/ miércoles 4 de agosto de 2021

Mujeres que inspiran

Necesitamos mujeres que sean tan fuertes, que puedan ser amables, tan educadas que puedan ser humildes, tan firmes que puedan ser compasivas, tan apasionadas que puedan ser racionales y tan disciplinadas que puedan ser libres; es por ello por lo que tenemos un gran compromiso como mujeres.

El siglo XXI fue declarado por la ONU como el siglo de la mujer y aunque en algunos países es toda una realidad, en otros las mujeres aún enfrentan un entorno de desigualdad en materia de trabajo, salud, empleo, hogar y derechos sólo por mencionar algunos aspectos. La discriminación y la intolerancia son los enemigos a vencer en la agenda de género.

La importancia de la mujer en estos tiempos va más allá de su incorporación al mercado de trabajo, el reconocimiento de sus derechos y capacidades; se requiere de su liderazgo para neutralizar cualquier tipo de decisiones intolerantes y dejar de ser desvaloradas. Como sabemos últimamente se han generado decisiones intolerantes que generan incertidumbre a nivel global.

La perspectiva de género debe ser el eje rector en la agenda pública para que la brecha de desigualdad vaya atenuándose cada vez más en nuestro país. Si bien en México hay avances importantes, se deben redoblar los esfuerzos para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible.

Hoy en día instituciones y organizaciones utilizan la perspectiva de género como herramienta fundamental en la construcción de políticas públicas y programas desarrollo de los países, más allá del empoderamiento se debe emparejar el piso de oportunidades.

En muchos casos se debe replantear objetivos, hay que emprender acciones encaminadas a la eliminación de la pobreza, en contra de la desigualdad social y a la promoción de un crecimiento inclusivo y sostenible. La reducción de la inequidad al interior del país es uno de los primeros pasos a dar, sobre todo estar conscientes de que no es una lucha de sexos, sino el establecimiento de un mismo camino de oportunidades, piso parejo para que cualquier persona indistintamente a su sexo, creencia, definición o afiliación pueda trazar su camino de manera igualitaria. No podremos derribar los muros de la intolerancia y no habrá progreso social si no está sustentado en la igualdad y en la participación de la mujer.

El rol de las mujeres en materia laboral es importante, ya que ellas destinan la mayor parte de sus ingresos al bienestar de sus hijos y su familia. Su contribución al desarrollo de los hogares, por consiguiente, es altamente significativa. La presencia de la mujer será

básica para determinar el grado de desarrollo en los próximos años en la economía del conocimiento y la innovación.

La tendencia de la equidad y la no discriminación ya está en marcha, pero es importante acelerar el proceso y que cada vez más áreas se sumen a esta perspectiva. De acuerdo con la lista de Las mujeres más poderosas de México, hay mujeres líderes en todas las áreas: empresarias, políticas, escritoras, actrices, periodistas, deportistas, filántropas y emprendedoras entre otras, pero necesitamos más.

Para mí, ser mujer, profesionista, esposa, compañera y amiga es un rol que he ido tomando a lo largo de mi vida y así como los diferentes caminos que muchas mujeres van obteniendo, son decisiones personales que a mí en lo particular me llenan de orgullo y de satisfacción.

La mujer se propone y cumple metas personales y profesionales, y además, logra un equilibrio. Nos dicen que somos “multitask” ya que somos capaces de hacer muchas tareas al mismo tiempo y hacerlas bien.

Me siento privilegiada de ser mujer y de vivir en esta época en donde tenemos el poder de decidir por nosotras mismas y aportar al mundo. Me alegra saber que día a día todas las mujeres construimos el futuro y sé que hoy yo preparo el camino que mis futuras hijas, sobrinas y amigas recorrerán el día de mañana.

Necesitamos mujeres que sean tan fuertes, que puedan ser amables, tan educadas que puedan ser humildes, tan firmes que puedan ser compasivas, tan apasionadas que puedan ser racionales y tan disciplinadas que puedan ser libres; es por ello por lo que tenemos un gran compromiso como mujeres.

El siglo XXI fue declarado por la ONU como el siglo de la mujer y aunque en algunos países es toda una realidad, en otros las mujeres aún enfrentan un entorno de desigualdad en materia de trabajo, salud, empleo, hogar y derechos sólo por mencionar algunos aspectos. La discriminación y la intolerancia son los enemigos a vencer en la agenda de género.

La importancia de la mujer en estos tiempos va más allá de su incorporación al mercado de trabajo, el reconocimiento de sus derechos y capacidades; se requiere de su liderazgo para neutralizar cualquier tipo de decisiones intolerantes y dejar de ser desvaloradas. Como sabemos últimamente se han generado decisiones intolerantes que generan incertidumbre a nivel global.

La perspectiva de género debe ser el eje rector en la agenda pública para que la brecha de desigualdad vaya atenuándose cada vez más en nuestro país. Si bien en México hay avances importantes, se deben redoblar los esfuerzos para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible.

Hoy en día instituciones y organizaciones utilizan la perspectiva de género como herramienta fundamental en la construcción de políticas públicas y programas desarrollo de los países, más allá del empoderamiento se debe emparejar el piso de oportunidades.

En muchos casos se debe replantear objetivos, hay que emprender acciones encaminadas a la eliminación de la pobreza, en contra de la desigualdad social y a la promoción de un crecimiento inclusivo y sostenible. La reducción de la inequidad al interior del país es uno de los primeros pasos a dar, sobre todo estar conscientes de que no es una lucha de sexos, sino el establecimiento de un mismo camino de oportunidades, piso parejo para que cualquier persona indistintamente a su sexo, creencia, definición o afiliación pueda trazar su camino de manera igualitaria. No podremos derribar los muros de la intolerancia y no habrá progreso social si no está sustentado en la igualdad y en la participación de la mujer.

El rol de las mujeres en materia laboral es importante, ya que ellas destinan la mayor parte de sus ingresos al bienestar de sus hijos y su familia. Su contribución al desarrollo de los hogares, por consiguiente, es altamente significativa. La presencia de la mujer será

básica para determinar el grado de desarrollo en los próximos años en la economía del conocimiento y la innovación.

La tendencia de la equidad y la no discriminación ya está en marcha, pero es importante acelerar el proceso y que cada vez más áreas se sumen a esta perspectiva. De acuerdo con la lista de Las mujeres más poderosas de México, hay mujeres líderes en todas las áreas: empresarias, políticas, escritoras, actrices, periodistas, deportistas, filántropas y emprendedoras entre otras, pero necesitamos más.

Para mí, ser mujer, profesionista, esposa, compañera y amiga es un rol que he ido tomando a lo largo de mi vida y así como los diferentes caminos que muchas mujeres van obteniendo, son decisiones personales que a mí en lo particular me llenan de orgullo y de satisfacción.

La mujer se propone y cumple metas personales y profesionales, y además, logra un equilibrio. Nos dicen que somos “multitask” ya que somos capaces de hacer muchas tareas al mismo tiempo y hacerlas bien.

Me siento privilegiada de ser mujer y de vivir en esta época en donde tenemos el poder de decidir por nosotras mismas y aportar al mundo. Me alegra saber que día a día todas las mujeres construimos el futuro y sé que hoy yo preparo el camino que mis futuras hijas, sobrinas y amigas recorrerán el día de mañana.

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