POR: FERNANDO HERRERA
En febrero de 2012, al inaugurar la Unidad de Medicina Familiar no. 11 del IMSS, el entonces presidente Felipe Calderón declaraba que con la implementación del Seguro Popular se alcanzaría la cobertura universal de salud en Aguascalientes.
Hasta antes de este modelo, la prestación de los servicios en la materia estaba a cargo del Instituto Mexicano del Seguro Social, el ISSSTE, Petróleos Mexicanos y el Ejército, este último encargado de la atención de sus propios elementos.
Bajo este esquema, correspondía a los gobiernos de las entidades federativas auspiciarlos gastos y la atención de aquella población que no estaba incorporada a régimen alguno y que se encontraba prácticamente en la desprotección.
La inequidad en la distribución de los recursos administrativos y el acceso, así como la ineficiencia en el gasto y la baja inversión, de apenas 5.6% del PIB contra más del 10%que se venía invirtiendo en promedio a nivel mundial, llevó a un buscar un cambio en el sistema que fue aprobado en 2003.Así, con la modificación a la Ley General de Salud (LGS) fue posible la creación del Sistema de Protección Social en Salud (SPSS) que dio vida al Seguro Popular.
Vale la pena destacar que desde que fue concebido, el SPSS buscó proteger a los sectores más vulnerables de la población: mujeres embarazadas, recién nacidos, población indígena y aquellas personas de los niveles socioeconómicos más bajos.
De esta forma, con el nuevo modelo se implementó un sistema tripartita en el que participaría el Gobierno federal, los gobiernos estatales y los afiliados, conforme a su capacidad económica.
Lo cierto es que prácticamente 99% de los afiliados al Seguro Popular no pagaban cuotas, dadas sus condiciones socioeconómicas y el mayor porcentaje quedaba a cargo de la Federación, que hacía la transferencia de recursos a las entidades para hacer frente al enorme reto de alcanzar la cobertura universal en materia de salud.Hacia 2015, el Seguro Popular había extendido su protección a más de 50 millones de mexicanos.
En el caso de Aguascalientes y de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social 2017, elaborada por el INEGI, poco más de 372 mil aguascalentenses estaban afiliados al Seguro Popular, en tanto que 694 mil lo estaban al IMSS y únicamente 61 mil al ISSSTE.
De total de la población registrada, por cierto, un millón 327 mil personas, más de 177 mil hidrocálidos no contaban con ningún tipo de afiliación para recibir atención médica.Julio Frenk, uno de los más grandes impulsores de los cambios en el modelo de salud mexicano, sostenía que una de las principales causas de endeudamiento y de pérdida de patrimonio de las familias era precisamente el enfrentar enfermedades catastróficas sin contar con la protección necesaria.
Por ello, el Seguro Popular se convirtió en una alternativa real, reconocida incluso por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por las bondades que representó desde el 2003, año en que fue creado.En comparación con otras entidades, Aguascalientes mantiene bajos niveles de carencias por acceso a los servicios de salud.
De acuerdo al Coneval, ésta es de apenas 15.5%contra 25% que se registra en estados como Zacatecas, Michoacán, Colima y Campeche.Lo anterior nos dice algo: los esfuerzos por alcanzar la cobertura universal de salud han sido permanentes.
Sin embargo, todavía falta garantizar acceso para esos 177 mil aguascalentenses que no cuentan con un esquema de protección y además, blindarnos ante la desaparición del Seguro Popular y la nueva centralización de los servicios de salud que propone el gobierno de López Obrador, quien dicho sea de paso provocó una crisis en pocos meses, por la ineficiencia en el manejo de los recursos públicos.
