para comprar libros.

Soy un convencido que el arte y la cultura son un derecho y por lo tanto debe ser accesible para todas las personas, que en lo posible se debe invertir en que la población tenga mayores herramientas para su crecimiento intelectual y humano porque eso crea una colectividad más plena y libre.

Cuando estudiaba el primer año de secundaria, la SEP y el FCE lanzaron la colección de libros “Lecturas Mexicanas” a un muy bajo costo con una estrategia de distribución de módulos de venta de libros denominada “Correo del Libro” que en lo personal me pareció en su momento muy acertada porque me permitió leer a muchos autores a muy bajo precio. Con el avance de los gobiernos neoliberales pensé que algo así no volvería a suceder.

Sin embargo, este año el FCE lanzó la colección “21 para el 21” con tirajes de 100 mil ejemplares para cada uno de los veintiún títulos que fueron cuidadosamente seleccionado y que se pudieron financiar con recursos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.

Podría dedicar varias entregas de esta columna en reseñar algunos de los libros de esta colección, sin embargo de manera general comentaré que muchos de los títulos son textos que eran casi imposibles de encontrar, que se trata de autores mexicanos del siglo XX y XX reconocidos y algunos emblemáticos que retrataron el tiempo que les tocó vivir de manera bella y acertada.

Los títulos de esta colección son “La revolución de Independencia”, de Luis Villoro, “Canek”, de Ermilo Abreu Gómez, “Muerte en el bosque”, de Amparo Dávila, “Balún Canán”, de Rosario Castellano, “El libro rojo de la Independencia”, de Vicente Riva Palacio y Manuel Payno, “Breve historia de la guerra con los Estados Unidos”, de José C. Valadés, “Tomóchic”, de Heriberto Frías, “Tiene la noche un árbol”, de Guadalupe Dueñas, “Antología de poesía mexicana del siglo XIX”, “Y Matarazo no llamó…”, de Elena Garro, “Tiempo de ladrones”, de Emilio Carballido,

“Río subterráneo”, de Inés Arredondo, “Los de abajo”, de Mariano Azuela, “El libro vacío”, de Josefina Vicens, “Noticias biográficas de insurgentes apodados”, de Elías Amador, “El laberinto de la soledad”, de Octavio Paz, “Apocalipstick”, de Carlos Monsiváis, “Pueblo en vilo”, de Luis González y González, “Paseo de la Reforma”, de Elena Poniatowska, “Crónicas de amor, de historia y de guerra”, de Guillermo Prieto, y “La sombra del caudillo”, de Martín Luis Guzmán.

Me causa mucha emoción que todos estos títulos se distribuirán también a trabajadores del sector salud, de seguridad pública y al ejército, a promotores culturales y de la lectura, sumado por supuesto a los otros muchos sectores sociales que antes había mencionado.

En una entrevista realizada en septiembre por Jeraro Villamil a Taibo II, el titular del FCE anunció que se planea una segunda colección denominada “22 para el 22” que en el próximo año se contempla incluir títulos de autores de toda Nuestra América y dirigido sobre todo a lectores jóvenes. Estoy convencido que será una excelente propuesta que fomente y motive la lectura en el país.