Gran parte de los problemas que derivan en el aumento de suicidios entre menores de edad, tienen su origen en la crisis y descomposición por la que atraviesan muchas familias, donde los padres cargan a los hijos el peso de sus problemas y los hacen partícipes de sus diferencias.
El vocero de la Diócesis de Aguascalientes, Carlos Alberto Alvarado Quezada, aseguró que a la Iglesia le preocupa la realidad que se vive actualmente al interior de las familias aguascalentenses.
Hoy en día muchas familias están en crisis, padecen de una grave crisis de valores y al interior de la familia se van tomando los paradigmas de una sociedad sin valores donde la jerarquía de los mismos ha cambiado
El sacerdote reconoció que esta situación ha llevado a menores de edad a quitarse la vida en un esfuerzo desesperado no por morir, sino por escapar de los problemas que los agobian y que a su corta edad no le ven solución.
La familia orilla a esos niños a estas situaciones que nos entristecen, que nos indignan. El suicidio no es otra cosa que la ausencia de Dios en la sociedad, en las familias y en el corazón del hombre. Esas vaciedades que ponen al hombre en el desierto de la vida no son otra cosa que la ausencia de Dios
Alvarado Quezada reveló que, de manera continua existen niños que les piden oración ante la separación o abandono de sus padres o bien debido a que se encuentran sumidos en vicios como el alcohol y las drogas.
Los hijos sufren, psicológicamente se ven afectados en un ambiente donde los padres son hostiles, dónde se separan. La violencia engendra violencia y si la familia presenta violencia por el odio, el resentimiento, los celos, los vicios, por eso vemos niños violentos. Tenemos que buscar los valores y educar a nuestros hijos en valores.Carlos Alberto Alvarado Quezada