/ jueves 11 de julio de 2019

Triste la “Garota de Ipanema”

El pasado 6 de julio a la edad de 88 años de edad dejó de cantar el genio de la música brasileña, el guitarrista e interprete João Gilberto, llamado el padre de la bossa nova y como siempre en estos casos olvidado, solo y en la ruina.

Un músico inmortal que nos enseñó a todos a cantar de la forma más bella del mundo como es la bossa nova, un ritmo que cautivo hasta los más exigentes y que llegó a penetrar en la vida y en los sentimientos de las pasadas, presentes y futuras generaciones amantes de la buena música.

El ritmo que descubrió Gilberto es un ritmo sincopado de la samba, pero mezclado con la frescura del jazz, que se convirtió en reflejo del alma brasileña y que fue conocido en todo el mundo como símbolo del gran país de cono sur de América.

La bossa nova con sus ritmos suaves y delicados, que desde hace décadas canta la hermosura de la ciudad y de todo cuanto hay en ella. La voz delicada de João Gilberto cantando “Garota de Ipanema” (“La chica de Ipanema”) continúa cautivando al mundo más de 60 años después de su grabación.

Ya que en el verano de 1958 esparció la saudade (nostalgia) junto al compositor pianista Tom Jobim y el poeta-diplomático Vinicius de Moraes. Cuentan los historiadores que la verdadera historia de la chica de Ipanema está llena de romance y marcada por lo que se podría definir como un «amor imposible».

Helô Pinheiro fue la musa de Tom Jobim y Vinicius de Moraes, quienes quedaron deslumbrados por su hermosura y juventud (tenía tan sólo 17 años) cuando la veían pasar de camino a la playa.

Corría el año 1962 cuando ambos músicos se sentaban a conversar, beber y crear en una de las más famosas terrazas de Ipanema, en la del Bar do Veloso (hoy bar Garota de Ipanema), ubicado en la antigua calle Montenegro (hoy calle Vinicius de Moraes), en el que es uno de los barrios más turísticos de Río.

Fue desde esas mesas que vieron a Helô pasar por primera vez.

Mira qué cosa más linda

Más llena de gracia,

Es esa muchacha

Que viene y que pasa

Con su balanceo Camino del mar.

Quien conoce las playas de: Ipanema al igual que Copacabana, Leblon, Leme, Arpoador, Playa Vermelha en la bella ciudad de Rio de Janeiro, no me dejará mentir de lo grandioso de sus playas llenas de garotas que caminan rítmicamente para adentrarse en por la arena para encontrar un buen lugar y asolearse plácidamente. Niña de cuerpo dorado Por el sol de Ipanema Con su contoneo es más que un poema. Es la cosa más linda que yo vi pasar.

En el año de 1958, “Chega de saudade” marcó el punto de partida para la carrera de João Gilberto y la bossa nova. El público quedó hechizado por su voz susurrante, las armonías de Jobim y las palabras de Moraes.

El álbum “Getz/Gilberto”, con “Garota de Ipanema” cantada por Astrud Gilberto, se consagró como un éxito, como también lo fue su concierto en el neoyorquino Carnegie Hall, en 1964.

En Aguascalientes en los años 70, 80, tema obligado para solicitar a músicos intérpretes de jazz y bossa nova como Raúl Stallworth, ícono del jazz hidrocálido. A la orquesta de los Hermanos Romero y a tantos grupos musicales, la bella melodía de “La Chica de Ipanema”.

Sirvan estas líneas y este espacio para hacer un homenaje último padre de la bossa nova, João Gilberto.

hectorruizesparza@yahoo.com.mx

El pasado 6 de julio a la edad de 88 años de edad dejó de cantar el genio de la música brasileña, el guitarrista e interprete João Gilberto, llamado el padre de la bossa nova y como siempre en estos casos olvidado, solo y en la ruina.

Un músico inmortal que nos enseñó a todos a cantar de la forma más bella del mundo como es la bossa nova, un ritmo que cautivo hasta los más exigentes y que llegó a penetrar en la vida y en los sentimientos de las pasadas, presentes y futuras generaciones amantes de la buena música.

El ritmo que descubrió Gilberto es un ritmo sincopado de la samba, pero mezclado con la frescura del jazz, que se convirtió en reflejo del alma brasileña y que fue conocido en todo el mundo como símbolo del gran país de cono sur de América.

La bossa nova con sus ritmos suaves y delicados, que desde hace décadas canta la hermosura de la ciudad y de todo cuanto hay en ella. La voz delicada de João Gilberto cantando “Garota de Ipanema” (“La chica de Ipanema”) continúa cautivando al mundo más de 60 años después de su grabación.

Ya que en el verano de 1958 esparció la saudade (nostalgia) junto al compositor pianista Tom Jobim y el poeta-diplomático Vinicius de Moraes. Cuentan los historiadores que la verdadera historia de la chica de Ipanema está llena de romance y marcada por lo que se podría definir como un «amor imposible».

Helô Pinheiro fue la musa de Tom Jobim y Vinicius de Moraes, quienes quedaron deslumbrados por su hermosura y juventud (tenía tan sólo 17 años) cuando la veían pasar de camino a la playa.

Corría el año 1962 cuando ambos músicos se sentaban a conversar, beber y crear en una de las más famosas terrazas de Ipanema, en la del Bar do Veloso (hoy bar Garota de Ipanema), ubicado en la antigua calle Montenegro (hoy calle Vinicius de Moraes), en el que es uno de los barrios más turísticos de Río.

Fue desde esas mesas que vieron a Helô pasar por primera vez.

Mira qué cosa más linda

Más llena de gracia,

Es esa muchacha

Que viene y que pasa

Con su balanceo Camino del mar.

Quien conoce las playas de: Ipanema al igual que Copacabana, Leblon, Leme, Arpoador, Playa Vermelha en la bella ciudad de Rio de Janeiro, no me dejará mentir de lo grandioso de sus playas llenas de garotas que caminan rítmicamente para adentrarse en por la arena para encontrar un buen lugar y asolearse plácidamente. Niña de cuerpo dorado Por el sol de Ipanema Con su contoneo es más que un poema. Es la cosa más linda que yo vi pasar.

En el año de 1958, “Chega de saudade” marcó el punto de partida para la carrera de João Gilberto y la bossa nova. El público quedó hechizado por su voz susurrante, las armonías de Jobim y las palabras de Moraes.

El álbum “Getz/Gilberto”, con “Garota de Ipanema” cantada por Astrud Gilberto, se consagró como un éxito, como también lo fue su concierto en el neoyorquino Carnegie Hall, en 1964.

En Aguascalientes en los años 70, 80, tema obligado para solicitar a músicos intérpretes de jazz y bossa nova como Raúl Stallworth, ícono del jazz hidrocálido. A la orquesta de los Hermanos Romero y a tantos grupos musicales, la bella melodía de “La Chica de Ipanema”.

Sirvan estas líneas y este espacio para hacer un homenaje último padre de la bossa nova, João Gilberto.

hectorruizesparza@yahoo.com.mx