Sujeto al que ya esperaba cuando menos uno de sus cómplices a bordo de una camioneta, en la que ambos se dieron a la fuga, se introdujo durante la madrugada de ayer a una sucursal de una cadena de farmacias, donde se apoderó de la caja registradora.
Los hechos se registraron alrededor de las tres de la madrugada de ayer, en el boulevard Juan Pablo II, sobre el fraccionamiento Canteras de San Agustín, donde las empleadas del lugar aprovecharon la baja afluencia de clientes para realizar el acomodo de mercancía en los estantes.
Mientras llevaban a cabo esa labor rutinaria, llegó hasta el lugar una camioneta de color oscuro, de la cual no pudieron proporcionar mayores características y de donde descendió uno de sus ocupantes, en tanto que el otro permanecía al volante sin apagar el motor de la unidad.
Más rápido de lo que las sorprendidas trabajadoras pudieran esperarlo, el delincuente las amenazó, a gritos y con palabras altisonantes, para que no se movieran del lugar y mucho menos pretendieran llamar a los cuerpos de emergencia o a alguno de sus familiares y conocidos.
Al momento que profería sus amenazas, el sujeto fue directamente hacia la zona de cajas, de donde, sin pensarlo, se apoderó de la caja registradora, la cual jaló hasta desprender los cables que la unían al sistema de cobro.
Una vez conseguido su objetivo, salió a toda prisa para abordar la camioneta en la que llegó y la cual fue arrancada a toda velocidad por su cómplice, perdiéndose ambos en la oscuridad de la noche con un botín de apenas cinco mil pesos, producto de las ventas de esa noche.
Al sentirse seguras, las empleadas dieron parte a los cuerpos de seguridad, cuyos elementos instrumentaron un operativo para tratar de dar con el paradero de los delincuentes, sin que ello fuera posible.
BOTÍN
Las trabajadoras del lugar dieron a conocer a las autoridades que la caja de la que se apoderó el ratero contenía alrededor de cinco mil pesos.