/ martes 22 de junio de 2021

Jalisco y Guanajuato buscan reactivar presa El Zapotillo para enfrentar sequía

Los gobernadores buscan el apoyo del gobierno federal para la obra aunque tres pueblos se oponen por miedo a ser inundados

Los gobiernos de Jalisco y Guanajuato buscan reactivar el proyecto de la presa El Zapotillo para dotar de agua a las zonas metropolitanas de Guadalajara y León ante la grave sequía que azota a la región y ha obligado al tandeo de agua en la capital jaliscience desde hace tres meses.

Los gobernadores Enrique Alfaro Ramírez, de Jalisco, y Diego Sinhué rodríguez Vallejo, de Guanajuato, buscan el apoyo del gobierno federal para concretar la obra que arrastra desde hace años varios problemas como procesos jurídicos, un amparo que obliga a revelar información reservada, un dictamen hecho con base en información de hace 30 años y la oposición de tres pueblos a ser inundados.

Será esta semana cuando se reúnan el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Enrique Alfaro para dialogar sobre la presa, la cual, a decir de los mandatarios estatales, ha sido abandonada por el gobierno federal pues este año sólo le presupuestó 300 millones de pesos para mantenimiento.

La obra enfrenta el rechazo social de los habitantes de los pueblos de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, los cuales quedarían inundados una vez que se concrete la obra, por lo que exigen al gobierno de Jalisco dar mayores detalles sobre la viabilidad de la presa y sobre la distribución del agua que se compartirá con Guanajuato.

Los activistas en contra de la presa ganaron un amparo que obliga al Ejecutivo estatal a responder sobre el Acuerdo de Distribución del agua del Río Verde, donde hay datos técnicos relacionados con la construcción de la presa El Zapotillo y pidieron que ya sean revelados.

Foto: Google Maps

María González Valencia, representante del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC), denunció que los gobernadores solo buscan el beneficio para la constructora del proyecto que comenzó hace más de una década.

“Es muy claro, los gobernadores quieren continuar con el negocio de la construcción, quedar bien con los empresarios y entregar el agua de la presa El Zapotillo, no a quienes no tienen agua en la ciudad, sino a las constructoras, a las inmobiliarias y a los diferentes corredores industriales”, sostuvo.

Advirtió que la construcción de la presa El Zapotillo inundaría los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo y por eso mantienen la batalla.

En nombre de sus compañeros hizo un llamado a las autoridades federales y en particular al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que mantenga su compromiso, pues él dijo a los habitantes que si no hay acuerdo, el proyecto se queda cómo está.

Reiteró que al asumir López Obrador la presidencia acordó con ellos instalar mesas de trabajo y dijo que el pueblo tendría la última palabra, sino había acuerdo la presa se queda como está.

La obra está inconclusa desde su misma cortina que se ha levantado en su totalidad, pero se frenó entre 80 y 105 metros de altura cuando los inconformes acudieron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Con 105 metros de altura era inminente la inundación de los tres pueblos, con 80 metros se podrían salvar, con algunas obras conjuntas, sin embargo existiría siempre el riesgo ante una crecida de su principal afluente: El río Verde, procedente de Aguascalientes.

Hoy, sin embargo, advierten los pobladores el río Verde ya no es lo que era hace 30 años, se convirtió en un río de temporal, es decir que se llena cuando llueve, por lo que “ahorita en junio no lleva agua” y se preguntan cómo es que va a llenar la presa.

El dictamen que se basa la obra fue elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés) al final del gobierno del priista Jorge Aristóteles Sandoval y ya entonces se hablaba de un caudal menor al que proyectaban los estudios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que era de 8.6 metros cúbicos.

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Los habitantes de esas poblaciones sostienen que la proyección se hizo con base en un estudio de 30 años atrás, cuando el río Verde tenía un cauce de 60 metros de longitud, es por ello que consideran importante ver si están actualizados los datos en los que fundamentan el gobierno de Jalisco y el de Guanajuato, su propuesta de que esta presa requiere más dinero y debe ser terminada.

Afirmaron que tanto en Jalisco, como en Guanajuato y prácticamente en todo el país, hace falta una política hídrica y pidieron a las autoridades electas a escuchar a los pobladores, pues “si siguen sordos vamos a estar peor”, mencionó el conocido como padre Gabriel, quien ha acompañado a los afectados por la construcción de la presa.

“En estos dos últimos años en Jalisco en temas de agua estamos peor, que no busquen culpables, hay que buscar soluciones y eso le decimos al gobierno federal y estatal”.

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Los gobiernos de Jalisco y Guanajuato buscan reactivar el proyecto de la presa El Zapotillo para dotar de agua a las zonas metropolitanas de Guadalajara y León ante la grave sequía que azota a la región y ha obligado al tandeo de agua en la capital jaliscience desde hace tres meses.

Los gobernadores Enrique Alfaro Ramírez, de Jalisco, y Diego Sinhué rodríguez Vallejo, de Guanajuato, buscan el apoyo del gobierno federal para concretar la obra que arrastra desde hace años varios problemas como procesos jurídicos, un amparo que obliga a revelar información reservada, un dictamen hecho con base en información de hace 30 años y la oposición de tres pueblos a ser inundados.

Será esta semana cuando se reúnan el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Enrique Alfaro para dialogar sobre la presa, la cual, a decir de los mandatarios estatales, ha sido abandonada por el gobierno federal pues este año sólo le presupuestó 300 millones de pesos para mantenimiento.

La obra enfrenta el rechazo social de los habitantes de los pueblos de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, los cuales quedarían inundados una vez que se concrete la obra, por lo que exigen al gobierno de Jalisco dar mayores detalles sobre la viabilidad de la presa y sobre la distribución del agua que se compartirá con Guanajuato.

Los activistas en contra de la presa ganaron un amparo que obliga al Ejecutivo estatal a responder sobre el Acuerdo de Distribución del agua del Río Verde, donde hay datos técnicos relacionados con la construcción de la presa El Zapotillo y pidieron que ya sean revelados.

Foto: Google Maps

María González Valencia, representante del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC), denunció que los gobernadores solo buscan el beneficio para la constructora del proyecto que comenzó hace más de una década.

“Es muy claro, los gobernadores quieren continuar con el negocio de la construcción, quedar bien con los empresarios y entregar el agua de la presa El Zapotillo, no a quienes no tienen agua en la ciudad, sino a las constructoras, a las inmobiliarias y a los diferentes corredores industriales”, sostuvo.

Advirtió que la construcción de la presa El Zapotillo inundaría los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo y por eso mantienen la batalla.

En nombre de sus compañeros hizo un llamado a las autoridades federales y en particular al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que mantenga su compromiso, pues él dijo a los habitantes que si no hay acuerdo, el proyecto se queda cómo está.

Reiteró que al asumir López Obrador la presidencia acordó con ellos instalar mesas de trabajo y dijo que el pueblo tendría la última palabra, sino había acuerdo la presa se queda como está.

La obra está inconclusa desde su misma cortina que se ha levantado en su totalidad, pero se frenó entre 80 y 105 metros de altura cuando los inconformes acudieron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Con 105 metros de altura era inminente la inundación de los tres pueblos, con 80 metros se podrían salvar, con algunas obras conjuntas, sin embargo existiría siempre el riesgo ante una crecida de su principal afluente: El río Verde, procedente de Aguascalientes.

Hoy, sin embargo, advierten los pobladores el río Verde ya no es lo que era hace 30 años, se convirtió en un río de temporal, es decir que se llena cuando llueve, por lo que “ahorita en junio no lleva agua” y se preguntan cómo es que va a llenar la presa.

El dictamen que se basa la obra fue elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés) al final del gobierno del priista Jorge Aristóteles Sandoval y ya entonces se hablaba de un caudal menor al que proyectaban los estudios de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que era de 8.6 metros cúbicos.

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Los habitantes de esas poblaciones sostienen que la proyección se hizo con base en un estudio de 30 años atrás, cuando el río Verde tenía un cauce de 60 metros de longitud, es por ello que consideran importante ver si están actualizados los datos en los que fundamentan el gobierno de Jalisco y el de Guanajuato, su propuesta de que esta presa requiere más dinero y debe ser terminada.

Afirmaron que tanto en Jalisco, como en Guanajuato y prácticamente en todo el país, hace falta una política hídrica y pidieron a las autoridades electas a escuchar a los pobladores, pues “si siguen sordos vamos a estar peor”, mencionó el conocido como padre Gabriel, quien ha acompañado a los afectados por la construcción de la presa.

“En estos dos últimos años en Jalisco en temas de agua estamos peor, que no busquen culpables, hay que buscar soluciones y eso le decimos al gobierno federal y estatal”.

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