Que si tienen forma de botita, de arbolito, de burrito sabanero o la tradicional de cinco picos; lo cierto es que, ver cómo una piñata se eleva, es una invitación a saborear las delicias que trae dentro, esperando con ansias que llegue nuestro turno para pegarle con todas las fuerzas.
Esta hermosa costumbre, aunque es una de las favoritas de la República Mexicana, tiene su origen en China, pues se dice que Marco Polo, en sus múltiples viajes, al llegar a ese país observó que figuras de animales, cubiertos con papeles de colores, que se usaban para celebrar el Año Nuevo Chino.
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Gracias a él, esta práctica llego a Italia, para luego extenderse por toda Europa, y su uso se adaptó al periodo religioso de la Cuaresma, en la que se envolvía una olla de barro, con cintas de varios colores. De ahí su nombre, ya que el término italiano pignatta, significa “olla frágil”.
En México, este objeto fue usado por primera vez por los aztecas, quienes sujetaron una olla que contenía variedad de granos y de frutas, en representación de la abundancia, y se colocaban a la entrada de sus templos, como símbolo de gratitud por la provisión recibida.
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Posteriormente, durante la Conquista, fue usada como herramienta de evangelización, y se comenzaron a decorar con los siete picos tradicionales, que representan los pecados capitales o las tentaciones del mal. Una persona con los ojos vendados, que simboliza la fé ciega en Dios, intenta romperla como señal de triunfo sobre el pecado y los frutos que de ella salen, son los premios por superar la tentación.
Precisamente es en la temporada navideña cuando se incrementa la producción y comercio de esta artesanía, que se puede encontrar en forma de monito de nieve, de Santa Claus, de Nochebuena, aunque la que más se pide, aseguran los comerciantes, es la de siete picos.
Cual sea su significado o su forma, lo cierto que las piñatas suelen significar uno de los momentos más emocionantes de una posada o una reunión familiar; y es que dicen por ahí que en las piñatas no hay familiares y amigos, pues cualquiera te puede desconocer por un mazapán o un chocolate.
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