La osamenta encontrada el pasado 12 de noviembre a un costado del río San Pedro perteneció a un quincuagenario, quien se encontraba afectado de sus facultades intelectuales y quien de acuerdo a la autopsia practicada en su momento, falleció de causas naturales.
De acuerdo a los resultados de las pruebas de perfil genético realizadas a los familiares que denunciaron su desaparición, se logró conocer que los restos mortales que se localizaron en un camino de terracería que conduce al fraccionamiento José López Portillo corresponden a quien en vida llevó el nombre de Antonio Javier y contaba con 54 años de edad.
Esta persona, quien presentaba una discapacidad intelectual, desapareció desde el 4 de septiembre y, de acuerdo a reportes de testigos, fue visto en situación de calle en gasolinerías de la zona oriente de la ciudad.
Su prolongada ausencia provocó que su hermana, Nubia Magaly, presentara el 5 de octubre de este año una denuncia de persona desaparecida, con la esperanza de que la autoridad pudiera localizarlo.
Fue el 12 de noviembre de este año, cuando personas que caminaban en las inmediaciones del río San Pedro, a la altura del fraccionamiento San José de los Brandales, hicieron el macabro hallazgo del cadáver, tras cuyo levantamiento, elementos de la Policía Ministerial iniciaron una investigación que incluyó solicitar se cotejara el perfil genético del occiso, con el de personas que han reportado un familiar desaparecido.
Fue ayer viernes que se contó con el resultado final de los perfiles genéticos, mismo que fue comunicado a los familiares del Antonio Javier Silva, a quienes también se les hizo entrega del cadáver para que le den cristiana sepultura.
PRUEBAS
Desde mediados del presente año, la Fiscalía General del estado realiza pruebas de perfil genético a familiares de personas desaparecidas, para poder cotejarlas con cadáveres que se encuentran sin identificar.