/ miércoles 11 de mayo de 2022

Espacio aéreo mexicano: información de interés público

El pasado 7 de mayo, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue escenario de un incidente en el que una aeronave de la línea aérea Volaris, recibió instrucciones de aterrizar en pista mientras que el espacio se encontraba ocupado por otra nave de la misma aerolínea, hecho que pudo derivar en una tragedia.

El incidente no tuvo mayores infortunios, pues reconocemos que pilotos y personal a bordo estaban preparados diestramente para responder ante posibles eventualidades de esta naturaleza, lo que sin duda fue una de las razones que evitó que la situación pasara a mayores.

Como es de esperar, las preguntas y cuestionamientos sobre este evento han ocupado la conversación pública señalando el rediseño del espacio aéreo mexicano como una de las preocupaciones para evitar que situaciones como estas se repitan.

En diciembre de 2018 se presentó el plan para rediseñar el espacio aéreo mexicano lo cual, de acuerdo con el propio Gobierno de México, se contribuiría de este modo a reducir el promedio de tiempo de vuelo de las aeronaves en el área metropolitana de la Ciudad de México; en la reducción del uso de combustible y subsecuente emisión de contaminantes; en el aumento de la eficiencia en rutas de llegada y salida; en la reducción de demoras causadas por una saturación del tráfico aéreo; así como en la reducción de interacciones y carga de trabajo de pilotos y controladores de tránsito aéreo.

Al mencionar estos beneficios, es normal que la sociedad quiera conocer detalles que sustenten estos dichos. El 14 de julio como parte de los recursos que llevé ante Pleno presenté el recurso RRA 7717/21 vs Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, (SENEAM-SCT) donde se solicitó el informe sobre plan que modifica espacio aéreo del Valle de México, un instrumento elemental para valorar la operabilidad aeronáutica, navegabilidad y, sobre todo, las implicaciones de seguridad pública. Por supuesto, el tema encendió nuestros radares.

El Pleno del INAI consideró como pertinente y fundada la queja para conocer el “Plan rector para la modernización y reestructura del espacio aéreo mediante la navegación basada en el performance”, esto porque como comenté anteriormente, al tratarse de una decisión de ámbito público que implica la seguridad de una buena parte de la población, era válido que la sociedad pudiese valorar y analizar tal estudio.

Además, en mi Ponencia estamos comprometidos con el seguimiento de los casos, en éste en específico, después de las notificaciones de ley, el sujeto obligado entregó la información al solicitante.

El INAI continuará observando el caso de cerca para que, de ser necesario y en atención a los recursos de revisión, se siga acercando información que sirva para la valoración de expertos y la sociedad, en beneficio de todas y todos.

La información es y será siempre el componente de mayor firmeza y resistencia en la construcción de cualquier política pública. El transparentar las decisiones, así como su contenido, nos permite dar certeza a la sociedad, al iniciar procesos plenamente democráticos de análisis y evaluación para la integración de ideas y opiniones que aporten una mayor cantidad de beneficios a la población.

El pasado 7 de mayo, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue escenario de un incidente en el que una aeronave de la línea aérea Volaris, recibió instrucciones de aterrizar en pista mientras que el espacio se encontraba ocupado por otra nave de la misma aerolínea, hecho que pudo derivar en una tragedia.

El incidente no tuvo mayores infortunios, pues reconocemos que pilotos y personal a bordo estaban preparados diestramente para responder ante posibles eventualidades de esta naturaleza, lo que sin duda fue una de las razones que evitó que la situación pasara a mayores.

Como es de esperar, las preguntas y cuestionamientos sobre este evento han ocupado la conversación pública señalando el rediseño del espacio aéreo mexicano como una de las preocupaciones para evitar que situaciones como estas se repitan.

En diciembre de 2018 se presentó el plan para rediseñar el espacio aéreo mexicano lo cual, de acuerdo con el propio Gobierno de México, se contribuiría de este modo a reducir el promedio de tiempo de vuelo de las aeronaves en el área metropolitana de la Ciudad de México; en la reducción del uso de combustible y subsecuente emisión de contaminantes; en el aumento de la eficiencia en rutas de llegada y salida; en la reducción de demoras causadas por una saturación del tráfico aéreo; así como en la reducción de interacciones y carga de trabajo de pilotos y controladores de tránsito aéreo.

Al mencionar estos beneficios, es normal que la sociedad quiera conocer detalles que sustenten estos dichos. El 14 de julio como parte de los recursos que llevé ante Pleno presenté el recurso RRA 7717/21 vs Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, (SENEAM-SCT) donde se solicitó el informe sobre plan que modifica espacio aéreo del Valle de México, un instrumento elemental para valorar la operabilidad aeronáutica, navegabilidad y, sobre todo, las implicaciones de seguridad pública. Por supuesto, el tema encendió nuestros radares.

El Pleno del INAI consideró como pertinente y fundada la queja para conocer el “Plan rector para la modernización y reestructura del espacio aéreo mediante la navegación basada en el performance”, esto porque como comenté anteriormente, al tratarse de una decisión de ámbito público que implica la seguridad de una buena parte de la población, era válido que la sociedad pudiese valorar y analizar tal estudio.

Además, en mi Ponencia estamos comprometidos con el seguimiento de los casos, en éste en específico, después de las notificaciones de ley, el sujeto obligado entregó la información al solicitante.

El INAI continuará observando el caso de cerca para que, de ser necesario y en atención a los recursos de revisión, se siga acercando información que sirva para la valoración de expertos y la sociedad, en beneficio de todas y todos.

La información es y será siempre el componente de mayor firmeza y resistencia en la construcción de cualquier política pública. El transparentar las decisiones, así como su contenido, nos permite dar certeza a la sociedad, al iniciar procesos plenamente democráticos de análisis y evaluación para la integración de ideas y opiniones que aporten una mayor cantidad de beneficios a la población.