Con el sábado santo que comúnmente le llamamos sábado de gloria se concluye el Triduo Pascual, los tres días en el que se hace evocación de los últimos días de Jesús, luego de haber presenciado su muerte en la cruz, este día es de luto, dolor y acompañamiento a la Virgen María.
Hoy, en muchas parroquias se lleva a cabo el Vía Matris, que consiste en acompañar a la Virgen en su dolor, por lo que se lleva a cabo una procesión en la cual hay siete estaciones que corresponden a los siete dolores que padeció al ver que Jesús era rechazado por su propio pueblo, las estaciones del Vía Matris, son etapas del Camino de fe y dolor en el que la Virgen ha estado presente durante toda la vida de la Iglesia católica.
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El sábado santo es considerado el día de la espera, para los cristianos significa la esperanza de ser salvados, esperan que Jesús Resucite y venza el pecado, que venga a redimir las culpas de cada uno de quienes creemos en él, cabe recordar que durante la edad media, la iglesia católica ordenaba que se guardara un luto riguroso durante la semana santa, incluso no se podían bañar, por tanto, el sábado de gloria salían a aventarse agua para purificar su alma y lavar sus pecados de manera simbólica.
Es importante mencionar que en este día no se celebra la eucaristía (misa), el sábado santo es día de vigilia y oración, hasta la celebración de la vigilia Pascual, considerada la madre de todas las vigilias, que es cuando Jesús pasa de la muerte a la vida, vence al pecado y se abre la gloria.
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Según las disposiciones de cada parroquia, esta celebración se lleva a cabo por la noche, incluso hay lugares en los que se realiza en la madrugada, pero otros en los que después de las ocho de la noche comienzan con todo el ritual. Todos estos elementos especiales de la Vigilia resaltan el contenido fundamental de la noche, la pascua del señor, el paso de la muerte a la vida.
El vocero de la diócesis, Rogelio Pedroza González resaltó la importancia de esta gran celebración, “la invitación es a disponernos a participar con alegría de este misterio que nos da una nueva vida, la celebración de hoy inicia con la bendición del fuego nuevo, después viene la liturgia de la palabra en donde se medita desde el antiguo testamento la historia de la salvación, luego la liturgia bautismal y la liturgia eucarística, entonces, hay que prepararnos para ser partícipes de esta gran fiesta de resurrección”, recalcó.
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