A sus 23 años, Manuel Castorena, oriundo de San Francisco de los Romo, se prepara con determinación para participar en el Maratón Guadalupano, programado para el próximo 12 de diciembre. Su motivación va más allá de la competencia deportiva, ya que responde a una petición especial de su padre, quien reside en Estados Unidos y comparte con él una profunda devoción hacia la Virgen Morena.
La conexión espiritual y familiar llevó a Manuel a comprometerse con la tradicional carrera, convirtiéndose en un fiel representante de su fe y amor filial. Su objetivo es claro: cruzar la meta y, posteriormente, dirigirse al Templo de Guadalupe para agradecer a la Virgen por la fuerza y resistencia durante la competencia.
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Desde hace dos meses, Manuel ha estado dedicando tiempo y esfuerzo a su preparación. En una entrevista con El Sol del Centro, compartió su rutina diaria de carrera, revelando su compromiso con la disciplina y la superación personal. Correr todos los días se ha convertido en su hábito, construyendo la resistencia física necesaria para enfrentar el desafío del maratón.
La historia de Manuel refleja la poderosa combinación entre la fe, la familia y el deporte. Su participación no solo destaca su habilidad atlética, sino también su conexión con valores más profundos. En un mundo donde las motivaciones pueden ser variadas, la dedicación de Manuel resalta la importancia de fusionar la pasión deportiva con las creencias personales.
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A medida que se acerca la fecha del Maratón Guadalupano, la comunidad espera con expectación el desempeño de Manuel Castorena, quien no solo correrá por el asfalto, sino también con la fuerza de sus convicciones. La pista se convierte en un camino de fe, y cada zancada es un testimonio de devoción y perseverancia.
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