El deseo de quitarse la vida llega porque no hay deseos, no hay ilusión, no hay confianza; hay heridas. Es un callejón sin salida,
refirió monseñor Gerardo de Jesús Rojas López, obispo de Tabasco, sobre la difícil problemática que actualmente enfrenta la sociedad de Aguascalientes.
Durante su visita a esta ciudad, con motivo de su participación en el Quincenario de la Asunción 2019 como obispo invitado, Rojas López señaló que la falta de valores en el corazón y la mente de las personas, provoca un enorme vacío que se llena de negatividad, desesperanza y dolor.
Agregó que es al interior de los hogares donde se forman individuos seguros, que saben descubrir un propósito de vida y, por lo tanto, se concibe el respeto y valor por la misma. Sin embargo, cuando en el entorno familiar, los padres y los demás miembros no fomentan la confianza, el apoyo y no dedican tiempo para escuchar y atender las necesidades afectivas de sus hijos, difícilmente se convertirán en adultos capaces de lidiar con las adversidades.
Consideró que en la actualidad existen familias que ejercen una paternidad permisiva, argumentando el “respeto” a la libertad e individualidad de quienes tienen bajo su cuidado y tutela, y es necesario que se establezca dirección en formación humana y espiritual de los niños y los jóvenes.
Recordó que, como lo dice el Evangelio, “Jesucristo es la roca fuerte”, sobre la cual se puede y debe edificar a la familia; pues
aunque lleguen fuertes vientos y tormentas, nada los habrá de derrumbar. Vivimos en la cultura de lo desechable; los pañales son desechables, los platos son desechables y tristemente, también lo son las personas, los padres, los hijos.
Gerardo de Jesús Rojas López
lamentó el obispo invitado; pero en contraparte, advirtió, lo que puede disipar el dolor, la angustia y el temor, es el amor que nace de la confianza, la atención y la responsabilidad.
EL DATO:
Ahora todo es desechable, hasta los seres humanos somos considerados así.