A fin de disminuir o solucionar el problema de la contaminación por ruido en la zona metropolitana de Aguascalientes, resulta vital una estrategia integral que vaya más allá de las multas o el monitoreo acústico, manifestó el investigador Benjamín Ortega Reyes.
Dijo que las normas legales para controlar el ruido en el municipio capital se centran en aspectos relacionados con la multa y la sanción, pero esto da margen a situaciones de corrupción en virtud de su elevado monto y no disminuiría el problema.
Por lo que más que una sanción, lo urgente es que se diseñe un proyecto de auto-vigilancia. Para esto se debe capacitar y sensibilizar al empresario, al administrativo, a los empleados y a los consumidores, a fin de promover la salud acústica, apuntó.
Para quien no cumpla con el reglamento, deberá cubrir horas de servicio comunitario o financiar un proyecto que atienda un problema en una zona marginada. En todo caso, dijo, los establecimientos que no quieran adherirse al proyecto, deberán cubrir las multas.
De acuerdo con diversos estudios, hay bares, merenderos, antros y otros sitios que de manera frecuente exceden los niveles máximos permisibles. Al interior de éstos se ha encontrado niveles máximos que superan los 90 decibeles (dB), cuando 70 ya representan niveles críticos.
Además, en avenidas donde transitan autobuses de pasajeros o camiones de carga, incluso motocicletas, o calles estrechas con muchos topes, sin espacios verdes y mala semaforización, las investigaciones han detectado que los niveles máximos permisibles superan los 90 decibeles, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que es alto y riesgoso rebasar los 70 decibles.
Ortega Reyes planteó la necesidad de certificar los sistemas acústicos de los establecimientos en aspectos de diseño, acondicionamiento, volumen, dirección de bocinas, ecualización, entre otros elementos.
En tanto que la estrategia integral debe de ser gubernamental y con visión metropolitana, a fin de generar medidas de atención.
Deploró que a pesar de los avances en la materia aún no existe un monitoreo continuo y una estrategia para valorar la molestia por exposición.
Con toda certeza, el ruido es uno los contaminantes más molestos, difíciles de caracterizar, monitorear y atender. Sus efectos se hacen evidentes principalmente en relación con su intensidad o volumen; sin embargo, la molestia es una de las principales consecuencias que padece la población a causa de la exposición al ruido y su valoración resulta particularmente difícil de atender
ELDATO: Hoy por hoy se carece de un adecuado monitoreo acústico en la ciudad de Aguascalientes