/ miércoles 20 de abril de 2022

Transparencia, ciudadanía y revocación de mandato

El pasado domingo 10 de abril se desarrolló en nuestro país el primer ejercicio de revocación del mandato, una novedosa figura introducida a nuestras normas, con el objetivo de darle una revitalización a la vida democrática a través de la participación de la sociedad de forma directa. Sin duda, en tiempos en los que la democracia se enfrenta a los retos de una época de veloces cambios tecnológicos, sociales, culturales y económicos, se requieren dinámicas innovadoras, transformadoras y disruptivas para dinamizarla, logrando que se recupere en ella la confianza de la ciudadanía y continuemos apostando por este modelo insustituible como nuestro sistema de toma de decisiones públicas.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE), con base en la lista nominal, se registró una participación de 17.7%, de los cuales, el 91.8% votó porque siga y 6.1% porque se revoque, más 1.6% de votos nulos. Más allá de los resultados, este ejercicio nos permite recordar que la democracia no se agota solo en su ámbito electoral, sino que es cada vez un proceso más complejo, que va desde la debida garantía, respeto y promoción de los derechos fundamentales, hasta un ejercicio de constante interacción entre representantes y representados.

En este sentido, desde la trinchera de la rendición de cuentas, y particularmente desde la causa de la transparencia en México, observamos el arribo a nuestra democracia de nuevos mecanismos de participación social que con su continua práctica pueden mejorar el actual andamiaje institucional. En este sentido, Sartori (1997) advierte que entre más formas de participación civil existan, hay más probabilidades para mejorar los sistemas democráticos.

Ante lo anterior, desde el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), tenemos entre nuestras funciones, la de la promoción del modelo de Gobierno Abierto, que ha venido transformándose en una propuesta más amplia y ambiciosa: la del Estado Abierto. Sin participación ciudadana, voluntad política y deliberación pública, no será posible lograr que el Estado mexicano, en todas sus instituciones y niveles, logre una apertura de la magnitud que hoy demandan las condiciones políticas y sociales de un pueblo mexicano diverso, plural y cada vez con más recursos para informarse. Desde la Máxima Casa de la Transparencia fomentamos la alianza virtuosa con medios de comunicación y periodistas para promover el ejercicio de las libertades informativas y mejorar el intercambio público.

En esta línea, es importante considerar que para que la participación ciudadana sea efectiva se requiere de información confiable. Contar con criterios suficientes para emitir un voto informado, se vuelve una obligación de una ciudadanía corresponsable con las batallas de su pasado, los desafíos presentes y los retos del futuro.

Nuestra democracia merece hoy que todos apostemos por ella, por su mejora y su consolidación en aras del país que todos anhelamos. En el INAI estamos para atender, servir, orientar y garantizar el interés de la sociedad para obtener información pública que contribuya a su participación política.

Figuras como la revocación del mandato, la consulta popular y otras, se verán fortalecidas con un debate informado, respetuoso a partir de argumentos cuyo sustento sean los datos confiables a través de los cauces constitucionales establecidos.

Cabe hacer un reconocimiento a todas las personas que decidieron participar en este histórico ejercicio, y a las ciudadanas y ciudadanos, que fungieron como funcionarios de casilla. Hoy más que nunca, el papel de los organismos autónomos como el INE son importantes para la implementación de nuevas formas democráticas de participación.

En las sociedades modernas la democracia no puede entenderse sin la participación social y la transparencia. El conocimiento de lo público es inherente a la democracia y viceversa, apostemos por vincularlos cada vez más, para beneficio de México, su bienestar hoy y mañana.

El pasado domingo 10 de abril se desarrolló en nuestro país el primer ejercicio de revocación del mandato, una novedosa figura introducida a nuestras normas, con el objetivo de darle una revitalización a la vida democrática a través de la participación de la sociedad de forma directa. Sin duda, en tiempos en los que la democracia se enfrenta a los retos de una época de veloces cambios tecnológicos, sociales, culturales y económicos, se requieren dinámicas innovadoras, transformadoras y disruptivas para dinamizarla, logrando que se recupere en ella la confianza de la ciudadanía y continuemos apostando por este modelo insustituible como nuestro sistema de toma de decisiones públicas.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE), con base en la lista nominal, se registró una participación de 17.7%, de los cuales, el 91.8% votó porque siga y 6.1% porque se revoque, más 1.6% de votos nulos. Más allá de los resultados, este ejercicio nos permite recordar que la democracia no se agota solo en su ámbito electoral, sino que es cada vez un proceso más complejo, que va desde la debida garantía, respeto y promoción de los derechos fundamentales, hasta un ejercicio de constante interacción entre representantes y representados.

En este sentido, desde la trinchera de la rendición de cuentas, y particularmente desde la causa de la transparencia en México, observamos el arribo a nuestra democracia de nuevos mecanismos de participación social que con su continua práctica pueden mejorar el actual andamiaje institucional. En este sentido, Sartori (1997) advierte que entre más formas de participación civil existan, hay más probabilidades para mejorar los sistemas democráticos.

Ante lo anterior, desde el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), tenemos entre nuestras funciones, la de la promoción del modelo de Gobierno Abierto, que ha venido transformándose en una propuesta más amplia y ambiciosa: la del Estado Abierto. Sin participación ciudadana, voluntad política y deliberación pública, no será posible lograr que el Estado mexicano, en todas sus instituciones y niveles, logre una apertura de la magnitud que hoy demandan las condiciones políticas y sociales de un pueblo mexicano diverso, plural y cada vez con más recursos para informarse. Desde la Máxima Casa de la Transparencia fomentamos la alianza virtuosa con medios de comunicación y periodistas para promover el ejercicio de las libertades informativas y mejorar el intercambio público.

En esta línea, es importante considerar que para que la participación ciudadana sea efectiva se requiere de información confiable. Contar con criterios suficientes para emitir un voto informado, se vuelve una obligación de una ciudadanía corresponsable con las batallas de su pasado, los desafíos presentes y los retos del futuro.

Nuestra democracia merece hoy que todos apostemos por ella, por su mejora y su consolidación en aras del país que todos anhelamos. En el INAI estamos para atender, servir, orientar y garantizar el interés de la sociedad para obtener información pública que contribuya a su participación política.

Figuras como la revocación del mandato, la consulta popular y otras, se verán fortalecidas con un debate informado, respetuoso a partir de argumentos cuyo sustento sean los datos confiables a través de los cauces constitucionales establecidos.

Cabe hacer un reconocimiento a todas las personas que decidieron participar en este histórico ejercicio, y a las ciudadanas y ciudadanos, que fungieron como funcionarios de casilla. Hoy más que nunca, el papel de los organismos autónomos como el INE son importantes para la implementación de nuevas formas democráticas de participación.

En las sociedades modernas la democracia no puede entenderse sin la participación social y la transparencia. El conocimiento de lo público es inherente a la democracia y viceversa, apostemos por vincularlos cada vez más, para beneficio de México, su bienestar hoy y mañana.