El juguete tradicional es, además de un objeto lúdico y de recreación, una expresión de las tradiciones y cultura de una comunidad.
Muchos de ellos, la mayoría para ser más específicos, están elaborados con materiales naturales, o que son de fácil acceso para quienes los producen, como madera, textiles, fibras, vidrio o latón.
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Pese a que en la actualidad son menos populares, y han entrado un poco en desuso, siendo sustituidos por otros artículos tecnológicos como las tabletas, los teléfonos móviles o las consolas, siguen siendo objeto de asombro y fascinación para muchos.
En un esfuerzo por rescatar, preservar y difundir la riqueza de los juguetes tradicionales mexicanos, hay colectivos y gestores culturales que dedican su trabajo a la promoción de estos artículos.
Entre ellos hay artesanos, como la maestra Luz Elena Hernández Galván, quien diseñó una Lotería Mexicana de Artesanías de Aguascalientes, donde se presentan artesanías elaboradas en la localidad, como los pañuelos deshilados, el judas, el beso y la silla, entre otros; la Tienda de Artesanía Crisol, Casa Venado, Don Gepe y los comerciantes de la planta alta del Mercado Terán, entre muchos otros, que ofrecen al público algunos de estos juguetes.
Destaca, por su vocación, el Museo del Juguete Tradicional Mexicano, fundado y coordinado por la maestra María Guadalupe Rodríguez. Cuenta con un acervo de más de 2 mil juguetes, de distintos materiales, funciones y países de origen; entre los que figuran el Chintete, que es una barita de madera sobre la cual se coloca un animalito o un personaje, que avanza con cada golpe que se da a la base; el Yoyo y el Trompo, elaborados con madera de mezquite, en Teocaltiche; el Miratodo, es ideal para los chismosillos, pues con él se puede observar a cualquier ángulo, sin necesidad de dirigir la mirada hacia el punto de interés.
Hay otros como el No Te Enojes, las marionetas, los caleidoscopios, los muebles de madera y latón, los muñecos y carritos de cartonería, las tablitas mágicas y los esconde monedas, entre muchos otros.
Tal vez, el periodo vacacional que se avecina, sea una excelente oportunidad para que los padres y abuelos enseñen a los niños el uso de estos juguetes que, pese al paso de los años, se niegan a desaparecer, así como los recuerdos de quienes disfrutaron de horas de diversión con ellos.
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