Muchas enfermedades y en gran parte la destrucción del medio ambiente que se está llevando a cabo, es consecuencia del mal uso que las personas le dan a su cuerpo y de la exagerada adquisición de objetos que no tienen ningún tipo de utilidad real.
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Agredimos al cuerpo cuando
comemos demasiado, ingerimos alimentos no sanos, o bien cuando consumimos en exceso bebidas alcohólicas, o bien no dormimos lo suficiente y en general cuando no cuidamos de nuestro organismo
señaló en entrevista Lutz Alexander Keferstein, con tres posgrados en filosofía, en universidades nacionales y extranjeras, y conferencista en el Foro de Salud Mental organizado por los vendedores de libros usados.
Indicó que
hay leyes bioquímicas, nos indican que un exceso en el consumo de carbohidratos se convierte en la acumulación de grasas que se alojan en las arterias, lo que provoca muchos desequilibrios, entre ellos el mal funcionamiento cardiaco
Además,
si no descansamos adecuadamente, eso agota al cerebro y sucede que esta es la computadora que regula nuestras funciones biológicas y psíquicas, lo que ocurre también si se buscan exageradamente los placeres sexuales
El cuerpo
está diseñado para funcionar en armonía con las leyes naturales, de ahí que es necesario conocer los equilibrios que nos llevan a vivir sanamente y no es discriminatorio el criticar el sobrepeso, sucede que la gordura no es algo natural, los animales, por ejemplo, no padecen este problema a no ser que vivan junto con los seres humanos
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De tal forma que
en vez de cuidar nuestra alimentación, quienes pueden, recurren a la cirugía plástica para resaltar partes del cuerpo o eliminar el exceso de grasa en busca de una belleza que por ese camino en realidad no se consigue, la hermosura se logra cuando se vive en armonía con la naturaleza
El problema, es que
estamos dentro de una época de plena confusión, suponemos que la felicidad es: la alegría, la euforia y el buen humor. Pero eso son sólo manifestaciones emocionales y las encontramos al comprar objetos, en lograr mejores puestos laborales o en poder para doblegar a los demás
Pero
esa no es la felicidad, ésta es un estado de conciencia que encuentra a la vida como digna de ser vivida, con paz, tranquilidad y amor al próximo, objetivo complicado porque estamos atrapados en una falsa materialidad que nos lleva a despreciar lo que somos y buscamos proyectar la imagen creada por la publicidad adquiriendo productos que, pensamos, nos dan ese aspecto de triunfo.Lutz Alexander Keferstein, Conferencista en el Foro de Salud Mental
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