Los robos a negocios de todos los ramos y tamaños se han convertido en uno de los principales delitos que se registran en Aguascalientes, prueba de ello es que durante los primeros 10 meses del año en curso la incidencia delictiva en este renglón muestra casi 1,800 latrocinios a establecimientos mercantiles y de servicios.
En efecto, de acuerdo a las estadísticas de Semáforo Delictivo, han sido denunciados ante las autoridades un total de 1,742 robos a negocios, sin sumar los que se han cometido y cuyos afectados optan por no reportarlo a los cuerpos policiales.
Este indicador se encuentra en rojo debido a la elevada incidencia, pues solamente en el mes de enero hubo 198; 168 en febrero; 179 en marzo; 180 en abril; 178 en mayo; 155 en junio; 194 en julio; 213 en agosto, 193 en septiembre y 204 en el mes de octubre pasado.
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En las últimas dos décadas México ha enfrentado una innegable crisis de inseguridad caracterizada por altos índices delictivos y el ejercicio de diversos tipos de violencia. Las historias alrededor de homicidios, secuestros, desapariciones y extorsiones; tristemente se han descrito en las páginas de los diarios nacionales e internacionales dando cuenta de los eventos cotidianos de los cuales somos testigos o víctimas en nuestro país.
Con la entrada de la nueva administración federal se intentó matizar la crisis con una nueva narrativa que expresa confianza en que la situación mejoraría, a través de la eficacia en la actuación de las autoridades y poniendo énfasis en los resultados en materia de seguridad más que en los problemas en sí, señala Semáforo Delictivo.
Esto claramente hace evidente la ausencia de una estrategia de seguridad efectiva para garantizar la paz de la sociedad mexicana y la urgencia de encontrar un rumbo efectivo para combatir la delincuencia.
Normalmente cuando hacemos referencia a la problemática de seguridad por la cual atraviesa nuestro país, nos olvidamos de hablar del delito más cercano al ciudadano: el robo. Muchos estudiosos y expertos en la materia, olvidamos analizar este ilícito pese a su cercanía y frecuencia; quizás esto se deba a que identificamos como delitos mucho más graves el homicidio, la extorsión, la trata de personas o el secuestro a pesar que presentan una menor incidencia.
Otra posible hipótesis sobre este olvido radica en la percepción de que el robo es una condición normal en sociedades modernas y, en particular, en las ciudades, por lo que su combate y prevención no son prioritarios para las instituciones de seguridad.
Es incuestionable que el robo se presenta cotidianamente en la vida de los mexicanos, casi todas las familias tienen la historia de un auto robado, un robo a casa habitación, un robo con violencia e incluso una serie de diversos robos vividos consecutivamente. Ser víctimas de robo de un celular en la vía pública o en un estacionamiento, la cartera en el transporte público, un objeto personal en la escuela o el trabajo, no debería ser aceptado y mucho menos tolerado; aunque en México pareciera ser ya un acontecimiento de la vida normal.
EL DATO...
Existe la falsa percepción de que el robo es una condición normal en sociedades modernas, por lo que su combate y prevención no son prioritarios.
