Centenares de comerciantes ambulantes, entre los que se incluyen humildes vendedores de frutas en rebanadas, helados y raspados, golosinas y frituras, de globos y mercancías diversas, se encuentran a la deriva y prácticamente sin sustento económico debido a la contingencia generada por la pandemia de coronavirus.
Las pocas o nulas ventas los tienen sin ingresos y sin posibilidades de llevar alimentos a sus hogares, de tal suerte que atraviesan por complicada situación, ante la pasividad de las autoridades de los tres niveles.
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Muchos de ellos, obligados por la necesidad, salen a la calle para expender sus productos con la esperanza de encontrar clientes. Sin embargo, muchos regresan a sus viviendas con las manos vacías y con todos sus artículos, debido a que nadie se interesó por comprarlos y consumirlos.
El comercio informal tampoco ha podido eludir los efectos negativos de la pandemia de Covid-19, tal y como está sucediendo con los comerciantes establecidos o formales.
Los vendedores ambulantes resienten directamente el difícil panorama económico, pues viven al día y dependen totalmente de las ventas que realizan día tras día. Si se toma en cuenta que algunos de los productos que ofrecen, como frutas y golosinas, son perecederos, entonces el problema se complica, pues son mayores las pérdidas.
Por su parte, el ejecutivo financiero Raymundo Cruz Ramos dijo que debemos todos reconocer la necesidad imperativa de reducir las desigualdades sociales y regionales, combatir la pobreza, la impunidad y la corrupción. También estamos convencidos de que no hay combate a la desigualdad ni política pública social que sean sostenibles en el largo plazo sin crecimiento económico. No puede distribuirse una riqueza que no se ha generado.
Los modelos distributivos basados fundamentalmente en la intervención del Estado tradicionalmente no han funcionado y han terminado por generar distorsiones que atentan contra el crecimiento y la estabilidad de la economía.
Nuestro país atraviesa desde el año pasado por un período de estancamiento económico explicado principalmente por una importante reducción de la inversión pública y privada derivada de un entorno general de incertidumbre. El producto interno bruto se contrajo en -0.15% a tasa anual, al tiempo que la inversión fue el componente más afectado registrando una caída de -4.9%.
Asimismo, destacó la fuerte desaceleración del consumo privado, con un crecimiento incipiente de 0.6%. En este sentido, destacamos la caída de -5% en la construcción, mientras que los servicios sólo crecieron 0.4%.
EL DATO
Nuestro país atraviesa desde el año pasado por un período de estancamiento económico.
