/ jueves 1 de agosto de 2019

El hombre es su palabra | Escritos del Tiempo

Texto de a la autoría del poeta, maestro y amigo singular, RAFAEL FRANCISCO AGUILAR LOMELÍ. Quien recrea su experiencia estudiantil en la Unión Soviética, donde obtuvo el Doctorado en Psicología Evolutiva y Pedagógica, en la cual nos comparte sus emociones y vivencias dando evidencia de su talento inobjetable.

El folleto en mención fue publicado en el año 1996, aunque los textos fueron escritos en el periodo 1989-1990.

Consta de cuatro capítulos de gran interés literario, destacándose un magnífico poema titulado CANTO A RAMÓN LÓPEZ VELARDE, que le compartiré próximamente.

Es grato para esta entrega compartirle un fragmento del prólogo de este libro, de la autoría de la poeta ROSALBA ABARCA CANCINO, quien describe el contenido del libro, llevándonos por los caminos de la emoción poética a flor de piel.

Es un bello prólogo que vale la pena leer, por su belleza y sencillez, al final, estoy seguro, me lo agradecerá.

“Encontrar una forma de hablar de un poeta que se admira como a un espejo que nos refleja es una tarea que acelera la velocidad de la sangre en un vértigo de sueños compartidos como si fuéramos los últimos habitantes de un íntimo universo en el que reina la palabra.

Es soñar como todos los poetas en un hombre nuevo, anunciador de estrellas.

Que sea capaz de borrar esta imagen de quienes por ahora más que hombres, son fantasmas que se viven ajenos en proyectos depredadores que les arrebatan además de la conciencia, la infantil capacidad de asombro que el tesoneramente guarda en el puño de su mano, a pesar de todo lo que sus ojos han visto de desencanto en las pupilas múltiples de los seres humanos.

Después de todo, no somos más que pequeños seres que habitamos un mundo hostil creado por nuestras manos, donde los jóvenes necesitan del peligro para autoafirmarse, porque los valores no son suficientes para justificar la muerte de los padres, o la pérdida de un brazo o las balas en el pecho y entonces el alcohol, la droga, la delincuencia o el escepticismo, parece ser la puerta para entrar a un mundo de fantasmas a muy temprana edad.

Es reconocer al poeta que no puede evitar que entre sus versos se filtre la cólera.

En un impulso de entender, en el plano de la conciencia, las razones para que el hombre habite sus propias angustias solo, teniendo a sus espaldas, las mudas estatuas erigidas a los fríos habitantes del pasado, que han hecho de la Historia monumentos de soberbia, y bajo sus pies, la inquietante desazón del que camina para encontrar a través del conocimiento de las diversas Culturas y Civilizaciones el sentido de la vida de esta humanidad de la que formamos parte.

Es encontrar en una prosa cálida, todo lo que se conjuga en frases para descubrirnos a Grecia como la cuna de la civilización y a Rusia, el corazón del Kremlin, como el sediento que en un instante se quiere beber el futuro, y que, a través de su voz, ha venido a México recordándonos que las fronteras se encuentran en el cerebro de los hombres y no en su corazón.

Rafael es, para mí, un poeta emigrado voluntariamente del mundo de las convenciones y de los falsos rostros, que viaja por el espíritu y la conciencia del hombre para descubrir sus motivaciones internas, y que quizá en la persistencia de ese camino interminable, un día pueda llegar a sus raíces, al origen, a la identidad y a la armonía.

Por ahora, afirma en estos ESCRITOS DEL TIEMPO, su fe en el hombre y su confianza en el porvenir.

Permitiéndonos llegar, a través de sus nostalgias, a su esencia de poeta prometeico, engendrado en la voz de León Felipe”. Rosalba Abarca Cancino, Aguascalientes, Ags. Junio de 1991.

Texto de a la autoría del poeta, maestro y amigo singular, RAFAEL FRANCISCO AGUILAR LOMELÍ. Quien recrea su experiencia estudiantil en la Unión Soviética, donde obtuvo el Doctorado en Psicología Evolutiva y Pedagógica, en la cual nos comparte sus emociones y vivencias dando evidencia de su talento inobjetable.

El folleto en mención fue publicado en el año 1996, aunque los textos fueron escritos en el periodo 1989-1990.

Consta de cuatro capítulos de gran interés literario, destacándose un magnífico poema titulado CANTO A RAMÓN LÓPEZ VELARDE, que le compartiré próximamente.

Es grato para esta entrega compartirle un fragmento del prólogo de este libro, de la autoría de la poeta ROSALBA ABARCA CANCINO, quien describe el contenido del libro, llevándonos por los caminos de la emoción poética a flor de piel.

Es un bello prólogo que vale la pena leer, por su belleza y sencillez, al final, estoy seguro, me lo agradecerá.

“Encontrar una forma de hablar de un poeta que se admira como a un espejo que nos refleja es una tarea que acelera la velocidad de la sangre en un vértigo de sueños compartidos como si fuéramos los últimos habitantes de un íntimo universo en el que reina la palabra.

Es soñar como todos los poetas en un hombre nuevo, anunciador de estrellas.

Que sea capaz de borrar esta imagen de quienes por ahora más que hombres, son fantasmas que se viven ajenos en proyectos depredadores que les arrebatan además de la conciencia, la infantil capacidad de asombro que el tesoneramente guarda en el puño de su mano, a pesar de todo lo que sus ojos han visto de desencanto en las pupilas múltiples de los seres humanos.

Después de todo, no somos más que pequeños seres que habitamos un mundo hostil creado por nuestras manos, donde los jóvenes necesitan del peligro para autoafirmarse, porque los valores no son suficientes para justificar la muerte de los padres, o la pérdida de un brazo o las balas en el pecho y entonces el alcohol, la droga, la delincuencia o el escepticismo, parece ser la puerta para entrar a un mundo de fantasmas a muy temprana edad.

Es reconocer al poeta que no puede evitar que entre sus versos se filtre la cólera.

En un impulso de entender, en el plano de la conciencia, las razones para que el hombre habite sus propias angustias solo, teniendo a sus espaldas, las mudas estatuas erigidas a los fríos habitantes del pasado, que han hecho de la Historia monumentos de soberbia, y bajo sus pies, la inquietante desazón del que camina para encontrar a través del conocimiento de las diversas Culturas y Civilizaciones el sentido de la vida de esta humanidad de la que formamos parte.

Es encontrar en una prosa cálida, todo lo que se conjuga en frases para descubrirnos a Grecia como la cuna de la civilización y a Rusia, el corazón del Kremlin, como el sediento que en un instante se quiere beber el futuro, y que, a través de su voz, ha venido a México recordándonos que las fronteras se encuentran en el cerebro de los hombres y no en su corazón.

Rafael es, para mí, un poeta emigrado voluntariamente del mundo de las convenciones y de los falsos rostros, que viaja por el espíritu y la conciencia del hombre para descubrir sus motivaciones internas, y que quizá en la persistencia de ese camino interminable, un día pueda llegar a sus raíces, al origen, a la identidad y a la armonía.

Por ahora, afirma en estos ESCRITOS DEL TIEMPO, su fe en el hombre y su confianza en el porvenir.

Permitiéndonos llegar, a través de sus nostalgias, a su esencia de poeta prometeico, engendrado en la voz de León Felipe”. Rosalba Abarca Cancino, Aguascalientes, Ags. Junio de 1991.