/ viernes 22 de septiembre de 2023

Taza de soles | Por una poética de un silencio que humanice 

El miércoles de esta semana estuve en San José de Gracia compartiendo mi libro de poemas Los tiempos del caracol. Con este motivo, regresamos, mi esposo y yo, al sitio donde nos conocimos y donde trabajamos ardua y gozosamente, como solo se puede hacer cuando se es joven y la vida nos reúne con personas singulares como la maestra Raquel Robles y niños tan especiales que desde segundo y tercero de primaria aprendieron tan fielmente un poema coral, que aún ahora pueden declamarlo. Carmen Herrera, en el presente, destacada abogada defensora de los Derechos Humanos, Ana María López García, perteneciente a una luminosa familia de maestros y médicos. María de Jesús Hernández, Petra Tovar, Consuelo Méndez Landín, Yolanda Medina, Gabriela Romero, doña Julia, don Joaquín, todos ellos, entre otros muchos, estaban reunidos en la Casa de la Cultura, dirigida por el Profr. Daniel Vital.

Fue una grata emoción escuchar las impresiones de mis presentadoras: Anita nos leyó parte de sus poemas preferidos: el que habla de la pandemia, aquel que la poeta dedica al “elegido de su corazón” y el que sentencia en sus versos finales: “que cada quien atienda a su corazón / y escuche sus latidos/ y diga ahora/ cuando todavía hay tiempo/ te amo y extiendo mis manos hacia ti”.

Por su parte, Carmelita, como buena abogada, localizó una línea temática presente en todo el poemario y argumenta que éste se propone: “defender nuestros tiempos de silencio en medio de los ruidos de nuestro trabajo, de la relación con las personas que nos rodean, de las prisas […] Ese silencio lo nombra bellamente la en su poema Isla Salvaje así:

El silencio que flota cuando callan las aves es un anticipo de la isla salvaje que requiere mi alma

Y sigue diciendo. “Necesitamos muchas islas salvajes… Y todavía más valiente y heroica la conquista de ese silencio creativo cuando somos mujeres y además desempeñamos labores de cuidado como lo describe la autora en su poema Sobre la poesía”:

No sabes si es principio o es fin ni qué combinaciones de palabras te sugiere el roce del viento o del ángel que cruza por la sala //Son voces que/murmuran o cantan como las voces de tus propios hijos/ dramatizando sus quejas en un vaso de agua/ /No sabes/si seguirás oyendo//el rebotar de sus pelotas / o si un revuelo de alaste dictará un poema

“Desde las islas salvajes que durante un período de 18 años conquistó la Maestra Martha Lilia, escribió los poemas que contiene este libro que tiene cinco partes:

En la primera parte, cito el poema Fragmentos luminosos, que nos lleva a momentos que alguna vez vivimos todas las personas”:

Hay minutos en que se puede inaugurar un amor/o despedirse de una ciudad //Breves momentos/en que la torre de una iglesia puede ser un remanso y la menor filigrana de cantera una gloria personal //Momentos exultantes/ en que olvidando la carga del pasado se puede morir y renacer

También tiene expresiones de ese momento de amor como aparece en su expresión final del poema “Amor de juventud”:

…Solamente el esbozo de mí que iba surgiendo/mientras tú me mirabas

O en el poema El amor tiene sus centros, cuando dice:

El amor te pone de pie frente a ti mismo/se detiene lentamente y te enseña /a sujetar entre tus manos el tiempo

Y en otros momentos dibuja un sutil erotismo como en su poema David camina por Florencia:

¡Ah, poderoso!, estás hecho de todas las frías suavidades del mármol
y aún te conmueve la calidez de mis palabras

“También en poquitas palabras pinta un paisaje colorido que al leerlo casi nos dan la certeza de estarlo viendo. Es en Atardecer en una ciudad que no era Praga que dice así”:

Yo también/ cuadriculaba el tiempo/ las agendas, los sueños/ hasta que cierto día desperté en otra ciudad /donde estallaron los colores de un verano esplendente/ Anaranjeaban las pequeñas flores silvestres/en la tierra baldía/danzaban los sepias y cafés/ bajo mis pisadas crujientosas/que iban profanando/el escarabajo de oro de la tarde

“Con sus poemas nos describe, usando un lenguaje lleno de significados, lo que fue para ella y sus alrededores, la pandemia, así como su decisión de remontar el dolor e impulsarse hacia adelante, como lo dice en Tiempos de hacerse a la mar en un barco de vela”:

He decidido que este mes seamos/un misterio fragante y oloroso para limpiar al mundo/de explosiones y muertes

“Es una serie de poemas que nombran la desolación, pero también deja asomar la esperanza”.

Carmelita me disculpará. Sólo retome una parte de su presentación, que compartiré completa en otros medios. Ahora debo confirmar que fue una tarde entrañable. Que luego brindamos y hubo abrazos, fotografías, dedicatoria de libros y una promesa: regresar a donde hubo varios comienzos. También, seguramente, el del poema.

El miércoles de esta semana estuve en San José de Gracia compartiendo mi libro de poemas Los tiempos del caracol. Con este motivo, regresamos, mi esposo y yo, al sitio donde nos conocimos y donde trabajamos ardua y gozosamente, como solo se puede hacer cuando se es joven y la vida nos reúne con personas singulares como la maestra Raquel Robles y niños tan especiales que desde segundo y tercero de primaria aprendieron tan fielmente un poema coral, que aún ahora pueden declamarlo. Carmen Herrera, en el presente, destacada abogada defensora de los Derechos Humanos, Ana María López García, perteneciente a una luminosa familia de maestros y médicos. María de Jesús Hernández, Petra Tovar, Consuelo Méndez Landín, Yolanda Medina, Gabriela Romero, doña Julia, don Joaquín, todos ellos, entre otros muchos, estaban reunidos en la Casa de la Cultura, dirigida por el Profr. Daniel Vital.

Fue una grata emoción escuchar las impresiones de mis presentadoras: Anita nos leyó parte de sus poemas preferidos: el que habla de la pandemia, aquel que la poeta dedica al “elegido de su corazón” y el que sentencia en sus versos finales: “que cada quien atienda a su corazón / y escuche sus latidos/ y diga ahora/ cuando todavía hay tiempo/ te amo y extiendo mis manos hacia ti”.

Por su parte, Carmelita, como buena abogada, localizó una línea temática presente en todo el poemario y argumenta que éste se propone: “defender nuestros tiempos de silencio en medio de los ruidos de nuestro trabajo, de la relación con las personas que nos rodean, de las prisas […] Ese silencio lo nombra bellamente la en su poema Isla Salvaje así:

El silencio que flota cuando callan las aves es un anticipo de la isla salvaje que requiere mi alma

Y sigue diciendo. “Necesitamos muchas islas salvajes… Y todavía más valiente y heroica la conquista de ese silencio creativo cuando somos mujeres y además desempeñamos labores de cuidado como lo describe la autora en su poema Sobre la poesía”:

No sabes si es principio o es fin ni qué combinaciones de palabras te sugiere el roce del viento o del ángel que cruza por la sala //Son voces que/murmuran o cantan como las voces de tus propios hijos/ dramatizando sus quejas en un vaso de agua/ /No sabes/si seguirás oyendo//el rebotar de sus pelotas / o si un revuelo de alaste dictará un poema

“Desde las islas salvajes que durante un período de 18 años conquistó la Maestra Martha Lilia, escribió los poemas que contiene este libro que tiene cinco partes:

En la primera parte, cito el poema Fragmentos luminosos, que nos lleva a momentos que alguna vez vivimos todas las personas”:

Hay minutos en que se puede inaugurar un amor/o despedirse de una ciudad //Breves momentos/en que la torre de una iglesia puede ser un remanso y la menor filigrana de cantera una gloria personal //Momentos exultantes/ en que olvidando la carga del pasado se puede morir y renacer

También tiene expresiones de ese momento de amor como aparece en su expresión final del poema “Amor de juventud”:

…Solamente el esbozo de mí que iba surgiendo/mientras tú me mirabas

O en el poema El amor tiene sus centros, cuando dice:

El amor te pone de pie frente a ti mismo/se detiene lentamente y te enseña /a sujetar entre tus manos el tiempo

Y en otros momentos dibuja un sutil erotismo como en su poema David camina por Florencia:

¡Ah, poderoso!, estás hecho de todas las frías suavidades del mármol
y aún te conmueve la calidez de mis palabras

“También en poquitas palabras pinta un paisaje colorido que al leerlo casi nos dan la certeza de estarlo viendo. Es en Atardecer en una ciudad que no era Praga que dice así”:

Yo también/ cuadriculaba el tiempo/ las agendas, los sueños/ hasta que cierto día desperté en otra ciudad /donde estallaron los colores de un verano esplendente/ Anaranjeaban las pequeñas flores silvestres/en la tierra baldía/danzaban los sepias y cafés/ bajo mis pisadas crujientosas/que iban profanando/el escarabajo de oro de la tarde

“Con sus poemas nos describe, usando un lenguaje lleno de significados, lo que fue para ella y sus alrededores, la pandemia, así como su decisión de remontar el dolor e impulsarse hacia adelante, como lo dice en Tiempos de hacerse a la mar en un barco de vela”:

He decidido que este mes seamos/un misterio fragante y oloroso para limpiar al mundo/de explosiones y muertes

“Es una serie de poemas que nombran la desolación, pero también deja asomar la esperanza”.

Carmelita me disculpará. Sólo retome una parte de su presentación, que compartiré completa en otros medios. Ahora debo confirmar que fue una tarde entrañable. Que luego brindamos y hubo abrazos, fotografías, dedicatoria de libros y una promesa: regresar a donde hubo varios comienzos. También, seguramente, el del poema.