/ miércoles 13 de marzo de 2024

Bajo el sol | Los periodistas de ayer (VII)

Estamos hablando ahora de Claudia Leticia Hernández, quien brilló con luz propia en el firmamento periodístico de Aguascalientes, debido a su sagacidad, instinto reporteril, capacidad, entusiasmo y ansias juveniles de ganarse un sitio privilegiado en el gremio.

Claudia Leticia, inteligente y guapa, gustaba o todavía gusta de vestir de pantalones jeans y playeras, que la hacían verse más joven de lo que era, destacó en poco tiempo como reportera de la sección local. Sabía valorar cada información y no desaprovechaba oportunidad para disputar la de ocho columnas a sus compañeros de sección.

Cubría fuentes empresariales y de asociaciones de profesionistas, que le daban suficientes notas para trabajar y desarrollarse, además de que constantemente realizaba entrevistas interesantes a personajes de Aguascalientes y a ilustres visitantes, sin excluir sus reportajes.

Sus años como periodista activa fueron fructíferos y dejaron huella en EL SOL DEL CENTRO. Ahora es una señora hecha y derecha, dedicada a tareas privadas, a su hogar y a sus hijos, tal vez nietos.

Otra persona a la que nos vamos a referir es a Idalia Bravo Alemany, una reportera que llegó procedente de San Luis Potosí. Maestra de profesión y periodista por vocación, Idalia comenzó a prestar sus servicios en el ahora desaparecido diario Momento que primero estuvo ubicado por la avenida José María Chávez y luego se cambió a la cuarta cuadra de la calle Juan de Montoro, a unos 100 metros con la calle de Cosío.

Idalia fue una reportera dinámica, incisiva en sus preguntas y que no se andaba por las ramas al momento de decir lo que pensaba. Muchas veces se ganó a pulso la nota de ocho columnas debido a sus interrogantes a las personas entrevistadas. Pero había un problema con ella, era excelente y eficaz reportera, pero un tanto deficiente para redactar sus notas, ante lo cual el corrector de estilo, el jefe de sección, el jefe de redacción e incluso hasta el propio director del diario tenían que “meter mano” a sus informaciones antes de publicarlas.

Idalia salió del diario Momento y logró incorporarse a las filas de EL SOL DEL CENTRO para trabajar en la sección de Sociales y Cultura, entre las fuentes informativas asignadas tenía el Obispado de Aguascalientes, el Seminario Diocesano y el Instituto Cultural de Aguascalientes y todas sus dependencias como museos, bibliotecas, salas de arte, obras de teatro, etc.

Dedicó buena parte de su vida a trabajar para EL SOL. Pocas veces, acaso dos o tres veces, se reportó enferma. Siempre gozó de buena salud, pero lo cierto es que Idalia no hacia caso de sus enfermedades y padecimientos.

Los años pasaron y en el 2014 un día al ir caminando por una de las últimas cuadras de la calle de Madero, dado que ella vivía a un costado de la Parroquia de La Purísima, tropezó y perdió el equilibrio. Ya no se pudo levantar, por lo cual los testigos presenciales solicitaron los servicios de una ambulancia, cuyos paramédicos la trasladaron urgentemente al Hospital General de Zona Número2 del IMSS, donde fue encamada y encamada de inmediato.

Los médicos le diagnosticaron fractura de cadera, por lo que era necesario someterla a intervención quirúrgica. Pero no la operaban e Idalia, desde su lecho de dolor, se desesperaba y se comunicó vía telefónica con el entonces director del Diario, don Francisco Gamboa López, y también con un servidor en mi calidad de jefe de información, además de que entre mis fuentes informativas tenía precisamente el IMSS.

Tanto Don Paco como el que esto escribe, cada uno por su lado, entablamos comunicación con las autoridades del Hospital General de Zona 2 del Seguro Social, quienes nos informaron que a Idalia no la podían operar porque tenía varias complicaciones como la presión sumamente elevada, problemas del corazón y otros males. Idalia no pudo superar sus males y su estado de salud se agravó hasta su fatal desenlace. Se fue de este mundo pero su trabajo queda para la posterioridad Ella fue ejemplo vivo de tenacidad, empeño, responsabilidad y dedicación. Hoy enaltecemos su memoria.

Quien también se entregó en cuerpo y alma al trabajo reporteril fue el calvillense Francisco Javier Valdivia Valdivia, quien llegó a EL SOLDEL CENTRO a realizar la labor de corrector, pero en poco tiempo logró colarse a la redacción como reportero de sociales y cultura. Francisco Javier se dedicó sobre todo a cubrir las actividades culturales de diversa índole y a hacer entrevistas. Siempre armado con su propia cámara fotográfica y su grabadora, sin faltar pluma y libreta de apuntes.

Estamos hablando ahora de Claudia Leticia Hernández, quien brilló con luz propia en el firmamento periodístico de Aguascalientes, debido a su sagacidad, instinto reporteril, capacidad, entusiasmo y ansias juveniles de ganarse un sitio privilegiado en el gremio.

Claudia Leticia, inteligente y guapa, gustaba o todavía gusta de vestir de pantalones jeans y playeras, que la hacían verse más joven de lo que era, destacó en poco tiempo como reportera de la sección local. Sabía valorar cada información y no desaprovechaba oportunidad para disputar la de ocho columnas a sus compañeros de sección.

Cubría fuentes empresariales y de asociaciones de profesionistas, que le daban suficientes notas para trabajar y desarrollarse, además de que constantemente realizaba entrevistas interesantes a personajes de Aguascalientes y a ilustres visitantes, sin excluir sus reportajes.

Sus años como periodista activa fueron fructíferos y dejaron huella en EL SOL DEL CENTRO. Ahora es una señora hecha y derecha, dedicada a tareas privadas, a su hogar y a sus hijos, tal vez nietos.

Otra persona a la que nos vamos a referir es a Idalia Bravo Alemany, una reportera que llegó procedente de San Luis Potosí. Maestra de profesión y periodista por vocación, Idalia comenzó a prestar sus servicios en el ahora desaparecido diario Momento que primero estuvo ubicado por la avenida José María Chávez y luego se cambió a la cuarta cuadra de la calle Juan de Montoro, a unos 100 metros con la calle de Cosío.

Idalia fue una reportera dinámica, incisiva en sus preguntas y que no se andaba por las ramas al momento de decir lo que pensaba. Muchas veces se ganó a pulso la nota de ocho columnas debido a sus interrogantes a las personas entrevistadas. Pero había un problema con ella, era excelente y eficaz reportera, pero un tanto deficiente para redactar sus notas, ante lo cual el corrector de estilo, el jefe de sección, el jefe de redacción e incluso hasta el propio director del diario tenían que “meter mano” a sus informaciones antes de publicarlas.

Idalia salió del diario Momento y logró incorporarse a las filas de EL SOL DEL CENTRO para trabajar en la sección de Sociales y Cultura, entre las fuentes informativas asignadas tenía el Obispado de Aguascalientes, el Seminario Diocesano y el Instituto Cultural de Aguascalientes y todas sus dependencias como museos, bibliotecas, salas de arte, obras de teatro, etc.

Dedicó buena parte de su vida a trabajar para EL SOL. Pocas veces, acaso dos o tres veces, se reportó enferma. Siempre gozó de buena salud, pero lo cierto es que Idalia no hacia caso de sus enfermedades y padecimientos.

Los años pasaron y en el 2014 un día al ir caminando por una de las últimas cuadras de la calle de Madero, dado que ella vivía a un costado de la Parroquia de La Purísima, tropezó y perdió el equilibrio. Ya no se pudo levantar, por lo cual los testigos presenciales solicitaron los servicios de una ambulancia, cuyos paramédicos la trasladaron urgentemente al Hospital General de Zona Número2 del IMSS, donde fue encamada y encamada de inmediato.

Los médicos le diagnosticaron fractura de cadera, por lo que era necesario someterla a intervención quirúrgica. Pero no la operaban e Idalia, desde su lecho de dolor, se desesperaba y se comunicó vía telefónica con el entonces director del Diario, don Francisco Gamboa López, y también con un servidor en mi calidad de jefe de información, además de que entre mis fuentes informativas tenía precisamente el IMSS.

Tanto Don Paco como el que esto escribe, cada uno por su lado, entablamos comunicación con las autoridades del Hospital General de Zona 2 del Seguro Social, quienes nos informaron que a Idalia no la podían operar porque tenía varias complicaciones como la presión sumamente elevada, problemas del corazón y otros males. Idalia no pudo superar sus males y su estado de salud se agravó hasta su fatal desenlace. Se fue de este mundo pero su trabajo queda para la posterioridad Ella fue ejemplo vivo de tenacidad, empeño, responsabilidad y dedicación. Hoy enaltecemos su memoria.

Quien también se entregó en cuerpo y alma al trabajo reporteril fue el calvillense Francisco Javier Valdivia Valdivia, quien llegó a EL SOLDEL CENTRO a realizar la labor de corrector, pero en poco tiempo logró colarse a la redacción como reportero de sociales y cultura. Francisco Javier se dedicó sobre todo a cubrir las actividades culturales de diversa índole y a hacer entrevistas. Siempre armado con su propia cámara fotográfica y su grabadora, sin faltar pluma y libreta de apuntes.