Durante los más de tres meses de confinamiento a los que se sometió gran parte de la población en el estado de Aguascalientes, a causa de la epidemia del virus Covid-19, los hábitos, actividades y necesidades dentro de los hogares, debió alterarse, dada la permanencia prolongada de los miembros de las familias.
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Inevitablemente, esto llevó a incrementar el período de exposición frente a las pantallas de computadoras, tabletas, teléfonos celulares y televisores, ya sea por las clases en línea que siguieron los estudiantes de los diferentes niveles de educación, por el trabajo que desde casa también continuó para muchos empleados y profesionistas, o bien, simplemente como una manera de matar el tiempo. Sin duda alguna, estos nuevos hábitos afectaron, en mayor y menor medida, la salud visual.
Al respecto, la licenciada en Optometría, Norma Mendoza, egresada de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, señaló que en los últimos dos meses de la emergencia sanitaria, junio y julio específicamente, se ha registrado un incremento de entre el 15 y 20%, en el número de consultas que se han solicitado para realizar exámenes de la vista, revisiones o para solicitar algún tratamiento para afectaciones de la vista; siendo la población entre 8 y 35 años de edad, los de mayor incidencia.
Los síntomas que los pacientes y solicitantes presentaron fue enrojecimiento ocular, irritación, ojos llorosos, cansancio y, en los casos más serios, dolores de cabeza. Los más afectados fueron maestros, estudiantes y trabajadores administrativos.
Refirió que, aunque quizá el llamado “home office” y la modalidad de en que los escolares han tenido que concluir el periodo escolar obliga a los usuarios a pasar frente a los aparatos electrónicos entre 4 y hasta 9 horas, lo más recomendable es que si no tiene ninguna de estas necesidades obligatorias, el tiempo ideal de sólo una hora, para no dañar la vista.
Agregó que también deben adoptarse las llamadas “posturas visuales” correctamente, que comprenden, por ejemplo, el colocarse a 35 centímetros aproximadamente, si la pantalla es de un celular o una tableta, colocando el codo, entre brazo y antebrazo, a un ángulo de 90 grados; si se trata del monitor de una computadora, el largo del brazo será la distancia ideal para trabajar; mientras que para pantallas de televisión, se recomienda colocarse a cinco o seis metros de distancia.
En cuanto a la iluminación, sugiere que la luz incida de atrás hacia adelante del usuario, si ésta es artificial. Por el contrario, si se cuenta con luz natural, lo ideal es que la persona se coloque justo frente a la entrada de la iluminación.
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Si bien es cierto que dentro de la “nueva normalidad”, muchas de las prácticas y costumbres familiares se irán adaptando a las necesidades de cada rutina, nunca está demás cuidar de la salud, especialmente de la visual.
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