/ miércoles 3 de abril de 2024

Bajo el sol | Los periodistas de ayer (X)

En este capítulo nos toca recordar a cronistas deportivos. El primero de ellos el señor Saturnino Barrón, quien por espacio de varios años fue jefe de la Sección Deportiva de EL SOL DEL CENTRO allá por las décadas de los sesentas y principios de los setentas del siglo pasado. A Don Saturnino, quien alternaba su carrera periodística con la de ser trabajador ferrocarrilero, lo traté poco. Eran mis inicios como aprendiz de reportero y prácticamente nunca conversamos, salvo los saludos de cortesía.

Poco puedo hablar de él, aunque contaban una anécdota que un domingo llegó con dos o tres copas entre pecho y espalda a trabajar como jefe de la sección deportiva. Era un día con muchos encuentros deportivos a nivel profesional, sobre todo futbol. Y se le ocurrió poner la siguiente cabeza o título a la crónica del partido entre las Chivas Rayadas del Guadalajara y el América, el clásico de clásicos, cuyo resultado fue un empate a cero goles. La cabeza decía más o menos así: Chivas y América empataron a cero, pero a usted y a mí que puede importarnos”. Indudablemente que dicha cabeza fue corregida antes de su publicación.

Años después se jubiló y después de algún tiempo dejó de existir.

Cabe mencionar que antes había trabajado como reportero de deportes el señor Juan de la Vega, a quien recuerdo porque fuimos vecinos por la calle Ramón López Velarde, en el primer cuadro de la ciudad. El señor De la Vega, amigo personal y compañero de mi padre Mario Mora Barba, murió joven, cuando todavía tenía mucho por dar.

Ahora hablemos de don J. Cruz Bonilla Méndez, un cronista deportivo sin par y sin comparación en toda la extensión de la palabra. También perteneció al gremio ferrocarrilero y sus primeros años como reportero de deportes los vivió en el periódico El Heraldo de Aguascalientes. Posteriormente, decidió emigrar para trabajar en EL SOL, primero como redactor deportivo y poco tiempo después, por méritos propios, fue ascendido a jefe de la Sección Deportiva.

Evocar a don J. Cruz o señor Bonilla, como mucha gente le conocía, es referirnos a un cronista deportivo completo. Era un hombre apasionado de los deportes, sobre todo del beisbol y toros. Pero él tenía una asombrosa capacidad y una memoria privilegiada, pues te cubría cualquier encuentro deportivo, sea de beisbol, futbol, basquetbol, voleibol, tenis, frontenis, golf, box y hasta una función de lucha libre, no se diga una corrida de toros o una novillada, también una charreada. En suma, era un cronista deportivo completo.

Y por si fuera poco, gozaba de una excelente memoria, pues jamás utilizó una grabadora, acaso unas tarjetas y una pluma como soportes, pero las entrevistas y opiniones las archivaba en su memoria. Don J. Cruz hizo gala de lo que el laureado escritor colombiano Gabriel García Márquez aconsejaba a los estudiantes de la carrera de periodismo, en el sentido de privilegiar el cerebro sobre la grabadora. La grabadora no es sustituto de la memoria, decía.

Por iniciativa suya, a través de las páginas de EL SOL DEL CENTRO, se lanzó convocatoria pública para poner el nombre de Rieleros al equipo de beisbol profesional y de Panteras al conjunto de basquetbol, que tanto arriesgo tienen ahora en Aguascalientes.

Era un auténtico profesional del periodismo y un maestro en la crónica deportiva, pues tenía capacidad y conocimientos para cubrir cualquier evento deportivo, incluyendo competencias de atletismo y natación Un periodista completo.

Su trayectoria fue brillante y vasta. Un aspecto importante, digno de subrayar, es que don J. Cruz Bonilla Méndez recibió numerosos premios y reconocimientos en vida.

Su hijo, el también periodista José Luis Bonilla Barrón, nos cuenta que su padre vio la primera luz un 15 de septiembre de 1927. Trabajó en El Heraldo, El Sol del Centro e Hidrocálido, en ese orden. Fue reportero fundador de este último rotativo en octubre de 1981 y se mantuvo activo hasta el día de su fallecimiento que fue el 14 de abril de 2008, es decir, está por cumplir 16 años de ausencia.

Como dato curioso don Agustín Morales Padilla, fundador y presidente de Hidrocálido, redactó una nota luctuosa muy sentida al referirse a su muerte; “Escribo a quien escribió de todo y que sólo le faltó escribir la nota de su deceso”.

Además de los diarios locales, fue corresponsal taurino y de beisbol del diario deportivo Esto, Ovaciones, El Redondel y en revistas especializadas en el tema taurino.

Recibió innumerables reconocimientos, todos en vida afortunadamente, entre ellos su ingreso al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, placa de reconocimiento en la Plaza de Toros Monumental de Aguascalientes, el Instituto del Deporte lo reconoció como un de los mejores cronistas del ramo. Y se impuso su nombre en el salón de juntas del IDEA y el Ayuntamiento lo reconoció como ciudadano distinguido en tres administraciones distintas, la de Fernando Gómez Esparza, Ricardo Magdaleno y Gabriel Arellano.

Y aún hay más.

En este capítulo nos toca recordar a cronistas deportivos. El primero de ellos el señor Saturnino Barrón, quien por espacio de varios años fue jefe de la Sección Deportiva de EL SOL DEL CENTRO allá por las décadas de los sesentas y principios de los setentas del siglo pasado. A Don Saturnino, quien alternaba su carrera periodística con la de ser trabajador ferrocarrilero, lo traté poco. Eran mis inicios como aprendiz de reportero y prácticamente nunca conversamos, salvo los saludos de cortesía.

Poco puedo hablar de él, aunque contaban una anécdota que un domingo llegó con dos o tres copas entre pecho y espalda a trabajar como jefe de la sección deportiva. Era un día con muchos encuentros deportivos a nivel profesional, sobre todo futbol. Y se le ocurrió poner la siguiente cabeza o título a la crónica del partido entre las Chivas Rayadas del Guadalajara y el América, el clásico de clásicos, cuyo resultado fue un empate a cero goles. La cabeza decía más o menos así: Chivas y América empataron a cero, pero a usted y a mí que puede importarnos”. Indudablemente que dicha cabeza fue corregida antes de su publicación.

Años después se jubiló y después de algún tiempo dejó de existir.

Cabe mencionar que antes había trabajado como reportero de deportes el señor Juan de la Vega, a quien recuerdo porque fuimos vecinos por la calle Ramón López Velarde, en el primer cuadro de la ciudad. El señor De la Vega, amigo personal y compañero de mi padre Mario Mora Barba, murió joven, cuando todavía tenía mucho por dar.

Ahora hablemos de don J. Cruz Bonilla Méndez, un cronista deportivo sin par y sin comparación en toda la extensión de la palabra. También perteneció al gremio ferrocarrilero y sus primeros años como reportero de deportes los vivió en el periódico El Heraldo de Aguascalientes. Posteriormente, decidió emigrar para trabajar en EL SOL, primero como redactor deportivo y poco tiempo después, por méritos propios, fue ascendido a jefe de la Sección Deportiva.

Evocar a don J. Cruz o señor Bonilla, como mucha gente le conocía, es referirnos a un cronista deportivo completo. Era un hombre apasionado de los deportes, sobre todo del beisbol y toros. Pero él tenía una asombrosa capacidad y una memoria privilegiada, pues te cubría cualquier encuentro deportivo, sea de beisbol, futbol, basquetbol, voleibol, tenis, frontenis, golf, box y hasta una función de lucha libre, no se diga una corrida de toros o una novillada, también una charreada. En suma, era un cronista deportivo completo.

Y por si fuera poco, gozaba de una excelente memoria, pues jamás utilizó una grabadora, acaso unas tarjetas y una pluma como soportes, pero las entrevistas y opiniones las archivaba en su memoria. Don J. Cruz hizo gala de lo que el laureado escritor colombiano Gabriel García Márquez aconsejaba a los estudiantes de la carrera de periodismo, en el sentido de privilegiar el cerebro sobre la grabadora. La grabadora no es sustituto de la memoria, decía.

Por iniciativa suya, a través de las páginas de EL SOL DEL CENTRO, se lanzó convocatoria pública para poner el nombre de Rieleros al equipo de beisbol profesional y de Panteras al conjunto de basquetbol, que tanto arriesgo tienen ahora en Aguascalientes.

Era un auténtico profesional del periodismo y un maestro en la crónica deportiva, pues tenía capacidad y conocimientos para cubrir cualquier evento deportivo, incluyendo competencias de atletismo y natación Un periodista completo.

Su trayectoria fue brillante y vasta. Un aspecto importante, digno de subrayar, es que don J. Cruz Bonilla Méndez recibió numerosos premios y reconocimientos en vida.

Su hijo, el también periodista José Luis Bonilla Barrón, nos cuenta que su padre vio la primera luz un 15 de septiembre de 1927. Trabajó en El Heraldo, El Sol del Centro e Hidrocálido, en ese orden. Fue reportero fundador de este último rotativo en octubre de 1981 y se mantuvo activo hasta el día de su fallecimiento que fue el 14 de abril de 2008, es decir, está por cumplir 16 años de ausencia.

Como dato curioso don Agustín Morales Padilla, fundador y presidente de Hidrocálido, redactó una nota luctuosa muy sentida al referirse a su muerte; “Escribo a quien escribió de todo y que sólo le faltó escribir la nota de su deceso”.

Además de los diarios locales, fue corresponsal taurino y de beisbol del diario deportivo Esto, Ovaciones, El Redondel y en revistas especializadas en el tema taurino.

Recibió innumerables reconocimientos, todos en vida afortunadamente, entre ellos su ingreso al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, placa de reconocimiento en la Plaza de Toros Monumental de Aguascalientes, el Instituto del Deporte lo reconoció como un de los mejores cronistas del ramo. Y se impuso su nombre en el salón de juntas del IDEA y el Ayuntamiento lo reconoció como ciudadano distinguido en tres administraciones distintas, la de Fernando Gómez Esparza, Ricardo Magdaleno y Gabriel Arellano.

Y aún hay más.