Como muchos otros grandes artistas de inicios del siglo XX, Rufino Tamayo pregonó a través de sus obras, el nacionalismo que inundó al país en aquella época, y que él mismo acogió.
Sin embargo, su discurso se distinguió de los demás, gracias a la exploración que el artista nacido en Oaxaca, en 1899, realizó sobre las vanguardias que surgieron en otros partes del mundo, específicamente en Europa, y que influenciaron su trabajo durante su proceso formativo.
El color y la perspectiva fueron determinantes en su obra, donde plasmó la esencia de la cultura prehispánica, pero también al pueblo y sus indígenas, así como al jaguar, la serpiente y los caballos.
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Tamayo realizó parte de sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, para luego ingresar al Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, como dibujante en el departamento etnográfico.
Su obra se expuso más allá de las fronteras de este país, como en las galerías del Art Center, en Nueva York.
Entre su vasta obra, se cuentan más de mil 300 óleos, más de 400 obras gráficas, 350 dibujos y varios murales.
Particularmente, en Aguascalientes se ha podido apreciar la obra de Tamayo, en exposiciones como “El mexicanismo gráfico de Rufino Tamayo”, que tuvo como sede el Museo José Guadalupe Posada, en abril del año 2019.
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Actualmente, algunas de sus piezas forman parte de la muestra “Testigos. 1929-2019”, que también alberga este recinto museístico, y que permanecerá abierta al público hasta el mes de agosto del presente año.
El artista mexicano falleció el 24 de junio de 1991, en la Ciudad de México, a la edad de 91 años.
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