/ miércoles 17 de abril de 2024

El fraude cibernético

Hoy nuestros datos personales se han convertido en el activo más valioso que poseemos. Los usuarios generamos un rastro casi permanente debido al uso cotidiano del internet, que incluye desde nuestra información de contacto hasta nuestros hábitos de consumo. Por ello debemos saber que nuestros datos están constantemente bajo amenaza.

Existe un mercado amplio para la compra y venta de bases de datos donde empresas —sin ningún rigor ético— adquieren esta información para conseguir nuevos clientes, expandir publicidad, generar tendencias en redes sociales, entre otros fines. Por ello, es fundamental que como sociedad tomemos conciencia de la importancia de proteger nuestros datos personales.

En México, en el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), nos encargamos de velar por la privacidad conforme a lo establecido en las leyes que regulan tanto al sector público como al privado. Sin embargo, este cuidado comienza en las decisiones que tomamos cada uno de nosotros al compartir información personal.

Desde el INAI actuamos en dos vertientes para proteger la privacidad y el uso correcto de los datos personales. Por un parte con los propietarios de los datos, es decir, cada persona que desea ejercer sus derechos de Acceso, Rectificación, Cancelación, Oposición o Portabilidad (ARCOP); también realizamos campañas en escuelas, universidades y plazas públicas, para que cada vez más personas conozcan la importancia de la privacidad. Las dos conferencias que di la semana pasada en universidades de Guadalajara y Ciudad Juárez son ejemplo de ello.

Por otra parte, el INAI sanciona a las instituciones públicas y empresas privadas que han incurrido en algún uso indebido de los datos que brindan sus clientes. Estas se traducen en multas con base en el daño ocasionado por los mismos.

Es urgente que tomemos medidas para proteger nuestra información personal y financiera. Por ejemplo, el “phishing” (una técnica de fraude donde las personas comparten información confidencial) ha aumentado en los últimos años.

A través de mensajes de texto, imágenes publicitarias o llamadas telefónicas que parecen legítimas de bancos, empresas de comercio o tiendas departamentales, se pide a las víctimas que introduzcan datos como contraseñas, números de tarjetas de crédito o información bancaria. Otro ejemplo de fraude son los correos maliciosos que pueden contener enlaces o archivos adjuntos infectados que, una vez abiertos, comprometen la seguridad de nuestros dispositivos.

Los riesgos de sufrir estos fraudes cibernéticos van mucho más allá de las transacciones financieras. Nuestra vida privada está en juego, pues la información que compartimos en línea puede ser utilizada en nuestra contra. Pueden suplantar nuestra identidad tanto para trámites como en las mismas redes sociales. ¿Quién no ha conocido a alguien a quien le robaron la cuenta del Whatsapp y piden dinero prestado a su nombre? ¿O de alguna oferta para un empleo en Amazon?

Hay medidas simples que podemos tomar para protegernos contra el fraude cibernético. 1) Debemos ser escépticos ante los correos electrónicos y mensajes sospechosos, especialmente si provienen de remitentes desconocidos o solicitan información personal; 2) nunca debemos hacer clic en enlaces o descargar archivos adjuntos de fuentes no confiables; 3) es crucial mantener nuestros dispositivos y programas actualizados con los últimos parches de seguridad y antivirus; 4) utilizar contraseñas únicas y poco intuitivas para cada cuenta; 5) en lo posible utilizar las verificaciones en dos pasos (que además de necesitar contraseña se envíe un código de comprobación al celular).

En última instancia, proteger nuestros datos personales es fundamental para salvaguardar nuestra privacidad y seguridad en línea. No podemos subestimar la importancia de este tema en un mundo cada vez más conectado digitalmente. Si queremos evitar convertirnos en víctimas de fraudes cibernéticos, debemos tomar medidas proactivas para proteger nuestra información. Solo así podremos navegar por la web con confianza y seguridad.

@JulietDelrio

Hoy nuestros datos personales se han convertido en el activo más valioso que poseemos. Los usuarios generamos un rastro casi permanente debido al uso cotidiano del internet, que incluye desde nuestra información de contacto hasta nuestros hábitos de consumo. Por ello debemos saber que nuestros datos están constantemente bajo amenaza.

Existe un mercado amplio para la compra y venta de bases de datos donde empresas —sin ningún rigor ético— adquieren esta información para conseguir nuevos clientes, expandir publicidad, generar tendencias en redes sociales, entre otros fines. Por ello, es fundamental que como sociedad tomemos conciencia de la importancia de proteger nuestros datos personales.

En México, en el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), nos encargamos de velar por la privacidad conforme a lo establecido en las leyes que regulan tanto al sector público como al privado. Sin embargo, este cuidado comienza en las decisiones que tomamos cada uno de nosotros al compartir información personal.

Desde el INAI actuamos en dos vertientes para proteger la privacidad y el uso correcto de los datos personales. Por un parte con los propietarios de los datos, es decir, cada persona que desea ejercer sus derechos de Acceso, Rectificación, Cancelación, Oposición o Portabilidad (ARCOP); también realizamos campañas en escuelas, universidades y plazas públicas, para que cada vez más personas conozcan la importancia de la privacidad. Las dos conferencias que di la semana pasada en universidades de Guadalajara y Ciudad Juárez son ejemplo de ello.

Por otra parte, el INAI sanciona a las instituciones públicas y empresas privadas que han incurrido en algún uso indebido de los datos que brindan sus clientes. Estas se traducen en multas con base en el daño ocasionado por los mismos.

Es urgente que tomemos medidas para proteger nuestra información personal y financiera. Por ejemplo, el “phishing” (una técnica de fraude donde las personas comparten información confidencial) ha aumentado en los últimos años.

A través de mensajes de texto, imágenes publicitarias o llamadas telefónicas que parecen legítimas de bancos, empresas de comercio o tiendas departamentales, se pide a las víctimas que introduzcan datos como contraseñas, números de tarjetas de crédito o información bancaria. Otro ejemplo de fraude son los correos maliciosos que pueden contener enlaces o archivos adjuntos infectados que, una vez abiertos, comprometen la seguridad de nuestros dispositivos.

Los riesgos de sufrir estos fraudes cibernéticos van mucho más allá de las transacciones financieras. Nuestra vida privada está en juego, pues la información que compartimos en línea puede ser utilizada en nuestra contra. Pueden suplantar nuestra identidad tanto para trámites como en las mismas redes sociales. ¿Quién no ha conocido a alguien a quien le robaron la cuenta del Whatsapp y piden dinero prestado a su nombre? ¿O de alguna oferta para un empleo en Amazon?

Hay medidas simples que podemos tomar para protegernos contra el fraude cibernético. 1) Debemos ser escépticos ante los correos electrónicos y mensajes sospechosos, especialmente si provienen de remitentes desconocidos o solicitan información personal; 2) nunca debemos hacer clic en enlaces o descargar archivos adjuntos de fuentes no confiables; 3) es crucial mantener nuestros dispositivos y programas actualizados con los últimos parches de seguridad y antivirus; 4) utilizar contraseñas únicas y poco intuitivas para cada cuenta; 5) en lo posible utilizar las verificaciones en dos pasos (que además de necesitar contraseña se envíe un código de comprobación al celular).

En última instancia, proteger nuestros datos personales es fundamental para salvaguardar nuestra privacidad y seguridad en línea. No podemos subestimar la importancia de este tema en un mundo cada vez más conectado digitalmente. Si queremos evitar convertirnos en víctimas de fraudes cibernéticos, debemos tomar medidas proactivas para proteger nuestra información. Solo así podremos navegar por la web con confianza y seguridad.

@JulietDelrio