Desigualdad origina inmovilidad urbana

Los efectos se reflejan en ineficiencia productiva y energética, además de deterioro ambiental en la zona urbana

  · sábado 12 de mayo de 2018

La situación de la movilidad urbana combina los problemas de desigualdad, ineficiencia productiva y energética y deterioro ambiental. Aunque el 60% de la población de las áreas metropolitanas se traslada a pie, en bicicleta o en medios de transporte público, las sociedades gastan tres veces más en vehículos privados que en sistemas de transporte colectivo.

Lo anterior fue puesto de relieve por el urbanista Alejandro Escalante Cruz, con base en un estudio formulado por el Consejo Nacional de Población (Conapo), que establece que el automóvil ocupa 30 veces más espacio por persona movilizada que un autobús y cinco veces más que una bicicleta.

Al mismo tiempo, la duración de un recorrido en autobús es entre un 50% y un 220% mayor que la de un viaje en automóvil, como resultado de la segregación espacial y de sistemas públicos de movilidad que favorecen a los sectores de ingresos más altos.

Hay un amplio espacio para aumentar la participación de modos más limpios de transporte público. Según el Observatorio de Movilidad Urbana del Banco de Desarrollo de América Latina, el 56,4% de los viajes diarios se realizan en transporte colectivo y, de estos, los metros y trenes eléctricos cubren aproximadamente el 16%.

En definitiva, se requieren importantes oportunidades de inversión para responder con inclusión social y eficiencia económica y ambiental a la demanda de movilidad de las ciudades y así mejorar su competitividad y dinamismo. Si bien existen algunas iniciativas valiosas en esa dirección en diversas ciudades latinoamericanas, la tendencia predominante sugiere una trayectoria semejante a la de los Estados Unidos (que tiene una tasa de motorización del 80%), en contraposición con la trayectoria de Noruega (que presenta una tasa de motorización del 60%).

La segregación espacial, la congestión y el rezago en la implementación de sistemas públicos adecuados aumentan los tiempos de viaje e impulsan la fuga de usuarios de estos servicios. Esa fuga tiene determinantes similares a la que se produce desde los servicios públicos hacia los servicios privados en materia de educación, salud, seguridad e incluso agua potable.

Más allá de los costos en términos de tiempo de desplazamiento, la ineficiencia de las modalidades dominantes de trasporte urbano en la región tiene efectos en el patrón de consumo de energía y, por consiguiente, en la contaminación urbana y la salud de las personas. En efecto, un automóvil individual emite 2,5 veces más CO2 por pasajero que un viaje equivalente en autobús.

EL DATO:

La sociedad gasta tres veces más en vehículos privados que en sistemas de transporte colectivo.