Con sus vivos colores, amarillo y naranja, ya decora las calles de ciudad, las ventanas y ofrendas que se han dispuesto en los días previos a la celebración del Día de Muertos.
Protagonista de estas fiestas, la flor de cempasúchil llega con las lluvias a los campos estados como Michoacán, Hidalgo, Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Guanajuato y Chiapas, para luego ser distribuida por todo el territorio nacional, dando vida y color a las costumbres de los pueblos.
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Su nombre proviene del náhuatl “sempowal”, que significa “veinte” o “muchos”, y de “xóchitl”, que es flor; por lo que es conocida, también, como la flor de veinte pétalos. En México existen más de 30 especies de esta flor.
Aunque se usa, preponderantemente en la ornamentación de altares de muerto y ofrendas para los seres queridos que ya no están en este mundo; también, con sus pétalos, se marca el camino de regreso a casa, para los espíritus que según la tradición, regresan del más allá la noche del 02 de noviembre, para visitar la que en vida fue su última morada.
Sin embargo, hay quienes le dan un uso medicinal, pues se dice que es un excelente aliado para prevenir infartos y enfermedades de las arterias coronarias. Incluso, hay quienes aseguran que un té de sus pétalo, puede aliviar cólicos y otros malestares estomacales como náuseas y diarrea.
Una leyenda mexica asegura que dos jóvenes enamorados, Xóchitl y Huitzilin, tenían por costumbre subir la montaña para llevar flores al dios del sol, llamado Tonatiuh. Tiempo después, Huitzilin fue enviado a la guerra, en la que perdió la vida. Al no creer posible seguir viviendo sin su amado, Xóchitl pidió a Tonatiuh que la reuniera con él. Para conceder su petición, el dios del sol dejó caer sobre la doncella sur relucientes rayos, transformándola en una bella flor de color amarillo. Cuando un colibrí que volaba cerca, se posó sobre ella, la flor abrió sus muchos pétalos, despidiendo un intenso olor.
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Leyenda o no, lo cierto es que esta flor distintiva de México, se ha convertido en un símbolo de las tradiciones, creencias y costumbres de mayor arraigo para los mexicanos.
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