El encanto de la Navidad es tal, que ni los creadores de las artes han podido evitar dedicar escenarios, pinceladas o partituras a la magia de esta época del año, inspirados por las tradiciones y costumbres que la envuelven, en las diversas regiones del mundo.
De esta manera, se han hecho visibles las características de cada cultura para celebrarla, que las hace tan diferentes, pero igualmente fascinantes. Estas manifestaciones han ido desde la pintura y la escultura, hasta la cinematografía, la música y la literatura.
Quizá, una de las más reconocidas mundialmente, es “El Cascanueces”, una historia llena de fantasía, que ha encantado por igual a niños y adultos.
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Esta obra literaria fue publicada por primera vez a principios del siglo XIX, específicamente en el año 1816. Es de la autoría del escritor Ernest Theodor Amadeus Hoffman, nacido en la entonces conocida región prusiana, entre Rusia y Alemania.
Para entonces, su obra fue titulada “El Cascanueces y el Reino de los Ratones”, donde se narraba la historia de una niña llamada Marie Stahlbaum, quien vivió una increíble aventura al lado de este muñeco, que recibió como regalo en la víspera de la Navidad, y que en sus sueños se convierte en un apuesto príncipe. Juntos logran derrotar al rey de los ratones.
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Si 30 años después, en 1845, el novelista francés Alejandro Dumas, decidió escribir una adaptación de esta pieza literaria, con un cuento al que tituló únicamente “Cascanueces”. En esta adaptación, Dumas aportó un poco más de fantasía y personajes como el señor Drosselmayer, padrino de los niños Friytz y María Silberhaus, quien se dedicaba a fabricar muñecos mecánicos.
Es, precisamente, Drosselmayer quien regala a los niños, este juguete que servía para romper las cáscaras de las nueces. Posteriormente, describe una hazaña de este soldado muy parecida a la creada por Ernst Hoffman en su libro.
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El Ballet “El Cascanueces”, que es como se conoce actualmente, se estrenó por primera vez en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, el 18 de diciembre de 1892. Esto, como resultado de otra adaptación que realizara el director de teatro Iván Vzévolozhsky, basado en las dos versiones anteriores, y que musicalizó el compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky.
Desde entonces, compañías de ballet de todo el mundo han montado esta maravillosa obra, que ha trascendido también a otras manifestaciones del arte, como el cine y el teatro. De manera particular en Aguascalientes, año con año, la Universidad de las Artes y la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes (OSA) se unen para presentar esta pieza, que se ha convertido ya en un auténtico clásico de Navidad.
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