Situada sobre el boulevard a Zacatecas, en sentido de norte a sur a la altura de la calle Ébano, todas las tardes en un triciclo la señora Adela se instala para vender dulces, raspados y su fuerte, bolsas de duro con salsa casera.
Desde hace más de diez años, la señora Adela, amable y sonriente –como debe ser para que el cliente regrese- suele instalarse de lunes a sábado, siempre y cuando las condiciones del clima se lo permitan. Su toque mágico en las salsas caseras, hacen que hasta el paladar más exigente quede cautivado.
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Además del jitomate, chile, cebolla, así como cilantro y otros ingredientes, señala que su dedicación es “el toque del sabor”, su receta dice ha sido imitada “pero jamás igualada” reconoce entre risas.
A partir de las 15:00 horas, Adela llega en su triciclo, para esa hora ya hay automovilistas estacionados sobre la lateral derecha, impacientes de engañar el “gusanito del hambre” a la hora pico o bien para quitarse el antojo.
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A la bolsa de duro que ofrece en 30 pesos, antes de que lo rociara con salsa suele preguntar ¿De cuál le pongo, de la que pica o no pica? Para los indecisos o primerizos, les da a probar; a los que saben de la salsa comible pero picante la pregunta les ofende, pues saben que a pesar de que se enchilarán al final la salsa especial es lo que hace la diferencia y por lo cual la siguen buscando.
Adela, invita a las personas a buscarla y al apoyarla pues de esa manera es como se gana el sustento del día.
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