Existe preocupación porque se comienza a observar disminución en los flujos de inversión productiva, debido a los cambios registrados en las políticas públicas de la nueva administración federal, señala el empresario local Gerardo Rioja Garrido.
El debilitamiento de la actividad económica ha generado un ambiente de cautela que ha comenzado a incidir en los flujos de inversión productiva. Este entorno proviene en buena medida del nerviosismo generado, primero, por las promesas de campaña que anticipaban programas asistenciales con un limitado impacto en el crecimiento de la economía, pero un importante costo para las finanzas públicas, además de cambios severos en materia de políticas públicas y segundo, por las decisiones y políticas instrumentadas que han ido acumulando incertidumbre en los mercados.
Con base en un diagnóstico del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), apunta que la sensibilidad de los mercados a eventos que pueden afectar la dinámica de la actividad productiva del país es elevada y su respuesta puede reflejarse en menores flujos de inversión productiva propiciando un crecimiento económico débil, limitando la capacidad de generación de empleos y bienestar de la población.
Hasta ahora la evolución de las principales variables económicas confirman un frágil dinamismo que en buena medida se podría relacionar con las decisiones de cancelar el Nuevo Aeropuerto, el cambio en la estrategia de distribución de combustibles, así como la política petrolera que pareciera tener la intención de volver a cerrar la posibilidad de participación del sector privado en temas como extracción, perforación y distribución.
El cambio de estrategia en la distribución de combustibles incidió negativamente en el comportamiento de la producción de bienes y prestación de servicios, como se infiere del comportamiento que tuvieron las variables económicas en el último mes del 2018 y las primeras semanas de este año.
La política petrolera parece anticipar la asignación de mayores recursos por parte del gobierno federal ante la ausencia de capital privado, lo que podría incidir negativamente en las finanzas públicas en un entorno de limitados recursos. Ante esta coyuntura las expectativas de crecimiento se han ido ajustando a la baja.
Evaluar la coyuntura es fundamental si se quiere tener los elementos necesarios para hacer propuestas e implementar políticas que conduzcan a un mayor dinamismo de la economía. La certidumbre es un activo importante que incide positivamente en el crecimiento económico y la percepción crediticia del país, finaliza Rioja Garrido.
EL DATO:
Se vive el riesgo de limitar la creación de empleos y el bienestar de la población