La Iglesia católica no justifica los resentimientos y odios como medio para que los mexicanos respondan ante un escenario nacional marcado por la violencia y la inseguridad.
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Ante el clima que se vive en México, no es posible hacer frente a la incertidumbre económica con desestabilidad social y, por el contrario, es sólo comprendiendo la fuerza la Misericordia en la que Dios manifiesta su poder, como es posible construir puentes de fraternidad y amistad y atender el llamado de Jesús para compartir el camino hacia un mundo más humano y fraterno, donde nadie sea excluido ni marginado.
Al dirigir su mensaje con motivo de la Navidad, el obispo de la Diócesis de Aguascalientes, José María de la Torre Martín, advierte que, si bien Cristo ha derribado el muro que nos separaba a unos de otros, ello no significa que el odio haya desaparecido del escenario de la humanidad.
Ni el odio ni la violencia tienen justificación, Más aún, a partir de la escena de Belén, que manifiesta la fuerza de la ternura en la fragilidad de un niño expuesto y hecho pan, para que los pueblos tengan vida en Él, cualquier poder que nazca de la violencia y se alimente de ella, no será sino un poder pervertido y pervertidor
A través de la circular 208, dirigida a los sacerdotes y fieles de la Diócesis de Aguascalientes con motivo de la Navidad, y que fue leída en el marco de la conferencia de prensa semanal del Obispado, De la Torre Martín reconoce que atravesamos por un momento de la historia donde imperan también la violencia en las imágenes y discursos donde los spots estridentes y apabullantes parecieran socavar el clamor de sus víctimas.
Es menester comenzar a aprender a escuchar el silencio, ese silencio de Belén que no se manifiesta con aspavientos ni inspira sensacionalismos. El silencio de Belén brinda respiro y frescura a nuestros proyectos sociales y pastorales y nos alimenta a no permanecer al margen del camino en gravosos derrotistas o en falsos triunfalismos. El silencio de Belén nos toca y nos traza el camino a seguir. Nuestra existencia cristiana es una existencia el seguimiento del Camino
Finalmente, el prelado hace un llamado a ayudarnos unos a otros, durante este tiempo, a descubrir la presencia de Dios en medio de nosotros y que abramos el corazón a la gente sencilla.
Cualquier poder que nazca de la violencia y se alimente de ella, no será sino un poder pervertido y pervertidor.
José María de la Torre Martín, Obispo de la Diócesis de Aguascalientes