Un gran ejemplo

Sin duda ser torero no es tarea fácil pues tarde a tarde se enfrenta a la incertidumbre que le presenta un astado

Adiel Armando Bolio

  · miércoles 13 de febrero de 2019

Sin duda ser torero no es tarea fácil pues tarde a tarde se enfrenta a la incertidumbre que le presenta un astado, pero a veces el otro “toro”, el de la vida, el de los inconvenientes a nivel familiar y personal, hace que la lidia por sobrevivir sea aun más complicado, pues mucha de la gente que va a la plaza no se sabe que “costal tan pesado” lleva cargando el torero cuando él simplemente se la tiene que jugar con el burel. Sin embargo, ahí es donde se tiene que sobreponer a lo de afuera y dentro del ruedo, que es cuando más se aprecian las buenas tardes.

Un ejemplo de ello es el destacado y dinástico banderillero Gustavo Campos, quien sin saberlo muchos ha superado una crisis sicológica importante que lo aquejaba desde hace dos años y que tuvo su crisis mayor en agosto pasado, lo que le incrementó inseguridad y falta de motivación a causa de contratiempos a nivel familiar e individual.

Así llegó a la inauguración de la pasada Temporada Grande Internacional 2018-2019, con ese no saber porque estaba ahí, pero conforme fue avanzando el serial y a lo largo de 15 corridas, tras cumplir puntualmente con su tratamiento, Gustavo logró salir siete ocasiones al tercio, acercándose a su máxima marca de ocho demonteradas en una Temporada Grande, además de experimentar un relevante avance en la lidia con el capote. Y así tras esta campaña, el sobresaliente subalterno a sus 35 años de edad se siente más fuerte que nunca y, sobre todo, con el apoyo moral de su comprensiva pareja.

Gustavo Enrique Campos Rubio, de la Ciudad de México, con 19 años como miembro de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros y 17 seriales en la Monumental Plaza México, donde ha llegado a sumar hasta 64 salidas al tercio y ganando trofeos al mejor subalterno en cinco de ellos, los dos últimos de la Casa Domecq, un Minotauro y otros de Peñas Taurinas, es nieto de don Leonardo Campos Robles (picador), hijo de Leonardo Campos Alba (banderillero), hermano de los picadores retirados Héctor y Hugo, sobrino de Delfino Campos Alba (picador) y primo del varilarguero Curro Campos.

En 1989 fue alumno fundador de la escuela taurina “Rodolfo Gaona” que inició su padre y que se ubicaba en el bosque de Chapultepec. Ese mismo año, con seis años de edad, dio sus primeros capotazos en la dehesa de Olivares. Luego le vendría una dura prueba, el 3 de octubre de 1997, en Lagunillas, Michoacán, dentro de un festival, sufrió una seria cornada en el vientre. Ya repuesto, debutó como aspirante en San José Chicoloapan, Estado de México, el 22 de marzo de 1998, a los 14 años de vida y se examinó con éxito el 29 de julio de 2000 en el Palacio del Arte moreliano, en un mano a mano entre Paco Dóddoli y Fernando Ochoa, con toros del ingeniero Mariano Ramírez.

Su carnet como socio de la Unión lo estrenó en Doxey, Hidalgo, yendo en la cuadrilla del diestro Judas Tadeo en septiembre de 2000 y el primer matador con el que anduvo de fijo fue Mario del Olmo y de ahí para adelante llegó a hacerlo en la del francés Sebastián Castella, en las de los españoles José Tomás, “El Juli”, “Morante de la Puebla” y ahora con Enrique Ponce, en tanto que con los nacionales ha militado en las de Joselito Adame, Juan Pablo Sánchez y actualmente lo hace en la de Sergio Flores. Gustavo Campos es, sin duda, un ejemplo de vida y de motivación humana y profesional. ¡Enhorabuena!

19 años tiene Gustavo Campos como miembro de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros.

EL DETALLE…

Gustavo Campos se ha tenido que sobreponer a problemas sicológicos para continuar con su exitosa trayectoria taurina.