/ miércoles 15 de noviembre de 2023

¿El uso de la Inteligencia Artificial representa un riesgo para la sociedad?

Bajo el lema “IA. Protección, Seguridad y Confianza”, el pasado 30 de octubre el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica firmó una orden ejecutiva que regula la Inteligencia Artificial (IA) y busca disminuir los riesgos en su expansión. Se incluyen dos acciones puntuales: obligar a las empresas que desarrollan IA a demostrar que su uso es seguro; e impulsar que el Congreso legisle sobre la protección de datos personales en este contexto.

Esta no es una acción menor. Incluso en medios especializados se le denomina la decisión de gobierno más importante actualmente en el mundo enfocada al uso de la IA. Para dimensionar su relevancia basta saber que el decreto se basa en una ley federal (The Defense Production Act) utilizada durante la Guerra de Corea en 1950 y en la Guerra Fría para condicionar que las empresas estadounidenses dieran prioridad a necesidades del gobierno con el fin de apoyar la seguridad nacional.

¿El uso de la IA representa un riesgo para la sociedad? La IA por sí misma no expone a algún peligro a sus usuarios, pero es deseable que durante su crecimiento y aplicación tenga un acompañamiento regulado por el marco normativo del país donde se implementa.

El uso de nuevas tecnologías genera desconcierto en las personas y se alimenta de la desinformación. Si a esto sumamos la poca certeza normativa en la materia, se genera una brecha preocupante. Actualmente la IA está al alcance de cualquier persona usuaria de internet. Se utiliza en la creación de imágenes, textos, y sonidos que inundan las redes sociales, hasta en tecnología útil para predecir fenómenos naturales o crear prótesis médicas.

En el caso de México, y en particular del mundo de la transparencia a cargo del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), hemos incorporado el uso de la IA para mejorar las herramientas tecnológicas. Porque creemos que su aplicación, bajo una correcta planeación, genera grandes beneficios.

Actualmente la población tiene a la mano un sitio digital para consultar información pública sobre las acciones y decisiones gubernamentales: la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT). Esta cuenta con buscadores por temas como sueldos, directorio, contratos o servicios, y este año incluimos el de género para llegar a los 11 buscadores.

Éste último buscador destaca por el uso de IA y algoritmos de predicción para agilizar la búsqueda entre los 73 subtemas de género programados. Así pues, en vez de sólo encontrar coincidencias de palabras, el buscador de género arroja afinidades con temas como acoso sexual, derechos sexuales, brechas de género, entre otros.

En la atención ciudadana también decidimos implementar la IA para optimizar el tiempo de respuesta a los usuarios a través del Centro de Atención Virtual del INAI (CAVINAI). Es un chat que interactúa y brinda asesoría por medio del portal del INAI o del WhatsApp institucional y, además, es capaz de responder preguntas cortas.

Estos son algunos de los ejemplos en que hemos aprovechado la IA para cumplir de forma innovadora con las responsabilidades del INAI en materia de transparencia. Como el ente público responsable de la protección de datos personales, el Instituto debe seguir impulsando el debate en el uso de nuevas tecnologías buscando el punto medio entre la regulación y la libertad de innovar.

Nuestras leyes actuales no regulan el desarrollo de IA. Incluso la reciente “Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación”, no previó un análisis comparado con la regulación internacional en este rubro. Mientras que propuestas del sexenio anterior como la “Estrategia de Inteligencia Artificial de México” de 2018 que proponía la formación de expertos en tecnología y coordinación gubernamental, han sido abandonadas.

Los lazos comerciales con Estados Unidos y países de Europa que hoy están promoviendo políticas para garantizar la ciberseguridad son una buena oportunidad para que en México impulsemos el tema en la agenda pública. Como autoridad en materia de privacidad es necesario ser protagonistas en las normas que regulen la expansión de esta inteligencia.

Apostemos a que las tecnologías innovadoras sean nuestras aliadas para garantizar los derechos de las personas en nuestro país.

@JulietDelrio

Bajo el lema “IA. Protección, Seguridad y Confianza”, el pasado 30 de octubre el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica firmó una orden ejecutiva que regula la Inteligencia Artificial (IA) y busca disminuir los riesgos en su expansión. Se incluyen dos acciones puntuales: obligar a las empresas que desarrollan IA a demostrar que su uso es seguro; e impulsar que el Congreso legisle sobre la protección de datos personales en este contexto.

Esta no es una acción menor. Incluso en medios especializados se le denomina la decisión de gobierno más importante actualmente en el mundo enfocada al uso de la IA. Para dimensionar su relevancia basta saber que el decreto se basa en una ley federal (The Defense Production Act) utilizada durante la Guerra de Corea en 1950 y en la Guerra Fría para condicionar que las empresas estadounidenses dieran prioridad a necesidades del gobierno con el fin de apoyar la seguridad nacional.

¿El uso de la IA representa un riesgo para la sociedad? La IA por sí misma no expone a algún peligro a sus usuarios, pero es deseable que durante su crecimiento y aplicación tenga un acompañamiento regulado por el marco normativo del país donde se implementa.

El uso de nuevas tecnologías genera desconcierto en las personas y se alimenta de la desinformación. Si a esto sumamos la poca certeza normativa en la materia, se genera una brecha preocupante. Actualmente la IA está al alcance de cualquier persona usuaria de internet. Se utiliza en la creación de imágenes, textos, y sonidos que inundan las redes sociales, hasta en tecnología útil para predecir fenómenos naturales o crear prótesis médicas.

En el caso de México, y en particular del mundo de la transparencia a cargo del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), hemos incorporado el uso de la IA para mejorar las herramientas tecnológicas. Porque creemos que su aplicación, bajo una correcta planeación, genera grandes beneficios.

Actualmente la población tiene a la mano un sitio digital para consultar información pública sobre las acciones y decisiones gubernamentales: la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT). Esta cuenta con buscadores por temas como sueldos, directorio, contratos o servicios, y este año incluimos el de género para llegar a los 11 buscadores.

Éste último buscador destaca por el uso de IA y algoritmos de predicción para agilizar la búsqueda entre los 73 subtemas de género programados. Así pues, en vez de sólo encontrar coincidencias de palabras, el buscador de género arroja afinidades con temas como acoso sexual, derechos sexuales, brechas de género, entre otros.

En la atención ciudadana también decidimos implementar la IA para optimizar el tiempo de respuesta a los usuarios a través del Centro de Atención Virtual del INAI (CAVINAI). Es un chat que interactúa y brinda asesoría por medio del portal del INAI o del WhatsApp institucional y, además, es capaz de responder preguntas cortas.

Estos son algunos de los ejemplos en que hemos aprovechado la IA para cumplir de forma innovadora con las responsabilidades del INAI en materia de transparencia. Como el ente público responsable de la protección de datos personales, el Instituto debe seguir impulsando el debate en el uso de nuevas tecnologías buscando el punto medio entre la regulación y la libertad de innovar.

Nuestras leyes actuales no regulan el desarrollo de IA. Incluso la reciente “Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación”, no previó un análisis comparado con la regulación internacional en este rubro. Mientras que propuestas del sexenio anterior como la “Estrategia de Inteligencia Artificial de México” de 2018 que proponía la formación de expertos en tecnología y coordinación gubernamental, han sido abandonadas.

Los lazos comerciales con Estados Unidos y países de Europa que hoy están promoviendo políticas para garantizar la ciberseguridad son una buena oportunidad para que en México impulsemos el tema en la agenda pública. Como autoridad en materia de privacidad es necesario ser protagonistas en las normas que regulen la expansión de esta inteligencia.

Apostemos a que las tecnologías innovadoras sean nuestras aliadas para garantizar los derechos de las personas en nuestro país.

@JulietDelrio