/ martes 12 de julio de 2022

El Ágora | La nueva realidad educativa

La semana pasada concluyó el ciclo escolar 2021-2022, en el que egresaron las y los estudiantes que serán el futuro de México y su realidad escolar fue totalmente transformada por la pandemia que desembocó el COVID-19 afectando a todo el planeta.

Los retos ahora serán mayores para estas generaciones, desde los niveles básicos hasta los superiores, porque si algo es seguro es que la educación y la vida escolar no volverán a ser las mismas en nuestro país y en el mundo.

La educación superior fue la más afectada, principalmente en áreas sumamente prácticas como las de ciencias de la salud, ingenierías o la construcción, debido a que estas y estos estudiantes necesitan practicar para desarrollar sus habilidades profesionales, para que, cuando egresen cuenten con las capacidades suficientes para integrarse al mundo laboral.

Sabemos que un estudiante debe de practicar desde su etapa universitaria para comprender y aplicar la teoría aprendida y para ello requiere entrar en talleres y laboratorios que permanecieron cerrados, incluso algunos no pudieron realizar sus prácticas profesionales en la industria privada, todo esto a causa de la necesaria sana distancia ocasionada por la pandemia de coronavirus.

Las últimas generaciones egresadas de universidades públicas y privadas, vivieron una realidad totalmente distinta a las anteriores, ya que los planes de estudio, los maestros y la infraestructura no estaban preparadas para cumplir con las exigencias que causó la pandemia, por lo que debemos de exigir un cambio en los modelos educativos a nivel nacional y pasar de la educación tradicional a un modelo innovador por medio de la tecnología.

Nuestro país vive en diferentes realidades, en una colonia popular de una zona urbana perteneciente a una cuidad media las niñas y niños viven con limitadas posibilidades de conexión a Internet, en cambio las y los que residen en zonas rurales carecen de servicio eléctrico y la conectividad es un tema todavía lejano de resolver.

Por lo que al existir múltiples realidades es un enorme reto para modificar programas y desarrollar nuevos planes que solucionen problemas cuando vuelvan a presentarse, así como la preparación de los docentes para enfrentar esta nueva realidad que para muchas y muchos fue complicado al reinventarse primero con clases a distancia y después con las sesiones denominadas híbridas en las que debía crearse las clases presenciales, como para los que debían de permanecer en sus casas.

Sabemos de las muchas acciones que realizó el gobierno federal en apoyo a los estudiantes a través de las Becas Benito Juárez, las cuales han permitido que muchas niñas, niños y jóvenes pudieran continuar sus estudios en este complicado periodo de pandemia.

Cabe destacar que las Becas de Jóvenes Construyendo el Futuro permitieron que muchas y muchos jóvenes tuvieran un ingreso mientras aprendían una actividad productiva en una empresa y en el mismos sentido este apoyo permitirá que las y los beneficiados que acaban de egresar de su carrera puedan obtener la experiencia que no obtuvieron en las universidades.

Retomando el tema educativo, es importante que estas medidas de cambio de planes y programas están las de seguimiento a las acciones de prevención de contagios que implica la vacunación y refuerzo de vacuna cuando cada sector de la población sea llamado a realizarlo.

Es importante que estas acciones de prevención de contagios tomen medidas de cambio en los planes de estudio, los cuales implican la vacunación en cada sector de población. El Gobierno de la República tuvo que tomar decisiones difíciles durante la pandemia, no cabe duda que siempre puso por delante la vida de las y los estudiantes, al igual que la de sus familias. Ahora es turno de que acudamos a vacunarnos y llevar sobre todo a las niñas y niños para que la propagación del virus disminuya, logrando así regresar a una nueva realidad post-covid de la mano de la ciencia y la tecnología, para lograr una transformación en la vida educativa del futuro del país.

La semana pasada concluyó el ciclo escolar 2021-2022, en el que egresaron las y los estudiantes que serán el futuro de México y su realidad escolar fue totalmente transformada por la pandemia que desembocó el COVID-19 afectando a todo el planeta.

Los retos ahora serán mayores para estas generaciones, desde los niveles básicos hasta los superiores, porque si algo es seguro es que la educación y la vida escolar no volverán a ser las mismas en nuestro país y en el mundo.

La educación superior fue la más afectada, principalmente en áreas sumamente prácticas como las de ciencias de la salud, ingenierías o la construcción, debido a que estas y estos estudiantes necesitan practicar para desarrollar sus habilidades profesionales, para que, cuando egresen cuenten con las capacidades suficientes para integrarse al mundo laboral.

Sabemos que un estudiante debe de practicar desde su etapa universitaria para comprender y aplicar la teoría aprendida y para ello requiere entrar en talleres y laboratorios que permanecieron cerrados, incluso algunos no pudieron realizar sus prácticas profesionales en la industria privada, todo esto a causa de la necesaria sana distancia ocasionada por la pandemia de coronavirus.

Las últimas generaciones egresadas de universidades públicas y privadas, vivieron una realidad totalmente distinta a las anteriores, ya que los planes de estudio, los maestros y la infraestructura no estaban preparadas para cumplir con las exigencias que causó la pandemia, por lo que debemos de exigir un cambio en los modelos educativos a nivel nacional y pasar de la educación tradicional a un modelo innovador por medio de la tecnología.

Nuestro país vive en diferentes realidades, en una colonia popular de una zona urbana perteneciente a una cuidad media las niñas y niños viven con limitadas posibilidades de conexión a Internet, en cambio las y los que residen en zonas rurales carecen de servicio eléctrico y la conectividad es un tema todavía lejano de resolver.

Por lo que al existir múltiples realidades es un enorme reto para modificar programas y desarrollar nuevos planes que solucionen problemas cuando vuelvan a presentarse, así como la preparación de los docentes para enfrentar esta nueva realidad que para muchas y muchos fue complicado al reinventarse primero con clases a distancia y después con las sesiones denominadas híbridas en las que debía crearse las clases presenciales, como para los que debían de permanecer en sus casas.

Sabemos de las muchas acciones que realizó el gobierno federal en apoyo a los estudiantes a través de las Becas Benito Juárez, las cuales han permitido que muchas niñas, niños y jóvenes pudieran continuar sus estudios en este complicado periodo de pandemia.

Cabe destacar que las Becas de Jóvenes Construyendo el Futuro permitieron que muchas y muchos jóvenes tuvieran un ingreso mientras aprendían una actividad productiva en una empresa y en el mismos sentido este apoyo permitirá que las y los beneficiados que acaban de egresar de su carrera puedan obtener la experiencia que no obtuvieron en las universidades.

Retomando el tema educativo, es importante que estas medidas de cambio de planes y programas están las de seguimiento a las acciones de prevención de contagios que implica la vacunación y refuerzo de vacuna cuando cada sector de la población sea llamado a realizarlo.

Es importante que estas acciones de prevención de contagios tomen medidas de cambio en los planes de estudio, los cuales implican la vacunación en cada sector de población. El Gobierno de la República tuvo que tomar decisiones difíciles durante la pandemia, no cabe duda que siempre puso por delante la vida de las y los estudiantes, al igual que la de sus familias. Ahora es turno de que acudamos a vacunarnos y llevar sobre todo a las niñas y niños para que la propagación del virus disminuya, logrando así regresar a una nueva realidad post-covid de la mano de la ciencia y la tecnología, para lograr una transformación en la vida educativa del futuro del país.