Seguramente a muchos les ha tocado ver a cientos de personas trabajando bajo los fuertes rayos del sol en parcelas aledañas a las carreteras, en este tiempo, es común ver en los campos de la región del municipio de Asientos, a hombres y mujeres con rasgos indígenas provenientes de otros estados, mujeres con bebés en la espalda sujetados con rebozo, hombres de tez cobriza que con una simple mirada manifiestan su firmeza a la vez que su nobleza, niños descalzos, sonrientes, que nacen y crecen en medio de la rutina del trabajo, que no conocen una escuela, no saben de un lápiz ni lo que representa un número, y ese, ese es el estilo de vida de un jornalero agrícola migrante dentro de su propio país.
Nos desplazamos a uno de los ranchos productores de jitomate ubicado en una pequeña comunidad llamada Molinos, que pertenece al municipio de Asientos, ahí pudimos entrevistarnos con el encargo de la cuadrilla responsable del corte de este fruto, “Carlos N”, es originario de Chihuahua, con voz temerosa nos comentó que él es el responsable de trasladar a la gente que viene de diferentes estados, entre ellos, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Jalisco, “cada temporada venimos aquí, pero durante todo el año recorremos diferentes lugares, vamos a Guanajuato, Sinaloa, Sonora, en donde se nos contrate”, dijo.
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Si bien, no quiso darnos mayores datos, como el que sí cuentan con seguro, tienen un contrato, cómo se contacta a esta gente, bajo qué términos y condiciones, lo único que nos dijo fue que, a él, los patrones del rancho le pagan diariamente y de esa manera él le paga a cada uno de los jornaleros, “el pago es diario y yo diario les pago a ellos”, señalando a los trabajadores que seguían agachados cortando el jitomate y llenado botes con capacidad de 20 kilos. Señaló que cada cuadrilla llena un camión Torton de 18 toneladas aproximadamente, por el cual se les paga en 32 mil pesos (más o menos a dos pesos el kilo), y si llegan a llenar dos o tres, al día se llevan hasta 90 mil pesos.
Aprovechamos para buscar al alcalde de dicha demarcación, quien de buena manera nos atendió y explicó cómo es que la mano de obra de estas personas beneficia al municipio.
En ese sentido, mencionó que cada año llegan cerca de dos mil personas a trabajar a la región, “estos jornaleros saben muy bien cómo hacer el corte, tienen mucha práctica y experiencia, la realidad es que, si ellos no vinieran, sería imposible lograr la cosecha”, señaló.
Añadió que año con año, en el municipio se siembran más de dos mil hectáreas de hortalizas en donde se hace una inversión de más de 500 millones de pesos, por lo que, al no haber mano de obra en el estado, los dueños de los ranchos optan por contratar a estas personas, mismas que cada año vienen, “ellos ya están acostumbrados, a esto se dedican, vienen con muchas ganas de trabajar, saben hacer las cosas y se comprometen, aproximadamente duran tres meses aquí y después se van ya sea para Sahuayo o Querétaro, ellos le siguen”, recalcó.
Cabe señalar que la mayor parte de estos jornaleros se concentran en la región norte del estado, en Asientos, se hospedan en Guadalupe de Atlas, Villa Juárez, Amarillas de Esparza y Molinos, razón por la cual, ya se busca crear espacios como zonas habitacionales, guarderías y comedores, “ya platiqué con la gobernadora, a mi me interesa poner una guardería para que los niños tengan comida, clases y diferentes actividades durante el día, mientras sus papás están en el campo”, señaló el alcalde.
Destacó que ya hay familias locales que cuentan con casas que les rentan cada año, “la realidad es que estas personas nos dejan gran derrama económica, gran parte de sus salarios se quedan aquí, pagan renta, consumen en todas las tiendas, hay quienes les preparan comida, incluso hay comerciantes que los siguen en todas las parcelas, les llevan a vender refrescos, dulces, sopas, tortas, la realidad es que se activa el comercio, para nosotros es temporada alta cuando ellos vienen”, recalcó el presidente municipal José Manuel González Mota.
Sin duda, este tema puede ser visto desde diferentes aristas, hoy, solo podemos concluir en que estas personas son felices, les gusta su trabajo y forma de vivir, simplemente para ellos, es un estilo de vida.
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