/ miércoles 21 de julio de 2021

Los tiempos de la conciencia

En momentos en que la misma vida es un reto más complejo de lo usual, en el que es casi igual de complicado olvidar el cubrebocas que las llaves del auto, esto me hizo reflexionar y decidí que en esta primera colaboración de mi columna quiero que conversemos sobre estos tiempos de la nueva normalidad; que por cierto ni es nueva ni es normal, o como me gusta decirle: “los tiempos de la conciencia”.

Una conciencia colectiva que por ejemplo a muchas y muchos nos llama a vacunarnos como un acto de amor propio, de amor colectivo y hasta de tributo, honrando todas las vidas que se perdieron cuando no teníamos vacuna, pero sobre todo conciencia para seguirnos cuidando, para fortalecer nuestros lazos y construir comunidad día a día.

Construir comunidad desde lo más simple, haciendo cada quien lo que nos toca cuidando de nosotros, pero sin perjudicar a otras personas; pareciera simple unos días, casi utópico otros, pero ¿saben una cosa?, yo estoy segura que es posible, eso y un poco más.

Estoy completamente convencida que las y los mexicanos llevamos en la sangre la solidaridad, la fuerza y la pasión que da el amor, recuerden que por nuestras venas corre sangre de guerreros, de sabios y de revolucionarios; la llave, desde mi perspectiva está en ponerle acción a nuestras palabras paso a pasito, empezando por cuidar de nuestro cuerpo, de nuestra mente, de nuestro corazón; después de nuestros seres amados, nuestro hogar, nuestros amigos, de la naturaleza y lo que nos rodea, para luego con pequeñas acciones a nuestro alcance apoyar a alguna otra persona, compartiendo tiempo, un poco de agua, tal vez un almuerzo y así poco a poco y en “conciencia” vivir siendo parte de un mundo que nos funcione a todos.

Practicar la conciencia plena, también conocida como atención plena, es exactamente como suena. Es tomarse el tiempo para concentrarse en el presente, estar consciente y ser reflexivo sobre dónde se encuentra y cómo se siente. Es tratar de enfocar los pensamientos y estar presente en el momento. Suena simple, pero requiere trabajo, especialmente ahora cuando las preocupaciones sobre lo que depara el futuro se siente tan incierto. Las actividades de conciencia plena pueden ayudar. Estoy convencida de que la conciencia plena no es complicada.

¿Suena utópico, se oye romántico?, posiblemente para muchos sí, ¿esto es posible? Sí, estoy segura que sí, pero justo es parte de una serie de temas que me gustaría compartirte en mis próximas colaboraciones, temas que se conviertan en una semilla, pienso que si algo nos ha venido a enseñar el “bicho de la corona”, es que un buen camino es regresar al origen, es decir a nuestro ser, pero esto solo puede ser posible si elegimos trabajar conscientemente en nosotras y nosotros mismos.

Y seguro me dirás, ¿y cómo le hago?, ¿por dónde empiezo?, en cada una de mis participaciones en estas páginas me gustaría recomendarte algunos libros o tips, que en este contexto podrían darte poco a poco algunas pistas para construir tu propio mapa de ruta.

Para ponernos en perspectiva, es de celebrarse la igualdad de derechos y oportunidades en todos los ámbitos públicos y privados, lo que conlleva una conciliación histórica entre hombres y mujeres. Esta es la antesala de una madurez que como sociedad nos permite seguir creciendo y generando nuevos y mejores vínculos y relaciones interpersonales. Entre mayor grado de madurez como sociedad, mayor oportunidad de un crecimiento personal y colectivo.

Me da un enorme gusto poder tener contacto a través de esta nueva columna, y agradecida por la oportunidad nos seguiremos leyendo en siguientes días por éste, nuestro medio preferido.

correo: ivon_3083@hotmail.com

En momentos en que la misma vida es un reto más complejo de lo usual, en el que es casi igual de complicado olvidar el cubrebocas que las llaves del auto, esto me hizo reflexionar y decidí que en esta primera colaboración de mi columna quiero que conversemos sobre estos tiempos de la nueva normalidad; que por cierto ni es nueva ni es normal, o como me gusta decirle: “los tiempos de la conciencia”.

Una conciencia colectiva que por ejemplo a muchas y muchos nos llama a vacunarnos como un acto de amor propio, de amor colectivo y hasta de tributo, honrando todas las vidas que se perdieron cuando no teníamos vacuna, pero sobre todo conciencia para seguirnos cuidando, para fortalecer nuestros lazos y construir comunidad día a día.

Construir comunidad desde lo más simple, haciendo cada quien lo que nos toca cuidando de nosotros, pero sin perjudicar a otras personas; pareciera simple unos días, casi utópico otros, pero ¿saben una cosa?, yo estoy segura que es posible, eso y un poco más.

Estoy completamente convencida que las y los mexicanos llevamos en la sangre la solidaridad, la fuerza y la pasión que da el amor, recuerden que por nuestras venas corre sangre de guerreros, de sabios y de revolucionarios; la llave, desde mi perspectiva está en ponerle acción a nuestras palabras paso a pasito, empezando por cuidar de nuestro cuerpo, de nuestra mente, de nuestro corazón; después de nuestros seres amados, nuestro hogar, nuestros amigos, de la naturaleza y lo que nos rodea, para luego con pequeñas acciones a nuestro alcance apoyar a alguna otra persona, compartiendo tiempo, un poco de agua, tal vez un almuerzo y así poco a poco y en “conciencia” vivir siendo parte de un mundo que nos funcione a todos.

Practicar la conciencia plena, también conocida como atención plena, es exactamente como suena. Es tomarse el tiempo para concentrarse en el presente, estar consciente y ser reflexivo sobre dónde se encuentra y cómo se siente. Es tratar de enfocar los pensamientos y estar presente en el momento. Suena simple, pero requiere trabajo, especialmente ahora cuando las preocupaciones sobre lo que depara el futuro se siente tan incierto. Las actividades de conciencia plena pueden ayudar. Estoy convencida de que la conciencia plena no es complicada.

¿Suena utópico, se oye romántico?, posiblemente para muchos sí, ¿esto es posible? Sí, estoy segura que sí, pero justo es parte de una serie de temas que me gustaría compartirte en mis próximas colaboraciones, temas que se conviertan en una semilla, pienso que si algo nos ha venido a enseñar el “bicho de la corona”, es que un buen camino es regresar al origen, es decir a nuestro ser, pero esto solo puede ser posible si elegimos trabajar conscientemente en nosotras y nosotros mismos.

Y seguro me dirás, ¿y cómo le hago?, ¿por dónde empiezo?, en cada una de mis participaciones en estas páginas me gustaría recomendarte algunos libros o tips, que en este contexto podrían darte poco a poco algunas pistas para construir tu propio mapa de ruta.

Para ponernos en perspectiva, es de celebrarse la igualdad de derechos y oportunidades en todos los ámbitos públicos y privados, lo que conlleva una conciliación histórica entre hombres y mujeres. Esta es la antesala de una madurez que como sociedad nos permite seguir creciendo y generando nuevos y mejores vínculos y relaciones interpersonales. Entre mayor grado de madurez como sociedad, mayor oportunidad de un crecimiento personal y colectivo.

Me da un enorme gusto poder tener contacto a través de esta nueva columna, y agradecida por la oportunidad nos seguiremos leyendo en siguientes días por éste, nuestro medio preferido.

correo: ivon_3083@hotmail.com

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