/ martes 28 de noviembre de 2023

Virtudes del aprendizaje en la docencia

Cada que concluye un curso de un semestre en la licenciatura de derecho en la que he estado adscrito como profesor docente desde 1998. Normalmente, para entonces programamos una presentación de fin de curso. Desde luego, no se trata de esas ceremonias comunes que han caracterizado la finalización de cursos, sean estos por terminación de ciclo escolar o algún nivel escolarizado, es común ver en dichos eventos júbilo, emoción o alivio; indudablemente el buen ánimo se debe a la descarga de un deber académico de una responsabilidad en el cumplimiento del contenido curricular de un programa académico.

En lo que a nosotros corresponde, proyectamos actividades formativas con resultados de producto académico, en las que los educandos deberán poner a prueba los conocimientos comprendidos en el periodo del curso, contrario a las comunes ceremonias en las nuestras se deberá acreditar el nivel o capacidad comprensiva del programa de la asignatura.

Es el caso que al finalizar nuestro curso, llevamos un ejercicio colectivo para evaluar y autoevaluar el resultado del proceso de enseñanza aprendizaje experimentado, el propósito es reflexionar los temas a la par con nuestro contexto; así como, la comprensión, concientización y maduración en un ideal de construir una concepción real y propia de nuestro entorno formativo vinculado a situaciones sociales, culturales, políticas y económicas de nuestra realidad.

En ese orden de ideas programamos un cierre del curso con una presentación de una indagatoria (trabajo final) que los estudiantes realizan durante y simultáneo a los temas curso.

Las recomendaciones del ensayo final son con perspectiva en temas del programa de la materia, lo que motivará al estudiante estar actualizado y/o atento en cada sesión del curso. Previo a cada sesión se da lectura y se entrega un ensayo del tema por ver, de esa manera se determinando la responsabilidad académica del estudiante que se materializa con diálogos abiertos por los integrantes del grupo.

Debo señalar que los resultados del ensayo final presentados el pasado fin de semana, se estiman satisfactorios, con una participación absoluta de los estudiantes. Definitivamente los temas elegidos a libre albedrio estuvieron inscritos a la actividad de uno de los órganos del estado (ejecutivo) en lo general y, a la estructura de administraciones públicas abordados durante el curso; el objetivo académico: comprender la actividad administrativa de las administraciones públicas en cualquiera de sus modalidades; así como las formas de organizarse y visualizar las estructuras que los representan.

Algunas exploraciones presentadas fueron de alta relevancia, de los que estoy seguro les ha quedado inquietud dar seguimiento al interés manifestado por el tema. No puede ser menos, cuando hay un despertar–por espontaneo o transitorio que éste sea- en la academia (estudiantes) y, su capacidad indagatoria para explorar lo desconocido.

Entre los temas elegidos por los escolares podemos mencionar algunos; por cierto, contenidos de interés general: en política educativa nacional; educación sexual en los libros de texto gratuito para escolares de cuarto, quinto y sexto de primaria, de prevención de la salud sexual y reproductiva de estudiantes de telesecundaria, así como, el perfil deseable en cuerpos académicos en la educación superior y sus respectivos estímulos; en gobiernos de la administraciones públicas municipales en materia de servicios públicos, recolección y destino final de desechos sólidos, panteones, rastro, obras públicas, transporte colectivo, bibliotecas, deportes, licencias para expendio y venta de alcoholes; de los gobiernos (todos niveles) en transparencia, acceso a la información y defensoría pública, así como, sus órganos internos de control.

De mayor relevancia que involucra responsabilidades públicas, sociales y privadas: se presentaron casos de estudio de grupos vulnerables como lo son las niñas, niños y adolescentes, las mujeres y personas adultas mayores en estado de abandono.

Estamos ciertos que los temas presentados por los educandos trascienden y concientiza en su integridad personal, las cuestiones investigadas-en su generalidad-, son invisibilizados por la sociedad en su conjunto, en el peor de los escenarios normalizados; varios de los referidos, -por decir lo menos-, son abordados de forma superflua o con poca importancia por el ente público o los responsables de la implementación de políticas públicas respectivas.

La semilla la han sembrado ellos (6° “Q” Y “W”), ahora corresponde y depende a ellos germine la inquietud depositada y registrada en sus memorias por darle realce a la academia; ¿pude dar el fruto? Claro que sí, depende del temple que estemos forjados y las ideas materializadas en acciones.

A medida que construyamos conciencia y visibilicemos los fenómenos que aqueja nuestra sociedad, podremos aspirar a una sociedad del bien estar; más justa, incluyente, equitativa, educada, libre de violencia, de corrupción, de inseguridad, de pobreza e inestabilidad.

Desde luego, el reto no es menor, requiere el compromiso absoluto; un pacto social y colectivo genuino, con un sello auténticamente humanista.

La principal transformación que necesitamos…es personal, lo demás es narrativa en la búsqueda del poder por el poder.

Cada que concluye un curso de un semestre en la licenciatura de derecho en la que he estado adscrito como profesor docente desde 1998. Normalmente, para entonces programamos una presentación de fin de curso. Desde luego, no se trata de esas ceremonias comunes que han caracterizado la finalización de cursos, sean estos por terminación de ciclo escolar o algún nivel escolarizado, es común ver en dichos eventos júbilo, emoción o alivio; indudablemente el buen ánimo se debe a la descarga de un deber académico de una responsabilidad en el cumplimiento del contenido curricular de un programa académico.

En lo que a nosotros corresponde, proyectamos actividades formativas con resultados de producto académico, en las que los educandos deberán poner a prueba los conocimientos comprendidos en el periodo del curso, contrario a las comunes ceremonias en las nuestras se deberá acreditar el nivel o capacidad comprensiva del programa de la asignatura.

Es el caso que al finalizar nuestro curso, llevamos un ejercicio colectivo para evaluar y autoevaluar el resultado del proceso de enseñanza aprendizaje experimentado, el propósito es reflexionar los temas a la par con nuestro contexto; así como, la comprensión, concientización y maduración en un ideal de construir una concepción real y propia de nuestro entorno formativo vinculado a situaciones sociales, culturales, políticas y económicas de nuestra realidad.

En ese orden de ideas programamos un cierre del curso con una presentación de una indagatoria (trabajo final) que los estudiantes realizan durante y simultáneo a los temas curso.

Las recomendaciones del ensayo final son con perspectiva en temas del programa de la materia, lo que motivará al estudiante estar actualizado y/o atento en cada sesión del curso. Previo a cada sesión se da lectura y se entrega un ensayo del tema por ver, de esa manera se determinando la responsabilidad académica del estudiante que se materializa con diálogos abiertos por los integrantes del grupo.

Debo señalar que los resultados del ensayo final presentados el pasado fin de semana, se estiman satisfactorios, con una participación absoluta de los estudiantes. Definitivamente los temas elegidos a libre albedrio estuvieron inscritos a la actividad de uno de los órganos del estado (ejecutivo) en lo general y, a la estructura de administraciones públicas abordados durante el curso; el objetivo académico: comprender la actividad administrativa de las administraciones públicas en cualquiera de sus modalidades; así como las formas de organizarse y visualizar las estructuras que los representan.

Algunas exploraciones presentadas fueron de alta relevancia, de los que estoy seguro les ha quedado inquietud dar seguimiento al interés manifestado por el tema. No puede ser menos, cuando hay un despertar–por espontaneo o transitorio que éste sea- en la academia (estudiantes) y, su capacidad indagatoria para explorar lo desconocido.

Entre los temas elegidos por los escolares podemos mencionar algunos; por cierto, contenidos de interés general: en política educativa nacional; educación sexual en los libros de texto gratuito para escolares de cuarto, quinto y sexto de primaria, de prevención de la salud sexual y reproductiva de estudiantes de telesecundaria, así como, el perfil deseable en cuerpos académicos en la educación superior y sus respectivos estímulos; en gobiernos de la administraciones públicas municipales en materia de servicios públicos, recolección y destino final de desechos sólidos, panteones, rastro, obras públicas, transporte colectivo, bibliotecas, deportes, licencias para expendio y venta de alcoholes; de los gobiernos (todos niveles) en transparencia, acceso a la información y defensoría pública, así como, sus órganos internos de control.

De mayor relevancia que involucra responsabilidades públicas, sociales y privadas: se presentaron casos de estudio de grupos vulnerables como lo son las niñas, niños y adolescentes, las mujeres y personas adultas mayores en estado de abandono.

Estamos ciertos que los temas presentados por los educandos trascienden y concientiza en su integridad personal, las cuestiones investigadas-en su generalidad-, son invisibilizados por la sociedad en su conjunto, en el peor de los escenarios normalizados; varios de los referidos, -por decir lo menos-, son abordados de forma superflua o con poca importancia por el ente público o los responsables de la implementación de políticas públicas respectivas.

La semilla la han sembrado ellos (6° “Q” Y “W”), ahora corresponde y depende a ellos germine la inquietud depositada y registrada en sus memorias por darle realce a la academia; ¿pude dar el fruto? Claro que sí, depende del temple que estemos forjados y las ideas materializadas en acciones.

A medida que construyamos conciencia y visibilicemos los fenómenos que aqueja nuestra sociedad, podremos aspirar a una sociedad del bien estar; más justa, incluyente, equitativa, educada, libre de violencia, de corrupción, de inseguridad, de pobreza e inestabilidad.

Desde luego, el reto no es menor, requiere el compromiso absoluto; un pacto social y colectivo genuino, con un sello auténticamente humanista.

La principal transformación que necesitamos…es personal, lo demás es narrativa en la búsqueda del poder por el poder.