Ante los tiempos complicados que se viven en el mundo, derivados de la pandemia por Covid-19, entre otros conflictos bélicos, es indispensable fortalecer el ministerio sacerdotal a fin de que el presbítero sea un apoyo para todo aquel que lo necesite.
Al respecto, Juan Espinoza Jiménez, obispo de la Diócesis de Aguascalientes, pidió a los sacerdotes servir a los fieles y amarlos, tal como lo hizo Cristo; por lo anterior, bajo el marco de la misa celebrada en honor al festejo de la Virgen de Nuestra Señora de la Asunción, presentó un decálogo realizado en conjunto con Gabriel Ángel Villa, arzobispo de Tunja, Colombia, el que espera sea de mucha utilidad ahora que inicia el Año de la Sinodalidad.
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“Pasemos del pedestal a la participación, bajarse y ponerse en actitud de servicio en el ejercicio pastoral, se requiere que el presbítero acentúe la corresponsabilidad de los bautizados de cara a las necesidades de la Iglesia, que se relacione con la gente a la que sirve, y esté dispuesto a escucharlo”, dijo monseñor.
Entre otras cosas, el documento señala que es indispensable dejar atrás la figura del predicador a ser portavoces del misterio, sin derramar nuevos conocimientos e inspiración en mentes y corazones vacíos, sino hacer patente que Dios es amor y misericordia, pasar de la espiritualidad monástica a una espiritualidad inspirada en la caridad pastoral, definida como la virtud que anima y guía la vida del presbítero, imitando a Cristo en la entrega de sí mismo.
Asimismo, llamó a los sacerdotes a liderar personas, ser servidores humildes y no reyes dominadores, quien quiera ser el primero debe ser el último y servidor de todos; pidió también pasar del maestro doctor a la sabiduría de un corazón que escucha, pasar del residente al itinerante, ir hacia los necesitados, una Iglesia que salga de la comodidad y lleguen a las periferias que necesitan la luz del Evangelio, dejar de dar una atención a la masa y comenzar a otorgar un cuidado personal a cada uno de los fieles, para una cultura de la conciliación, paz y compromiso social.
“No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos, pasar de una pastoral de conservación a una misionera, el misionero no está atado a un sector o movimiento, su compromiso es con Jesús y con el anuncio del Evangelio”, externó Espinoza Jiménez.
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La máxima autoridad de la Iglesia local reiteró que es necesario mostrar disponibilidad ante los feligreses, con quien se debe tener actitud de escucha.
Somos hermanos a quienes debo distinguir y reconocer para poderlos amar como Cristo nos amó hasta el extremo
Juan Espinoza Jiménez, Obispo de la Diócesis de Aguascalientes
Finalmente, se dijo esperanzado de que el decálogo sirva de instrumento para reforzar el ministerio sacerdotal y sea pauta para ser sinodales, “en estos meses que llevo en la Diócesis hemos vivido momentos llenos de espíritu sacerdotal; que la Virgen María nos acompañe en el Año de la Sinodalidad indicándonos la meta de nuestro proceso pastoral”, concluyó.
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