Hoy conmemoramos el Día de las Madres, una fecha marcada en el calendario para reflexionar sobre la maternidad desde una visión de derechos, libertades, autonomía y autodeterminación de los cuerpos de las mujeres. En nuestro país, este día se estableció formalmente en 1922 por iniciativa del entonces Secretario de Educación, José Vasconcelos, quien junto a Rafael Alducín (fundador del periódico Excélsior), propusieron instaurar este día como un reconocimiento y homenaje a las madres mexicanas en el auge “reformador” de México.
El ejercicio de los derechos de acceso a la información y de protección de datos personales, derechos tutélanos por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), empodera a la ciudadanía. Las madres mexicanas son ejemplo de ello; gracias al derecho de acceso a la información, pueden recurrir a información pública para ejercer sus derechos, por ejemplo, a la salud, a una vida libre de violencia o a la justicia.
A través de herramientas tecnológicas –como la Plataforma Nacional de Transparencia– las madres pueden conocer sobre apoyos gubernamentales o detalles específicos sobre escuelas públicas. Además, gracias al derecho a la privacidad, una madre puede, por ejemplo, proteger a sus hijos de violencias digitales.
Esta conmemoración debe ser motivo para comprender las condiciones sociales que enfrentan las madres en nuestro país. Según datos del INEGI, el 72.4% de las mujeres de 15 años y más en México son madres, unos 35.2 millones; sin embargo, solo 15 millones trabajan.
Si bien esta cifra va en ascenso respecto a años anteriores, las brechas de género en desempleo y en participación laboral siguen presentes pues, de acuerdo con estudios de la CEPAL, las madres realizan tres cuartas partes del trabajo no remunerado en el hogar, entre ellos el cuidado de las infancias (Conecta, 2022). Esta es una disparidad enorme que debe transformarse para alcanzar una equidad sustancial, en donde las mujeres puedan desarrollarse libremente, sin que la maternidad les represente un obstáculo.
De igual manera, según el estudio del Colegio de México, “Embarazo temprano en México”, mil adolescentes quedan embarazadas diariamente en territorio nacional, lo que vuelve a México el país de la OCDE con mayor tasa de embarazos adolescentes, fenómeno que es más presente entre mujeres pobres, indígenas y que viven en zonas rurales (El País, 2022).
Además, cifras oficiales contabilizan más de 190 mil personas desaparecidas al cierre de 2022; hijas e hijos que han impulsado la creación de grupos de madres buscadoras, los cuales se enfrentan muchas veces a violencia, desinterés de autoridades, corrupción e impunidad.
En este sentido, el INAI se ha sumado en los procesos de apertura de información en desapariciones forzadas, pues entendemos que para que exista justicia real la sociedad debe conocer la realidad, la cual puede darse únicamente con información. Ejemplo de lo anterior es el caso Ayotzinapa, donde madres de los 43 estudiantes exigen sus derechos y alzan la voz con la esperanza de encontrar a sus hijos. En 2014, el INAI ordenó a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) abrir en versión pública la averiguación previa del caso Ayotzinapa, un caso emblemático de violaciones graves a derechos humanos.
Por otro lado, solicitudes de información y recursos de revisión interpuestos ante el INAI fueron fundamentales para que los padres de familia e integrantes del Movimiento 5 de junio pudieran conocer la verdad sobre lo sucedido con la Guardería ABC en Sonora en 2009, donde, como todos sabemos, murieron 49 niñas y niños por corrupción y negligencia de las autoridades.
Las madres mexicanas piden trabajo, justicia, salud, vivir sin violencia, igualdad de oportunidades, entre otras demandas legítimas. Si bien las instituciones del Estado necesitan atender urgentemente esto, la transparencia es una puerta que posibilita alcanzar derechos. A las madres, hoy y siempre, mi más sincero reconocimiento por su labor.
@JulietDelrio
