Los suicidios al interior de los centros de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos, conocidos popularmente como anexos, seguirán ocurriendo de manera inevitable, pues a estos sitios llegan personas muy dañadas física y mentalmente pero que además son rechazados hasta por su familia.
El director general de la Comisión Para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Aguascalientes (Coprisea), Octavio Jiménez Macías, reconoció asimismo que, pese a que los encargados realizan su mejor esfuerzo, en muchos casos el interior de estos lugares es francamente deprimente.
Ellos hacen lo que pueden, cobran cuotas muy bajas y nosotros lo que tratamos es que cuenten con los servicios mínimos requeridos. Es difícil clausurarlos porque si lo cerramos, los familiares no se quieren hacer cargo de ellos, es muy triste ver que ni los familiares quieren ir por los internosLa Coprisea, dijo, mantiene una intensa campaña de revisión en estos sitios, con objeto de mantenerlos dentro de la norma, sin embargo la atención médica y sicológica se ofrece solamente en momentos y no se les vigila las 24 horas del día.
Recordemos que quienes llegan a esos lugares es porque tienen graves problemas. No digo que sea imposible que estos sitios dejen de presentar suicidios, pero sí es muy difícil, muy difícilActualmente operan en la entidad un promedio de 60 anexos registrados, la mayor parte de los cuales se concentran en Aguascalientes, otra parte importante en Pabellón de Arteaga, Rincón de Romos y Jesús María.
El municipio donde no existen estos centros es Calvillo, en tanto que Asientos y Tepezalá no cuentan con registro de ello, si bien no se descarta que existan algunos que operen en la clandestinidad.