/ viernes 22 de diciembre de 2023

Café Fausto | El Evangelio según Lucas Gavilán

En estas fechas se me vuelve inevitable revisar y volver a ciertos libros que hacen las más diferentes recreaciones sobre la vida de Jesús de Nazaret, Jesús o también llamado Jesucristo, todas tienen algo diferente, una mirada propia del autor, como también sucede en algunas películas o en obras musicales. Sin embargo, entre todas las novelas que he leído sobre ese tema, “El Evangelio según Lucas Gavilán” del escritor mexicano Vicente Leñero, es de las que más me conmovieron e impactaron en su momento.

Recuerdo que la leí tal vez cuando apenas iba a cumplir unos diecisiete años, esta obra originalmente editada en 1979 nos ofrece una nueva versión sobre la vida de Jesucristo partiendo de la idea de que es hijo de María David y el modesto albañil José Gómez quienes viven en una de las zonas marginadas de la periferia de la Ciudad de México esto en la segunda mitad del siglo XX cuando el país era gobernado por el corrupto y represor régimen priísta que estaba sometido al imperio del gobierno estadounidense.

El escritor y periodista Vicente Leñero nos ofrece en esta obra con un lenguaje ágil y sencillo una versión de la vida de un Cristo, nacido entre los marginados de nuestro país, ahí nos lleva a través de los diferentes momentos en la vida del personaje, pero manteniendo escrupulosamente la estructura de la historia narrada originalmente por San Lucas en su evangelio ubicado dentro del Nuevo Testamento.

En esta obra, el autor adapta a cada uno de los personajes y circunstancias a nuestra realidad nacional, que a pesar de desarrollarse en la mitad del siglo XX de alguna manera no pierde vigencia a la realidad que vivimos en toda Nuestra América.

Así, por ejemplo, al abordar el Nacimiento de Jesús, Leñero nos narra que la pareja destinada a peregrinar antes del alumbramiento, ellos deben viajar a la Ciudad de México para resolver un tedioso trámite burocrático de la propiedad de su modesta casa y esto los hace tener un complicado y pesado traslado, de pie, en un camión Flecha Roja, mientras ella está embarazada y ya casi a punto de que nazca su primogénito.

Después de un largo día de ir de oficina en oficina para los trámites llega la noche y se encuentran en las oscuras calles del Centro en el entonces Distrito Federal, buscando dónde pasar la noche entre calles oscuras y vecindades en las que no los reciben a pesar de que María David, esposa de José Gómez está por parir.

Finalmente logran que una mujer les permita quedarse en una colchoneta vieja dentro de los lavaderos de una vecindad, las mujeres del lugar, varias de ellas sexo servidoras que ahí vivían y trabajaban en las calles aledañas al darse cuenta del inminente parto, pidieron una ambulancia de la Cruz Roja que nunca llegó, y en la urgencia ayudaron a María David en ese proceso. Ahí, en los lavaderos de una vecindad, en una colchoneta prestada nació su hijo.

Por el frío de la noche, las prostitutas con la ayuda de unos muchachos que jugaban fútbol en la calle, ya en esa madrugada, se llevaron a María, José y a su recién nacido a un modesto cuarto en uno de los hotelitos en los que ellas trabajaban. El dueño del hotel, los vecinos y las mujeres entraban y salían felices del cuarto para ver al niño, esa noche, narra el autor, hubo fiesta, música y tragos para festejar hasta el amanecer. Así nació el modesto albañil Jesucristo Gómez en esta novela.

Leñero logra crear la atmósfera y la verosimilitud de la actualidad en sus personajes retomados del Nuevo Testamento, los traslada a una realidad nacional de un gobierno priísta represor, un sistema capitalista desigual y explotador en el que los marginados son olvidados y relegados. Al crecer Jesucristo Gómez, ante esta situación de la periferia con sus tiraderos de basura, decide hacerse un pepenador de hombres.

En el falso prólogo del libro firmado por Lucas Gavilán a través de una carta dirigida a Teófilo expone que decidió “intentar mi propia versión narrativa impulsado por las actuales corrientes de la teología latinoamericana. Los estudios de Jon Sobrino, de Leonardo Boff, de Gustavo Gutiérrez y de tantos otros, pero sobre todo el trabajo práctico que realizan los numerosos cristianos a contrapelo del catolicismo institucional”.

Cierto, la realidad de México y de Nuestra América es en muchos aspectos diferente, ya contamos en México con nuestra Cuarta Transformación nacida de un proceso democrático, ya hay un papa nacido en Argentina que ha mostrado una postura progresista, sin embargo, al tener la oportunidad de leer “El Evangelio según Lucas Gavilán” nos permite reflexionar sobre varios aspectos todavía no resueltos de nuestra realidad latinoamericana.

Esta novela nos permite también reflexionar sobre la esencia del personaje mismo de Jesucristo, un hombre pobre, nacido entre los pobres que hizo su labor terrenal y transmitió su mensaje desde los marginados de su tiempo, desde la periferia de un imperio y autoridades locales que lo vieron como un riesgo a la tranquilidad de su régimen. Un Cristo que tal vez ahora nacería en Palestina.

Los invito a leer esta novela, o en su caso a reflexionar sobre el mensaje que busca dar esta obra al acercar al carpintero Jesucristo a una realidad social de nuestro tiempo con el modesto albañil Jesucristo Gómez y su inevitable destino al expresar sus ideas y volverse un riesgo para los dueños del poder económico y político.

En estas fechas se me vuelve inevitable revisar y volver a ciertos libros que hacen las más diferentes recreaciones sobre la vida de Jesús de Nazaret, Jesús o también llamado Jesucristo, todas tienen algo diferente, una mirada propia del autor, como también sucede en algunas películas o en obras musicales. Sin embargo, entre todas las novelas que he leído sobre ese tema, “El Evangelio según Lucas Gavilán” del escritor mexicano Vicente Leñero, es de las que más me conmovieron e impactaron en su momento.

Recuerdo que la leí tal vez cuando apenas iba a cumplir unos diecisiete años, esta obra originalmente editada en 1979 nos ofrece una nueva versión sobre la vida de Jesucristo partiendo de la idea de que es hijo de María David y el modesto albañil José Gómez quienes viven en una de las zonas marginadas de la periferia de la Ciudad de México esto en la segunda mitad del siglo XX cuando el país era gobernado por el corrupto y represor régimen priísta que estaba sometido al imperio del gobierno estadounidense.

El escritor y periodista Vicente Leñero nos ofrece en esta obra con un lenguaje ágil y sencillo una versión de la vida de un Cristo, nacido entre los marginados de nuestro país, ahí nos lleva a través de los diferentes momentos en la vida del personaje, pero manteniendo escrupulosamente la estructura de la historia narrada originalmente por San Lucas en su evangelio ubicado dentro del Nuevo Testamento.

En esta obra, el autor adapta a cada uno de los personajes y circunstancias a nuestra realidad nacional, que a pesar de desarrollarse en la mitad del siglo XX de alguna manera no pierde vigencia a la realidad que vivimos en toda Nuestra América.

Así, por ejemplo, al abordar el Nacimiento de Jesús, Leñero nos narra que la pareja destinada a peregrinar antes del alumbramiento, ellos deben viajar a la Ciudad de México para resolver un tedioso trámite burocrático de la propiedad de su modesta casa y esto los hace tener un complicado y pesado traslado, de pie, en un camión Flecha Roja, mientras ella está embarazada y ya casi a punto de que nazca su primogénito.

Después de un largo día de ir de oficina en oficina para los trámites llega la noche y se encuentran en las oscuras calles del Centro en el entonces Distrito Federal, buscando dónde pasar la noche entre calles oscuras y vecindades en las que no los reciben a pesar de que María David, esposa de José Gómez está por parir.

Finalmente logran que una mujer les permita quedarse en una colchoneta vieja dentro de los lavaderos de una vecindad, las mujeres del lugar, varias de ellas sexo servidoras que ahí vivían y trabajaban en las calles aledañas al darse cuenta del inminente parto, pidieron una ambulancia de la Cruz Roja que nunca llegó, y en la urgencia ayudaron a María David en ese proceso. Ahí, en los lavaderos de una vecindad, en una colchoneta prestada nació su hijo.

Por el frío de la noche, las prostitutas con la ayuda de unos muchachos que jugaban fútbol en la calle, ya en esa madrugada, se llevaron a María, José y a su recién nacido a un modesto cuarto en uno de los hotelitos en los que ellas trabajaban. El dueño del hotel, los vecinos y las mujeres entraban y salían felices del cuarto para ver al niño, esa noche, narra el autor, hubo fiesta, música y tragos para festejar hasta el amanecer. Así nació el modesto albañil Jesucristo Gómez en esta novela.

Leñero logra crear la atmósfera y la verosimilitud de la actualidad en sus personajes retomados del Nuevo Testamento, los traslada a una realidad nacional de un gobierno priísta represor, un sistema capitalista desigual y explotador en el que los marginados son olvidados y relegados. Al crecer Jesucristo Gómez, ante esta situación de la periferia con sus tiraderos de basura, decide hacerse un pepenador de hombres.

En el falso prólogo del libro firmado por Lucas Gavilán a través de una carta dirigida a Teófilo expone que decidió “intentar mi propia versión narrativa impulsado por las actuales corrientes de la teología latinoamericana. Los estudios de Jon Sobrino, de Leonardo Boff, de Gustavo Gutiérrez y de tantos otros, pero sobre todo el trabajo práctico que realizan los numerosos cristianos a contrapelo del catolicismo institucional”.

Cierto, la realidad de México y de Nuestra América es en muchos aspectos diferente, ya contamos en México con nuestra Cuarta Transformación nacida de un proceso democrático, ya hay un papa nacido en Argentina que ha mostrado una postura progresista, sin embargo, al tener la oportunidad de leer “El Evangelio según Lucas Gavilán” nos permite reflexionar sobre varios aspectos todavía no resueltos de nuestra realidad latinoamericana.

Esta novela nos permite también reflexionar sobre la esencia del personaje mismo de Jesucristo, un hombre pobre, nacido entre los pobres que hizo su labor terrenal y transmitió su mensaje desde los marginados de su tiempo, desde la periferia de un imperio y autoridades locales que lo vieron como un riesgo a la tranquilidad de su régimen. Un Cristo que tal vez ahora nacería en Palestina.

Los invito a leer esta novela, o en su caso a reflexionar sobre el mensaje que busca dar esta obra al acercar al carpintero Jesucristo a una realidad social de nuestro tiempo con el modesto albañil Jesucristo Gómez y su inevitable destino al expresar sus ideas y volverse un riesgo para los dueños del poder económico y político.