El pasado domingo 23 se celebró el Día Internacional de las Tortugas, sin embargo, las dos especies que habitan este territorio, la Kinosternon integrum y la hirtipes, desde finales de la Edad del Hielo, no recibieron ninguna felicitación, pero sí la contaminación de sus escasos cuerpos de agua.
Estas especies, refirió el jefe de guardabosques del Bosque de Cobos, Miguel Vázquez Sánchez, “deberían ser animales emblemáticos del estado, porque aquí han estado desde hace miles de años, ellas vieron la llegada de los primeros pobladores, los conquistadores, atestiguaron las guerras de independencia, revolución y ahora sufren la destrucción paulatina de su hábitat”.
Llamadas popularmente “tortuga casquito”, “la Kinosternon integrum puede estar más tiempo fuera del agua, mientras que la hirtipes, es más de hábitos acuáticos, pero ambas sujetas a que existan cuerpos de agua de manera permanente”.
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Refirió Miguel Vázquez que “existen registros fósiles levantados por investigadores de la UNAM que indican que esta especie de tortugas han habitado la región desde hace 80 o 100 mil años, actualmente protegidas por la Norma 059 de la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), sin embargo, se encuentra en riesgo de extinción por la destrucción sistemática de su hábitat”.
Por su naturaleza, “son muy activas durante el ciclo de lluvias, pero a la llegada del invierno excavan para crear su madriguera y permanecen ocultas durante cinco o seis meses; son carnívoras, se alimentan de pequeños anfibios, insectos y por su carácter de carroñera, limpian los mantos de agua de los cadáveres de algunas especies pequeñas”.
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Señaló el guardabosques que la primera de ellas se cobija generalmente dentro de su caparazón y de su plastrón, el cual por su forma “es también llamada ‘tortuga de pecho quebrado’ porque tiene dos ‘bisagras’ en su parte delantera y posterior que hace que sus extremidades, cola y cabeza se encuentren envueltas en estos dos escudos como forma de protección”.
Es una especie fascínate, resaltó Miguel Vázquez, razón por la que los guardabosques “estamos solicitando a las autoridades que el Bosque de Cobos se convierta en un santuario de esta especie para protegerla a ella y algunos anfibios como sapos y ranas ya que hay descargas de aguas residuales de los fraccionamientos cercanos que ponen en riesgo la vida de estos animales, de hecho, así lo hemos comprobado, por lo que hemos pedido a las autoridades federales se limite la construcción de zonas habitacionales”.
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