Hoy por hoy, las dos máximas de mi maestra Gisela Rubach resuenan con especial fuerza: "gana el que comete menos errores" y "las campañas siempre van a ser emociones y no razones".
En la contienda hacia la presidencia de México en 2024, estas frases cobran vida de manera contundente. Apenas a días de haber iniciado oficialmente las precampañas, el panorama ya ha experimentado giros inesperados que alteran la ecuación electoral. Uno de los acontecimientos más notables ha sido la retirada de Samuel García, el candidato de Movimiento Ciudadano, cuya definición política plagada de errores lo llevaron a abandonar la contienda. Este inesperado giro redefine el escenario electoral, concentrando la atención en las dos candidatas principales: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
Xóchitl Gálvez: Entre Errores y la Búsqueda de Identidad
Xóchitl Gálvez se encuentra en una encrucijada complicada, construyendo un catálogo de errores que sin duda afectan su desempeño en la contienda. En el arte de la política, donde ganar implica cometer menos errores, su campaña se presenta como la más desafiante y compleja. La dificultad radica en definir una narrativa coherente (dejando a un lado las gelatinas) satisfacer a tres partidos y al mismo tiempo, captar el respaldo de la sociedad civil, que ha sido excluida en el reparto de candidaturas.
Claudia Sheinbaum: Manteniendo el Rumbo en Medio de la Tempestad
Por otro lado, Claudia Sheinbaum se aferra a la estrategia de mantener su voto duro de Morena, el más amplio entre todas las fuerzas políticas. Su misión consiste en no desviarse de la línea trazada por el presidente, replicando sus mensajes sin titubeos. Sin embargo, el reto es consolidar la llamada "cuarta transformación" sin la figura disruptiva de López Obrador.
En este juego político, donde las razones a menudo quedan en segundo plano, la habilidad para mover emociones y evitar tropiezos podría ser la clave para alcanzar la victoria. Es así que resulta fundamental tomar nota de estos siete pasos para desarrollar una estrategia de percepción que ayude a construir una imagen positiva de los candidatos.
1. Investigación Profunda:
Antes de diseñar cualquier estrategia, es vital realizar una investigación exhaustiva para comprender el perfil del candidato, sus fortalezas y debilidades, así como las preocupaciones clave de la audiencia.
2. Segmentación de Audiencia:
La audiencia no es homogénea, y diferentes segmentos tienen preocupaciones específicas. Los consultores personalizan mensajes y estrategias para abordar las preocupaciones específicas de cada grupo demográfico, maximizando así la efectividad de la comunicación.
3. Identificación de Mensajes Clave:
Basándose en la investigación, se identifican mensajes clave que resuenen con la audiencia objetivo. Estos mensajes deben ser genuinos y alineados con la visión y valores del candidato. La coherencia en la comunicación es esencial para construir confianza.
4. Desarrollo de una Narrativa Persuasiva:
La creación de una narrativa que destaque los logros, habilidades y compromisos del candidato, resulta fundamental. La narrativa debe ser convincente y enfocarse en aspectos positivos, resaltando cómo el candidato aborda las inquietudes de la población.
5. Estrategias Visuales y de Medios:
La construcción de una imagen favorable se apoya en estrategias visuales y de medios con mensajes coherentes que apoyen la narrativa positiva.
6. Manejo de Crisis:
Las posibles situaciones de crisis y estrategias para manejarlas deben ser consideradas. El objetivo es minimizar el impacto negativo en la percepción del candidato. La transparencia y la respuesta rápida son fundamentales para mantener la credibilidad.
7. Monitoreo Continuo y Adaptación:
El entorno político es dinámico, por ello hay que monitorear constantemente la percepción pública a través de encuestas, redes sociales y otros canales. La capacidad de adaptarse rápidamente a cambios en la opinión pública permite ajustar estrategias para mantener una imagen positiva.
La construcción de una narrativa convincente es clave para generar aceptación y empatía con los candidatos, fortaleciendo así una percepción favorable que resuene con la audiencia objetivo.
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"En elecciones, gana el que mueva más emociones." -Gisela Rubach-
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